Los Miserables

Cumbres Borrascosas, la Sociedad frente

a la Solidaridad y lo Humanista

Dentro de la novela romántica Cumbres Borrascosas escrita por Emily Brontë se pueden apreciar distintas distinciones con respecto al comportamientos con respecto al comportamiento de los diferentes personajes en relación a lo que se puede representar como un reclamo idealista de la responsabilidad solidaria y humanitaria, pero francamente esta novela a través de la concepción estética que contiene nos muestra como la distinción social va a prevalecer dentro de los personajes generando un rechazo a lo que podemos considerar solidario y humanista hoy en día.

Dentro de los años en que se escribió dicha obra podemos ver que se destaca la distinción de estatus entre los distintos estratos sociales lo que de cierta forma evita que las clases sociales se mezclen, evita que estas mantengan una relación sostenible en el tiempo generando cierto rechazo entre ellos y finalmente nos muestra lo poco solidarios que son las sociedades, cosa que a la vez nos muestra lo poco humanistas que podemos llegar a ser. Esto se puede ver reflejado a través de la siguiente cita “Hindley le tiró la pesa, que alcanzó a Heathcliff en el pecho. Cayó al suelo, pero se levantó en seguida, pálido y tambaleante. A no habérselo yo impedido, hubiera ido inmediatamente a presentarse al amo, sólo para que por su estado se diera cuenta de la mala acción de Hindley. –Coge mi caballo, gitano –rugió entonces el joven Earnshaw-, y ¡ojalá te desnuques con él! ¡Tómalo y maldito seas, miserable intruso! Anda y arranca a mi padre cuanto tiene, y demuéstrale quién eres después, engendro de Satanás. ¡Tómalo, y así te rompa a coces el cráneo!” (Emily Bronte, Cumbres Borrascosas, pág. 50), aquí podemos ver el desprecio que tiene Hindley hacia Heathcliff y como su estatus superior lo impulsa a llamar “gitano” a Heathcliff de una forma hiriente y despectiva. A esto se le puede sumar lo siguiente: “Isabel balbució: -¡Qué horror! Enciérralo en el sótano, papá. Se parece mucho al hijo de la gitana que me robó mi faisancito domesticado. ¿Verdad, Eduardo?” (Emily Bronte, Cumbres Borrascosas, pág. 64), aquí podemos ver que solamente por la apariencia atacan a Heathcliff, con tal nivel de repulsión de querer encerrarlo en un sótano.

Por otro lado podemos ver como esta novela romántica nos entrega un aspecto muy característico de lo que es el romanticismo como tal, la rebeldía, pero de qué forma podemos ligarla a la poca muestra de solidaridad y humanismo que la novela nos muestra. Esta se puede ver expresada a través de la siguiente cita “…Mientras yo reflexionaba sobre estos temas, el cristal de la ventana saltó en pedazos, y a través del agujero apareció el negro rostro de aquel hombre. Pero como el marco era demasiado estrecho para que pasase, sonreí, pensando que me hallaba a salvo de él. Heathcliff tenía el cabello y la ropa cubiertos de nieve, y sus dientes, agudos como los de un caníbal, brillaban en la oscuridad. –Ábreme, Isabel, o te arrepentirás –rugió él, bufando, como decía José.-“ (Emily Bronte, Cumbres Borrascosas, pág. 219), aquí podemos ver como Isabel se rebela frente a Heathcliff desobedeciendo lo que este último le pedía, tratando de hacer valer lo que a ella le beneficiaba y dejar de lado esa figura reprimida que tenía. Con esto quiero llegar a la siguiente frase “La insatisfacción ante la realidad

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