La población en Europa según cálculos recientes (Jan de Vries) ascendía en 1500 a 60,9 millones, mientras que ya en el 1600 llegaba a los 77,9 millones, esta masa no estaba distribuida de manera homogénea, por lo que para facilitar análisis se divid

La población en Europa según cálculos recientes (Jan de Vries) ascendía en 1500 a 60,9 millones, mientras que ya en el  1600 llegaba a los 77,9 millones, esta masa no estaba distribuida de manera homogénea, por lo que para facilitar análisis se dividirá en tres regiones.

La Región Atlántica es la región que presenta un mayor crecimiento, teniendo como ejemplo a Inglaterra, que  paso entre 1500-1600 de 2,3 millones a 4,2 millones de habitantes, con una  tasa de crecimiento del 82,6 por 100. Países Bajos presento un crecimiento de un 57,8 por 100. Escocia e Irlanda un 25 por 100. La segunda Región  es Europa oriental quien presenta una tasa de crecimiento del  28,8 por 100 entre los años 1500-1600. Y por último, la Región del Mediterráneo nos muestra un crecimiento del  21,8 por 100 del año 1500 al 1600. En  relación al crecimiento de población, este supone un aumento en la demanda de bienes y servicios al interior de la economía europea, pero a la vez nos encontramos con un equilibrio entre el campo y la ciudad en cuanto a la distribución de la población, aun cuando la ciudad el principal centro de  fabricación y consumo de manufacturas.

Los índices de urbanización, bajos en toda Europa (aunque varían por región, no siendo uniformes tampoco en los países),  se estancaron, lo que indica una débil correlación entre los índices de urbanización y crecimiento económico en el siglo XVI. Ejemplo: las capitales se encontraban llenas de mendigos y trabajadores ocasionales. Una de las causas de este problema, se encuentra en que el grueso de las ciudades siguió económicamente aislado y poco integrado a los centros regionales, y aunque se originaron una serie de nuevas ciudades, no tuvieron mayor relevancia, porque habían sido establecidas por la nobleza como centros administrativos,  no ejercían una producción manufacturera que las erigiera como centros comerciales.

La inflación en el siglo XVI (precios al alza) suscito  importantes fluctuaciones entre regiones o países por mercancías.  Pero lo interesante es que el grano subió con más rapidez que los productos manufacturados, la razón, esta alza de precios provoco que la renta disponible para el consumo se destinara a la compra de alimentos, especialmente grano, y que disminuyera la compra de bienes de lujo.

Una de las explicaciones más conocida, es el impacto que tuvieron las importaciones de metales preciosos del Nuevo  Mundo, lo que contribuyó en parte, porque de mayor importancia fue la aparición de nuevas formas de deuda pública consolidada, el establecimiento de bancos por acciones o bolsa, la expansión de los créditos, que supuso expansión del dinero y la aceleración de velocidad de las rentas, por lo tanto inflación. Como consecuencia, los salarios no pudieron seguir el ritmo del alza de los precios, viéndose los trabajadores asalariados frente a un progresivo empobrecimiento durante  el siglo. Se limitación los salarios con intervención de los magistrados y con la aprobación de los artesanos. A la vez que (los salarios) eran  pagados en especies, en parte, y en el campo, los jornaleros eran pagados con alojamiento  y comida, como medida de protección para los más necesitados, producto de la inflación.

Economía Europa oriental.

La visión clásica, la considera como una víctima del retraso económico en comparación con Europa occidental. Motivada por aparición de la “agricultura especializada en el cultivo de cereales en grandes fincas (latifundios) bajo el control de la nobleza. Ha sido normalmente una prueba de la dependencia colonial de Europa del este a los mercados de occidente”34. Prueba de esto, el crecimiento del régimen señorial intensificado, campesinos degradados a la condición de siervos, con la obligación de prestar servicios a menudo no pagado y a la vez, expulsados de sus tierras por medio de la expropiación.

En cuanto a su producción, fue notorio el aumento en las exportaciones del grano a lo largo del siglo. Pero su principal causa no fue la demanda ultramarina, sino el mercado local o regional, con el que se abastecía el mercado interno regional oriental.

Las mayores inversiones se destinaban a la minería, las de plata principalmente (Bohemia, Eslovaquia, Carintia.) y a la vez se desarrolló un mercado secundario de plomo y cobre, para la producción de artículos de hogar y armas. Las inversiones provenían de compañías comerciales y financieras  alemanas. La decadencia de la minería de la plata europea se establece con la llegada de plata peruana, más barata.

Principal característica es la servidumbre (la gutsherrchaft). La explicación proviene del poder de la nobleza, quien podía ejercer coerción debido a la estructura de poder social y político, monarcas débiles y los desórdenes de las guerras y contiendas civiles. La nobleza ejerce una marcada influencia en los monarcas, mientras que las  ciudades y la burguesía no eran capaces de contrarrestar su fuerza.  

La nobleza tenía en su poder  a la economía feudal, pudiendo recurrir a la servidumbre y a la prestación de servicios en forma de trabajo en vez de “hacer uso de los arriendo capitalistas, unos alquileres más elevados y la mano de obra asalariada del mercado libre.”42 El motivo, la facilidad de obtener beneficios económicos por medio de la servidumbre, siendo más competitivos en el mercado internacional. No obstante, son los responsables de los estragos económicos del este de Europa y su retraso social, razón de las pocas e insuficientes mejoras tecnológicas y la poca inversión (además de disfrutar de una vida de apariencias y lujo), que impidió el nacimiento de una “burguesía racional”.

Desde la segunda mitad del siglo XVI, el avance de la jurisdicción señorial intensificada (gutsherrschaft) permite a los nobles comenzar a explotar la producción artesanal y textil, con el traslado de la industria a zonas rurales. El atraso de la economía europea oriental, se relacionada con el surgimiento de la servidumbre, la dominación de la nobleza y el carácter de la producción.

Región mediterránea.

Caracterizada también por el atraso económico, para  Wallerstain, el Mediterráneo es semiperiferia, y más, una dependencia colonial de las economías del Atlántico.

El sector urbano, presenta una demanda sostenida de bienes y servicios por parte del consumidor y la inversión de las elites urbanas se encuentra en  las zonas rurales, donde el rendimiento de los cultivos varía  dependiendo de la región.

Los campesinos ocupan la estrategia de diversificación estacional de cultivos, no la de especialización, para disminuir los riesgos frente al mercado. Poseen contratos de aparcería, en el  que el “propietario de la tierra extendía un crédito al labrador, en forma de semillas, aperos, capital o la propia parcela, a cambio de una parte de la cosecha”. Sistema ineficaz y atrasado, que no permitía la inversión o las mejoras tecnológicas.

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