La mujer en el siglo xx
Enviado por milenamarcillo • 4 de Agosto de 2022 • Ensayo • 2.020 Palabras (9 Páginas) • 186 Visitas
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INTRODUCCIÓN
Desde el origen de la humanidad, el ser humano ha creado infinidad de códigos y los han convertido en literatura universal, de lo maravilloso de este aspecto personal de la humanidad se empezó a figurar la belleza en la palabra y más que eso se comenzó a escribir la historia, la verídica, que se muestra ante los ojos de todos y la que solo se muestra a través de la pupila del escritor. Dicho esto el escritor tiene una responsabilidad enorme con él mismo y con sus lectores dado la profundidad de sus pensamientos y sentimientos, educando a las personas, retratando infinidad de realidades como es el caso de nuestra Rosaura, cuyo papel fue veraz y apasionante en las letras ecuatorianas, que además, de ser una inspiración para esta tesista, la novela es el índice de la primera mención de novela ecuatoriana que retrató a las mujeres valientes que luchan sin cesar y el porvenir de una sociedad equitativa. Miguel Riofrío con esta muestra delirante de su novela lleva a investigar la condición de las mujeres a través de la historia general de nuestro país, para reflexionar y admirar los pasos que tenemos que seguir hasta llegar a una liberación completa.
DESARROLLO
- CONTEXTO HISTÓRICO
La mujer en el período Incaico (Siglo XV y XVI): En el período Incaico, el gobierno era manejado principalmente por los hombres, la sociedad se dividía en dos clases: la nobleza y el pueblo. Desde temprana edad los niños ya ejercían trabajos livianos, las niñas se encargaban de recolectar plantas medicinales y alimenticias, cuidar a sus hermanos menores. Esta separación de trabajo por género permanecía hasta la madurez. En la época Incaica, la mujer tenía varias designaciones según su edad. Entre los varios términos usados para designar a la mujer según su estado y su edad tenemos las voces tasque, la jovencita; sipas, la mujer casadera; huarmi, la mujer casada. A las nobles decían paya y a la soberana coya. En el aspecto de la unión conyugal los hombres al tener varias mujeres se los consideraba como muestra de prestigio y autoridad. Y el prestigio era mayor cuando el Inca le otorgaba una mujer como recompensa por su trabajo. Cuando la mujer concebía, no recibía mucha atención ya que se argumentaba como un “acto natural el parto”. En el Incario la situación de la mujer era diferente según su estatus social. Las mujeres de clase noble gozaban de privilegios mientras que las mujeres de la comunidad participaban en las mingas y en las actividades agrícolas
La mujer en la Colonia (1534-1800): En la Colonia, la religión católica fue la que definió el “deber ser” de la mujer, el clero formaba la moral de toda mujer, no importaba su clase social. Debido a que el clero difundía las enseñanzas, la mujer en la Colonia era limitada solo a sus funciones “naturales”. Durante el período de la Colonia, el papel de la mujer solo radicaba en el cuidado del hogar, la crianza y educación de los hijos, tareas domésticas y en la familia como aspecto principal de la sociedad. La mujer desde su niñez ya tenía planeaban su vida, eran educadas para casarse a tempranas edades y seguir los principios de una esposa devota en todos los ámbitos permitidos por un canon social. Los matrimonios de la burocracia solo tenían estos fines: políticos, sociales y económicos. Todo este consenso del poder del matrimonio obligaba a la mujer a no ser dueña de sus propias elecciones.
La mujer en la Independencia: Históricamente, entre los años 1800-1830, se considera a esta, la época de rebelión donde se luchó por la libertad. Donde hombres intelectuales se lanzaban a la batalla de la insurgencia, pero la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede Ecuador (Flacso Andes) realiza una investigación más profunda sobre la participación de los sectores subalternos que no se cuenta. Por lo cual los actores principales fueron los indígenas de San Roque y San Blas. La demanda de derechos hizo que se unieran los grupos urbanos de Quito con los criollos insurgentes. La Flacso Andes descubrió la participación de las mujeres de sectores marginados. Con la ayuda del Archivo Nacional de Quito, se develó una lista denominada “Criminales” que describen juicios a los colaboradores de la lucha, sobre todo a figuras femeninas. Las mujeres de la época Independentista colaboraron silenciosamente en la revolución, principalmente, fueron familiares de los combatientes en su mayoría pertenecientes al populacho de Quito. Durante los enfrentamientos las mujeres aliadas fueron capturadas y sus castigos consistían en la muerte, en el claustro de los conventos y la cárcel. Decenas de mujeres en las comunidades reclamaban sus bienes confiscados, debido a que sus familiares como esposos, hermanos e hijos se fueron a la guerra. Se destaca la lucha de las mujeres indígenas en la independencia, quienes participaron en el activismo insurgente a consecuencia de las ideas de la organización de la comunidad. Por otra parte, al ser los hombres reclutados, las mujeres principalmente mestizas de clase baja y en su mayoría indígena tuvieron que afrontar la responsabilidad de encargarse de toda la familia. Siendo una época de la sobrevivencia de las comunidades afectadas por los estragos de la guerra, la cual estuvo liderada por mujeres anónimas que desaparecieron en el tiempo, sin ningún recordatorio de su valentía.
La mujer en la Época Republicana Para esta época, (1830-1860), el Ecuador fue recocido como República, sin embargo, en los aspectos sociales y laborales de toda la sociedad ecuatoriana, el mandato y el poder todavía recaía en los terratenientes, dando una mano pesada a los trabajadores de clase baja, que eran mayoritariamente indígenas. Esta época llamada Republicana, no significó en sus inicios un cambio significativo para la mujer en su situación de sumisión a los actos sociales, políticos y laborales, pues ellas, seguían subyugadas por las creencias religiosas, políticas y sociales donde se daba el crédito solo a los hombres. Su responsabilidad se centraba en ser protectora del hogar y también procuraba la atención al marido y a los hijos. Como base de la familia se le imponía a la mujer manejar solo asuntos del hogar, más allá de su instrucción artesanal, la mayor parte, pasaba a ser un pasatiempo, sin ningún goce de dependencia económica. Y este “paradigma” se iba por generaciones reforzado, por las propias mujeres. Cuando se llega al segundo periodo de la República se empieza a notar una brecha de mayor acción por parte de las mujeres a nivel público, pero siempre con el respaldo de su cónyuge dando como consecuencia una dependencia económica. En 1869, en la presidencia de García Moreno, con la octava Constitución conocida como ¨la Carta Negra” se imponía la religión católica, y la educación de las mujeres estaba a cargo de las monjas de los Sagrados Corazones y monjas de la Providencia. Esta instauración de leyes fue un hecho favorable al desarrollo educativo de las mujeres, pese a la influencia del clero, a toda costa, se le da una salvaguarda en el ámbito académico, a la mujer que se refleja entre ellas mismas, donde empiezan a hacer tenues apariciones, se empiezan agrupar en comités femeninos.
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