Las expediciones europeas, las nuevas rutas comerciales y la expansión en América

Las expediciones europeas, las nuevas rutas comerciales y la expansión en América

Humberto Domínguez Chávez y Rafael Alfonso Carrillo Aguilar

CCH/UNAM Planteles Azcapotzalco y Sur

Febrero de 2007

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Introducción

La ventajosa situación geográfica de Portugal y España puso al alcance de sus marinos los más novedosos instrumentos náuticos y facilitó la afluencia de los más diversos tipos de embarcaciones a sus puertos. En Sevilla, Lisboa o La Coruña se dieron cita milenarias tradiciones marítimas, que recogían la experiencia mediterránea de fenicios, griegos, romanos, árabes e italianos y los aportes de vikingos, bretones y flamencos del norte de Europa.

La Península Ibérica en el siglo XV. Editorial Marín (1997), Atlas Histórico Marín, Barcelona, 1997; p. 66

http://www.puc.cl/sw_educ/historia/expansion/HTML/m21011.html

Las embarcaciones

El mayor aporte de la navegación hanseática, en el Atlántico del Norte y el Mar Báltico, fue realizada con un tipo de embarcación conocido como coca, que empleaba un timón de codaste; denominado así, por el grueso madero que como continuación de la quilla cerraba el casco en la popa (parte trasera). El nuevo dispositivo permitió mejorar la maniobrabilidad del barco y poder así mantener mejor la dirección y el rumbo, porque ejercía una fuerza muy potente en el agua, superior a la de los timones laterales o grandes remos utilizados con anterioridad. Además, la coca empleaba una gran vela cuadrada, que había sido desarrollada por los vikingos en sus embarcaciones, los drakkares.

La carabela portuguesa emplearía diversos aportes de la navegación mediterránea y otros propios del norte europeo; así, el casco de la galera de la antigüedad serviría de modelo; se generalizaría el uso de varios mástiles, que aumentaba la superficie del velamen, la oposición al viento e incrementaba la velocidad de la embarcación y, por último, la utilización de la vela triangular, llamada vela latina, que se colocaba en el palo de mesana, ubicado en la popa del navío, y que facilitaba el poder navegar con vientos laterales; este último desarrollo tecnológico era originario del Océano Índico y había sido difundida en el Mediterráneo por los musulmanes, a partir del siglo IX.

Drakkar, embarcación vikinga de remos

http://www.puc.cl/sw_educ/historia/expansion/HTML/p2102.html

Diferentes embarcaciones usadas en el Mediterráneo

http://www.puc.cl/sw_educ/historia/expansion/HTML/p2102.html

La coca hanseática que se utilizó para la navegación de cabotaje en el Mar del Norte

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Carabela hispana del siglo XV

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La navegación

En la navegación del siglo XV se utilizaron la brújula y el astrolabio. Ambos instrumentos posibilitaron la travesía de altura, es decir, navegar lejos de las costas sin otro punto de referencia que las estrellas. La brújula consistía en una aguja imantada que siempre señalaba el norte. El astrolabio, en tanto, permitía calcular la altura de las estrellas, cosa importante para poder determinar la latitud geográfica.

Brújula en estuche de madera

http://es.wikipedia.org/wiki/Imagen:Compass_in_a_wooden_frame.jpg

Astrolabio marítimo

Planetario y Museo Astronómico Adler

http://astrolabes.org/mariner.htm

La cartografía tuvo un lugar muy importante en la expansión europea; su columna vertebral era una obra del siglo II: el Almagesto del griego Claudio Ptolomeo. Se trataba de una descripción del mundo conocido, acompañada de diversos mapas donde se podían apreciar Europa, Asia, África y mares como el Mediterráneo y el Índico. La escuela náutica italiana otorgó mucha importancia al florentino Paolo dal Pozzo Toscanelli, quien trazó un mapa indicando una distancia de 5,000 millas náuticas (9,000 kilómetros) entre China y Europa, en vez de las 11,500 existentes. El error animó a los navegantes a emprender la travesía por el Océano Atlántico.

El mundo conocido y su representación

Los marinos ibéricos del siglo XV basaban sus expediciones en el empleo de la brújula, la elaboración y uso de derroteros detallados, el establecimiento de tablas de diferencia, la elaboración y uso de cartas marítimas y la costumbre de verificar con regularidad los cuidadosos cálculos de estima que habían descrito otros marineros y que ellos, a su vez, redactaban.

Por

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