La primera excavación arqueológica de América

Escuela Nacional de Antropología e Historia

Control de lectura Daniel Schávelson

La primera excavación arqueológica de América

Profesor: Carlos Navarrete Cáceres

Alumna: Alma Guadalupe Torres López

Número de expediente: 120150112  

Según las historias tradicionales sobre la arqueología americana, la primera excavación arqueológica fue realizada por Thomas Jefferson en el año de 1790. Es considerada arqueológica por dos motivos importantes: no buscaba oro y joyas y la otra obtener la mayor cantidad de información posible; sin embargo Ralph Rowlett sostiene la posibilidad de que mucho antes que Jefferson los vikingos había arribado a tierras del norte en los siglos 981 y 982 respectivamente.

Pero ¿Cuándo realmente nace la arqueología en América Latina?, es importante saber quién fue esa persona y qué lugares excavó. Se trata del célebre Carlos de Sigüenza y Góngora, escritor, historiador, cosmógrafo, artista y novelista del siglo XVII de la Nueva España.

Don Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1700), criollo mexicano, miembro de la Compañía de Jesús realizó gran cantidad de trabajos sobre astronomía,, matemáticas, arte e historia, fue un personaje célebre para su época.

Posiblemente en una fecha cercana a 1675 Don Carlos de Sigüenza y Góngora realizó una gran excavación en la Pirámide de la Luna en Teotihuacán, la mejor referencia antigua sobre este trabajo la refiere Lorenzo Boturini en 1746.

En palabras de Lorenzo Boturini la pirámide tenía el “centro vacío”, usando las mismas palabras que Humbolt, aunque éste no había visitado Teotihuacán. Al contrario de él Brantz Mayer que sí la había visitado, nos dice que no encontró ningún vestigio de alguna cultura.

Otra evidencia es la realizada por Antonio García Cubas que trabajó en Teotihuacán en 1863 y después en 1895 que excavó en la Pirámide de la Luna levantando la gran capa de escombros y haciendo una gran limpieza de las aristas del lado sureste. Más tarde Francisco Rodríguez otro pionero de la arqueología mexicana, exploró la cara austral de la Pirámide sosteniendo que la abertura que tenía era de la misma época de la Pirámide, cosa que no era cierta, pero sí tenía ya doscientos años de haber sido realizada.

A pesar de las exploraciones de Boturini ningún otro explorador habló de la Pirámide del Sol; mucho tiempo después ya en 1910 Leopoldo Batres reconstruyó la enorme estructura y no mencionó lo anterior por los otros exploradores.

Es de gran importancia destacar que Sigüenza fue albacea de los descendientes del cronista Alva Ixtlilxóchitl, heredero de los antiguos reyes de Teotihuacán, y que entre las propiedades que administraba Sigüenza estaban estas ruinas.

La historia de la arqueología en América atribuye el mérito a Thomas Jefferson, sin embargo se puede decir que esta vez fue un latinoamericano quien realizó las exploraciones a una escala mucho mayor y con una inquietud científica, y principalmente sumándole la importancia histórica, tomando en cuenta la importancia que significaba para el siglo XVII, incluso antes del fenómeno de la Ilustración en la Nueva España.

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