La regencia de María Cristina.

Tema  9. La Regencia de María Cristina de Habsburgo y el turno de partidos. La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo.

La asunción a la Regencia. El rey Alfonso XII muere joven y asume la Regencia su esposa María Cristina de Habsburgo. Con la muerte del rey, Sagasta sustituyó a Cánovas; aunque se habla del Pacto del Pardo entre los políticos para establecer el turnismo, su existencia es dudosa.

El turno de partidos. El turno de partidos se inspira en el bipartidismo del sistema canovista. Aunque en teoría los dos partidos políticos (conservador y liberal) son muy diferentes, en la práctica no estaban tan alejados; ambos aceptaron el fraude electoral. Este turno de partidos, también se dio en otros países europeos como Italia o Portugal. El procedimiento era: los partidos se relevaban el poder pacíficamente y aceptaban los cambios del nuevo partido en el poder; la Corona mandaba formar gobierno al otro partido, disolvía las cortes y convocaba nuevas elecciones que estaban manipuladas.

Caciquismo y fraude electoral. El fraude electoral estaba legitimado a través del sufragio. Existía una red piramidal: en Madrid estaba los personajes influyentes de los dos partidos, en las capitales provinciales estaban los gobernadores civiles y en las comarcas, pueblos y aldeas estaban los caciques. El procedimiento era: el ministro de Gobernación, confeccionaba el encasillado y los gobernadores imponían el encasillado a través de los caciques; los caciques se encargaban de la manipulación directa mediante “pucherazos”, amenazas y extorsiones. El fraude era más fácil en el campo que en las ciudades.

La labor del gobierno liberal. Aunque durante la Regencia los partidos se turnaban pacíficamente en el poder, había cierto protagonismo liberal con María Cristina y cierto protagonismo conservador con Cánovas. Los liberales emprendieron reformas como la Ley de Asociaciones o La ley se Sufragio Universal.

Regionalismo. El Carlismo perdió su importancia anterior y el apoyo del Papado y quedo reducido a País Vasco y Navarra. Además, se dividió en dos tendencias: integristas, que criticaban a Carlos VII por considerarle demasiado liberal y defendían el catolicismo y tradicionalistas, que defendían una monarquía tradicional católica y un cierto regionalismo. Los republicanos, que habían sido duramente reprimidos en los inicios de la Restauración y en este momento no tenían apenas apoyo social, se dividieron en: Federalistas, que estaban liderados por Pi i Margall y eran partidarios de posturas socializantes; Unionistas, que estaban liderados por Samerón y eran partidarios de la centralización; Radicales, que estaban liderados por Zorrilla y que eran partidarios de la insurrección y los Posibilistas, que estaban liderados por Castelar.

 Catalanismo. Los nacionalismos del Estado Español son el catalán el vasco y el gallego. Durante el Romanticismo surge la Renaixença, que pretendía recuperar la lengua y cultura catalanas. Aunque en el sexenio democrático, los Federalistas intentaran instauran un estado catalán, no se puede hablar de Catalanismo como movimiento político hasta la Restauración. El primer manifiesto catalán fue Lo Catalanisme, que luchaba por la autonomía política y la defensa de la identidad de Cataluña. El ideólogo más activo fue Prat de la Riba. En 1892 la Unió Catalanista organizó una asamblea para elaborar el programa político de la entidad que tuvo como resultado las Bases de Manresa. El partido político más importante de Cataluña fue la Lliga Regionalista, partido conservador que aspiraba a la autonomía de Cataluña y tenía como base social a la burguesía industrial.

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