“Las tierras bajas del nordeste y litoral mesopotámico”. Rodríguez, J., y Ceruti, C.

“CAZADORES, RECOLECTORES Y HORTICULTORES DEL NORDESTE”

NORDESTE. ETAPA MEDIA

SÍNTESIS

* Rodríguez, J., y Ceruti, C. 1999 “Las tierras bajas del nordeste y litoral mesopotámico”. En Nueva Historia de la Nación Argentina, vol. 1. La argentina aborigen. Conquista y colonización: 109-133. ED. Academia Nacional de la Historia. Planeta, Buenos Aires.      

Las entidades culturales incluyen la fabricación de cerámicas, tecnología que se propagó desde el norte (probablemente la zona del Amazonas) mediante difusión. La cerámica adopta una expresión particular dependiendo de la cultura portadora, iniciando una diversificación regional.

Salto Grande: derivada de la cultura Ivaí, surge mediante un cambio gradual. Se distinguen por la incorporación de la alfarería. Son de los primeros pueblos que aprendieron a fabricarla. El rango cronológico se extiende entre 500 a.C. y 1400 d.C. La ubicación de sitios está superpuesta a los de la cultura anterior. Se conservan en los mismos rastros de fogones y conchales. El tipo de asentamiento es similar al de Ivaí. La pesca incluía una amplia variedad de peces que se obtenían mediante uso de arpones, trampas, redes y envenenamiento de aguas. Explotaban intensivamente dos especies de moluscos. La caza incluía varias especies de mamíferos, aves y quelonios. Se utilizaban puntas de madera o hueso, boleadoras y piedras de honda, así como trampas. Practicaban la recolección de los recursos de la selva. Se hallaron elementos de molienda, elaboraban subproductos y practicaban almacenamiento. Fabricaban la cerámica con arcillas de las cercanías, con altas inclusiones de antiplásticos. Modelaban las vasijas mediante la superposición de anillos de pasta y procedían al alisamiento. Utilizaban cocción oxidante (fuego abierto), que dio como resultado productos de calidad deficiente por falta de calor. Fabricaron ollas y escudillas sin asas, fuentes y platos. Algunas presentan incisiones, con motivos geométricos y líneas simples. Utilizaron poca pintura de color rojo. Trabajaron el hueso (arpones, puntas, leznas). Utilizaron adornos como colgantes y cuentas hechas con hueso, moluscos y cerámica.

Esperanza: son pueblos cazadores-recolectores muy móviles que se localizaron entre la margen izquierda del Paraná en Santa Fe, hasta la cuenca del Salí-Dulce en Santiago del Estero y Tucumán, así como en Córdoba, San Luis y Mendoza. El rango cronológico se extiende entre los inicios de la Era Cristiana y el 500 d.C. y el 1000. Dataciones en San Luis y Córdoba les dan una antigüedad entre 1500 a.C. (incluso hasta 5000 a.C.) y los tiempos de la conquista hispánica. Los asentamientos son campamentos base multitareas, que concentraban población y eran reocupados periódicamente. Son característicos los hornitos de tierra cocida (hornos canacos u hornos polinesios), es decir anillos de tierra cocida, de color ladrillo, que son bocas de estructuras en forma de pera o campana, utilizados para cocción de alimentos. Se hallaron materiales de piedra y cerámica, aunque la incorporación de esta ultima no implicó cambios socio-culturales importantes. Los instrumentos líticos fueron pulidos, o parcialmente pulidos y tallados. Se encuentran hachas, piedras de boleadora, elementos de molienda y pulidores. Los instrumentos tallados son raspadores, afiladores, cuchillos y puntas pedunculadas y aletas. La cerámica es prácticamente lisa. En la zona del Paraná se fabricaron vasijas de bases convexas y decoradas con fajas rojas paralelas o incisiones geométricas. En la zona de Córdoba y Santiago del Estero aparecen con bases cóncavas o planas y presentan marcas de redes que utilizaban para e modelado. Practicaron la pesca. Explotaron los algarrobales vecinos. Los restos de fauna demuestran un consumo basado en camélidos y aves de gran tamaño. Transportaban a los muertos en paquetes compactos de varios individuos, que eran depositados en las terminales de los viajes.

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