Los Dioses Atlantes
Enviado por aldoglz71 • 27 de Febrero de 2014 • 544 Palabras (3 Páginas) • 403 Visitas
Dioses Atlantes de Tula
Cuentan algunas leyendas que los toltecas (en nahuatl significa: “maestros constructores”) después de abandonar misteriosamente la ciudad de Teotihuacán, construyeron una réplica a pequeña escala de lo que sería su nueva capital, allá por el año 800 d. C. Su fundador fue Quetzatcóalt, a quien las mismas leyendas describen como un hombre “blanco y barbado”.
A esta ciudad la denominaron Tollan (lugar de muchos barrios), y durante muchos años fue el foco principal de la civilización en Mesoamérica, reinando una dinastía de reyes-sacerdotes descendientes del dios Quetzalcóatl. Para muchos investigadores Tollan fue una ciudad mítica, más propia de la fantasía que de la realidad. No fue hasta finales del siglo XIX que se procedió a su descubrimiento en un lugar llamado en la actualidad Tula, próximo a la ciudad de México D.F. (unos 80 kms) y de la antigua Teotihuacán (unos 65 kms).
Las cuatro colosales estatuas conocidas como los “Atlantes de Tula”, situados sobre la Pirámide de Tlahuizcalpantecuhtli, que parecer sirvieron de columnas para el Templo de Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada , un dios blanco y barbado. La teoría más aceptada sobre lo que representan estos colosos es la de un grupo de guerreros toltecas en función de guardia permanente del Templo de Quetzalcóatl.
Los primeros trabajos arqueológicos para desenterrar los misterios de la antigua Tollan se iniciaron a comienzos de los años cuarenta de la mano del arqueólogo mexicano Jorge R. Acosta. Al igual que Teotihuacán, la ciudad de Tollan se estructuraba sobre un eje norte-sur sobre el que se ubicaban un gran número de edificios ceremoniales orientados en dirección este-oeste. Al sur del eje principal existe una gran plaza cuadrada presidida por un gran altar, donde se encuentran dos pirámides de cinco pisos y una cancha donde se practicaba el juego sagrado de la pelota. En la mayor de las dos pirámides de esta plaza se encontraron algunos objetos de oro, pero fue en la menor de las dos pirámides, bautizada con el nombre de Pirámide de Tlahuizcalpantecuhtli (estrella de la mañana) dedicada al dios Quetzalcóatl, la “Serpiente Emplumada” donde fueron localizadas enterradas en una profunda zanja cuatro colosales estatuas de casi cinco metros de altura a las que se denominó “los atlantes de Tula”.
Cada uno de estos “atlantes” (cuyo nombre proviene de la diosa Atlatona) esta constituido por cuatro piezas o bloques que encajan milimétricamente unos con otros. En su base, el primer bloque se corresponde a las piernas y pies. El segundo y el tercero de los bloques forman el tronco, y por último, el cuarto de los bloques representa la cabeza cubierta por un tocado de plumas. Llaman poderosamente la atención algunos detalles de la indumentaria de estos colosos, como por ejemplo la presencia de dos objetos de gran tamaño sobre las orejas de las figuras. El pecho está cubierto
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