Las Reformas Borbónicas

Las Reformas Borbónicas

Iniciando los primeros años del siglo XVIII, inicia una transformación en la manera de llevar la administración de sus territorios americanos, inician de manera tímida y audaz con el objetivo de la corona española de tomar retomar el control de la Nueva España, durando estas reformas todo el siglo.

La modernización borbónica, tuvo sus bases en una forma de pensamiento y de sistema de valores que se conoce como la ilustración, caracterizado por la confianza humana, el descredito de las tradiciones, la oposición a la ignorancia, la defensa del conocimiento científico y tecnológico como medios para transformar el mundo, mediante la razón y no la religión a los problemas sociales, se opta por el despotismo ilustrado como forma de gobierno.

Esta forma de gobierno entra a través de la aristocracia, funcionarios y eclesiásticos; con contrastes chocantes por la sociedad tradicional. De los primeros ilustrados fue Benito Jerónimo Feijoo cuestionando amena y directamente ideas de carácter común delimitado por la fe católica, por otra parte los ministros de Carlos III y Carlos IV quienes influyeron en el ánimo reformista y la difusión de los ideales ilustrados mediante las Sociedades Económicas de Amigos del País y la emergente prensa periódica.

En América estas ideas se aplicaron en un molde de un gobierno ilustrado con un monarca absoluto el cual no era cuestionado. Por este motivo los cambios modernizadores sobre el gobierno virreinal de mayor impacto se llevaron a cabo entre los años de 1760 y 1808 conocidas como “las reformas borbónicas”, las cuales tenían cambios el ámbito fiscal, militar, comercial y el fomento de actividades productivas; diluyendo privilegios lo cual apoyo algo la condición del indio extendiendo la cultura, inicia un envió de personajes ilustrados de Europa para impulsar la ciencia, arte, cultura e industria. En tanto en la sociedad se diluyen estas ideas de manera disimulada dando paso a una sociedad con ánimo de emancipación hasta revolucionaria. Abriendo la visión de los criollos de abuso y defectos del dominio español. Estas reformas llevan a buen crecimiento económico, la apertura al mundo atlántico y el inicio de una sociedad que se percata que había logrado un cambio.

El reformismo borbón en la Nueva España inicia con inspecciones a personas y oficinas ordenadas por el Rey Felipe V, concientizando a la corona del deterioro administrativo del virreinato. Con los buenos resultados de una economía vigorosa se realizan cambios administrativos que permiten llevar a cabo cambios de mayor impacto, consistiendo la “centralización de los ingresos reales”, facultando a funcionarios del rey para el cobro de impuestos en manos de particulares.

La ocupación de la Habana por la armada inglesa en 1762, lleva a que el experimentado Carlos III de Borbón emprenda reformas con mayor vigor, iniciando de los virreinatos de manera política-administrativa que presentaban un rezago del siglo XVI. Estas reformas también incluyeron ordenamientos de índole internacional y principalmente bélico, fortaleciendo el sistema defensivo en el Caribe y la Nueva España, centralizando el poder en manos de funcionarios del rey. Se reforma la real Hacienda novohispana.

Los gobiernos de las Nueva España durante el reinado de Carlos III se caracterizan por hombres extraordinarios, siendo aspirantes por meritocracia ya que no eran nobles, impulsando la renovación del imperio en general y en particular de Nueva España. Sin ser suficiente a mediados de la década de 1770, José de Gálvez realiza una inspección de las cajas reales, nombrado ministro de las Indas en 1776 realizando medidas correctivas raíz de su visita creyéndolas necesarias. Emprendiendo la formación de cuerpos de defensa virreinales y establece la Comandancia General de las Provincias internas. Se intenta disminuir el poder del virrey con la administración provincial estableciendo intendentes y subdelegados (1786). A la muerte de Gálvez y con la llegada de Carlos IV enfrenta situaciones internaciones más complejas que su padre, se alcanza a ver un propósito distorsionado al inicial, en lo económico se ve un freno por la extracción de recursos fiscales de la sociedad novohispana por medio de la real hacienda. La población comienza a recurrir a préstamos y donativos en mayor medida por motivo de los conflictos internacionales, beneficiando a la Nueva España con un periodo entre 1796-1802 y 1804-1808 conocido como “comercio neutral”.

Las reformas borbónicas tuvieron un impacto importante en ámbito social y cultural, ya que la población es cuando resiente el dominio español ya que permitía el progreso a los privilegiado, aun a estos les costó apoyar a la corona; los criollos por sus parte se benefician de los grandes avances culturales y a la apertura de las sociedades del mundo atlántico a pesar de su resentimientos acumulados durante el periodo. A los indígenas se vieron más afectados las crisis de subsistencia en especial en 1785 a 1787 y 1808 a 1810. Iniciando el siglo XIX la Nueva España era la caja de caudales del monarca español, por su economía en vías de consolidación e identidad propia. Por presión de la corona empobrece a la población y nulifica el crecimiento económico futuro de la colonia y del México independiente. La corona no logra quitar esos sentimientos de cambio a favor de los novohispanos.

La visión las principales reformas dieron un marco de referencia para la Nueva España y para el México independiente, inclusive dieron las divisiones geográficas que tendría el México Republicano y gestan la decadencia económica del México independiente.

Las primeras reformas de la dinastía borbónica

Para el gobierno imperial de español era insostenible la situación de su posesión más rica en América. Tras las tres accidentadas visitas de 1710-1715, 1716, 1729-1733 se detecta la necesidad de modificar el estado de las cosas: por ejemplo motivando a las autoridades metropolitanas a recaudar la renta de alcabalas, casa de moneda, tributos, pólvora, tabaco, naipes, derecho a ensaye, bulas, pulque, etc. Siendo estas administradas por los funcionarios de la corona en vez de arrendar alguna corporación. La centralización de las rentas continuo durante casi todo el siglo, incorporan alcabalas a la administración fiscal novohispana los cual ocurrió de 1754-1776 de esta manera otorgaba la facultad a la corona a no vender por un monto fijo la función del cobro de impuestos, incrementando lo recaudado y reduciendo gastos.

Al lograr la centralización, la corona desembolsa grandes cantidades de dinero, hace más sólida la estructura administrativa del erario novohispano; útil para la economía virreinal ya que venía con un buen desempeño a finales del siglo XVII, medida su economía por

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