Lo esencial del clasicismo
Enviado por Aranzaesp • 25 de Mayo de 2017 • Resumen • 1.230 Palabras (5 Páginas) • 226 Visitas
Introducción
Se hablará de charlas escritas para la B.C.C. de 1963, con material ilustrativo de un folleto que se publicó por entonces para oyentes. Este escrito es para cualquiera que se siente atraído por la historia de la arquitectura; libro dedicado a cualquiera que aprecie la arquitectura lo bastante como para dedicarle una reflexión, en lugar de limitarse a in rápido vistazo.
Lo esencial del clasicismo
Para llamar a un edificio clásico, se toma en cuenta distinciones elementales, ya que tiene cualidades importantes para la arquitectura en una nomenclatura estilística.
La arquitectura clásica hunde sus raíces en la Antigüedad, en los mundos de la religiosa Grecia y la militar, civil y religiosa Roma, ocupándose de su naturaleza y utilización, como el lenguaje arquitectónico común. Un edificio clásico es aquel cuyos elementos decorativos proceden del vocabulario arquitectónico del mundo antiguo, del mundo “clásico”; elementos fácilmente reconocibles y estandarizados. [pic 1]
La arquitectura clásica a nivel superficial nos permite reconocer el “uniforme” que viste cierta clase de edificios, a los que llamamos clásicos. Pero no nos dice nada de la esencia del clasicismo arquitectónico; declaraciones sobre esta afirman que la finalidad de la arquitectura clásica ha sido siempre el lograr una armonía demostrativa entre las partes, armonía que caracterizaba a los edificios antiguos y en parte “intrínseca” a los principales ornamentos antiguos, especialmente los cinco órdenes. Teóricos consideran que la armonía de una estructura se consigue mediante las proporciones entre las diversas dimensiones sean en funciones aritméticas simples y que los cocientes numéricos sean los mismos o estén relacionados entre sí de modo muy directo, y esta armonía resultará comprensible ya sea por el uso explícito de uno o más ordenes como elementos dominantes.[pic 2]
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Pero es importante recalcar que no es posible calificar de “clásico” a un edificio que no presente absolutamente ninguno de los signos que se asocian normalmente con la arquitectura clásica, en virtud únicamente de sus proporciones.
La arquitectura clásica solamente es identificable como tal cuando contiene alguna alusión, por ligera o marginal que sea, a los órdenes; como lo edificios de Auguste Perret son clásicos en ese sentido, a pesar de los materiales modernos.[pic 4]
Un orden es la unidad de >columna y superestructura< de la columna de un templo. Los cinco órdenes son: toscano, dórico, jónico, corintio y compuesto. En el 3er y 4to libro de Vitruvio describe tres órdenes que son el jónico, corintio y dórico, con notas del toscano. Leon Battista Alberti los describe con bases en Vitruvio y parte de sus propias observaciones; aunque añadió un quinto orden que combina los rasgos del jónico y el corintio, el compuesto. Fue Sebastiano Serlio quien canonizo los órdenes convirtiéndolos en una autoridad indiscutible, simbólica y casi legendaria. En el libro sobre los órdenes de Serlio comienza con un grabado que representa los cinco órdenes alineado según su delgadez relativa (según el coeficiente entre el diámetro interior y la altura). Él explica todo de un modo tan categórico que los órdenes parecen ocupar en la gramática de la arquitectura un lugar inamovible.[pic 5]
Los sucesores de Serlio siguieron discutiendo de los órdenes y casi todos los manuales de arquitectura de los siglos XVII y XVIII empezaban igual. Se llegó a considerar los órdenes la piedra angular de la arquitectura, como instrumentos arquitectónicos de la misma finura posible, viéndolos como productos de la naturaleza.
Los cinco órdenes de la arquitectura son expresiones gramaticales que imponen una disciplina en la que la sensibilidad personal tiene siempre cierta libertad de acción y a veces puede saltar por el genio poético.[pic 6]
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