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La propuesta monetaria ideal de Milton Friedman


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2013  •  2.014 Palabras (9 Páginas)  •  454 Visitas

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La propuesta monetaria ideal de Milton Friedman

por Adrián Ravier

Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.

Independientemente de los esfuerzos que realizó Milton Friedman por caracterizar sus contribuciones con la objetividad de un científico, tanto en vida como en la actualidad, es identificado por colegas, y también por críticos, con la ideología liberal.

Friedman creía en los mercados libres y desconfiaba del estado. Compartía con los miembros de la Mont Pelerin Society —a la que pertenecía— ciertos principios básicos en favor de la libertad individual, la economía de mercado, la propiedad privada y el gobierno limitado, aunque hay que aclarar que algunos miembros de la sociedad serían críticos de este último punto, al defender el anarco-capitalismo.

Pero aun siendo un libertario, Friedman fue criticado por varios de sus colegas de la sociedad. Walter Block, sintetiza los puntos en conflicto en su defensa de los vouchers para el sistema educativo, un impuesto negativo sobre la renta, los tipos de cambio flexibles, las leyes anti-trust, la oposición al patrón oro y su crítica a la privatización de las rutas y el océano.1

En este artículo no vamos a trabajar en todos estos puntos, pero tomaremos algunas palabras de Friedman sobre su propuesta monetaria para una sociedad libre para ofrecer algunas aclaraciones sobre su pensamiento.

La libertad de elegir

Friedman luchó por la libertad de elegir.2 Pensaba que la propiedad privada es la base del intercambio, la justicia y el progreso en la sociedad. Defendía el laissez faire capitalista y creía en la mano invisible de Adam Smith, en el sentido de que acciones individuales, aun cuando pueden ser egoístas, maximizan tanto el bienestar individual como el de la sociedad.3 Fue crítico de Marx y de las doctrinas marxistas de la explotación, así como de las nociones anti-capitalistas.4 Defendió el libre comercio, la política de libre-inmigración y la globalización. Luchó por la eliminación de barreras que impiden en ciertos países el ingreso de bienes y servicios, capitales y personas. Se opuso a los controles de cambio, a los controles sobre precios, rentas y salarios, incluyendo el salario mínimo. Creía en limitar al gobierno y en tal sentido propuso la privatización, la desregulación y la desnacionalización. Se opuso al Estado de Bienestar y a los privilegios especiales. Rechazó la planificación central socialista y todas las formas de totalitarismo. Reconoció que cierta desigualdad entre los habitantes del pueblo es inevitable, pero sabía que los principios de la economía de mercado podían terminar con la pobreza. Defendió la igualdad ante la ley, para el rico y para el pobre. Refutó al keynesianismo y explicó los errores de aquellos marxistas que piensan que el capitalismo es inherentemente inestable y que requiere del gobierno para estabilizar la economía. Se opuso al déficit fiscal, a los impuestos progresivos y al Estado de Bienestar y defendió las alternativas del mercado libre sobre la educación y la salud.5 Pero sobre todo, Friedman fue —tanto por sus trabajos teóricos, como empíricos— el mayor enemigo de la inflación, a la que definía como “un impuesto sin legislación”.

Un sistema monetario para una Sociedad Libre

Y es éste justamente uno de los campos principales de conflicto. Cuando a Murray Rothbard —otro importante miembro de la MPS— se le consultó respecto al pensamiento de Milton Friedman, su respuesta fue que “es excelente, excepto en moneda”.6 Rothbard, como tantos otros autores libertarios, han acusado a Friedman de pensar que el sistema de banca central es parte de un sistema monetario ideal en una sociedad libre.

Esta confusión, proviene de analizar la propuesta monetaria más conocida en Friedman “bajo un sistema de banca central”, al aplicar una regla monetaria simple, donde la cantidad de dinero aumenta en forma moderada y estable año a año, acompañando el crecimiento de la economía y manteniendo el nivel de precios estable.

Pero es aquí precisamente donde puede resultar ilustrativa la lectura de una conferencia que Friedman ofreció ante la Sociedad Mont Pelerin en 1981, en Viña del Mar.7 Allí Friedman recalcó que no existe otro aspecto importante además de la política monetaria, respecto del cual los liberales lleguen, partiendo de los mismos principios fundamentales, a conclusiones tan divergentes. Y si bien Friedman evalúa críticamente algunos de los distintos sistemas monetarios alternativos propuestos por sus colegas de la Mont Pelerin Society, no lo hace por considerarlos indeseables, sino por calificarlos de inviables.

No se trata de volver sobre el tradicional debate entre “reglas versus discrecionalidad”, sino avanzar hacia otras propuestas discutidas “entre liberales”.8

Veamos algunos extractos sobre su “crítica” a un posible retorno al patrón oro:

“El retorno a un patrón oro real bien puede ser deseable, pero actualmente es imposible. Requeriría que todos los países abandonaren el uso de la política monetaria como un instrumento para afectar el empleo o los niveles de precios internos”.

Y luego agrega:

“¿Es probable que el resultado sea un uso extensivo del oro? Mi conjetura es que no; que ello no ocurrirá a menos que la conducta monetaria de EE.UU. se haga mucho peor de lo que ha sido y produzca tasas de inflación que sean un múltiplo substancial de las que hemos estado experimentando. La ventaja de un medio de intercambio común; los costos en recursos de un verdadero patrón oro; y los problemas de transición para sobreponerse al hábito y a la inercia, serán, creo yo, suficientes para impedir el surgimiento de un patrón privado realmente significativo.

Sin embargo, me apresuro a agregar que éste es un juicio empírico, no una recomendación o una expresión de oposición a medidas privadas tendientes a promover el desarrollo de un patrón oro privado. Si alguno efectivamente se desarrolla, sería muy bienvenido”.

Algo similar ocurre con su crítica a la propuesta de monedas competitivas de Hayek:

“En resumen, en teoría hay muchas razones para aprobar las proposiciones del profesor Hayek de

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