Los sofistas. ¿Quiénes fueron estos personajes?

Los sofistas

Profesora: Patricia E. Knorr

Alumno: Leandro Cardarelli

Profesorado: 1º año filosofía

Instituto: “Leopoldo Marechal” nº42

Año: 2016

Introducción

Atenas estaba en el auge de su vida artística, tras el triunfo contra los persas en las guerras médicas, Atenas vivió una etapa de prosperidad, libertad y expansión. Los habitantes de la misma vivieron varias décadas de esplendor, que no se volvió a repetir a lo largo de su historia. Esta etapa en el siglo V a.C. fue conocida como el “siglo de Pericles”. Atenas se convirtió en un centro importante para la literatura y el arte.

La política era la principal actividad de los ciudadanos atenienses y de los ciudadanos de las demás polis griegas. La pregunta que surge durante es este periodo se enfocaba a la vida pública, ¿Qué habilidades hacen falta para participar exitosamente en la vida pública?, ¿cómo se triunfa en la política? Estas son las preguntas para las cuales se requiere una respuesta, es por esto que van a surgir aquellos personajes conocidos como sofistas para tratar de darle sentido a las preguntas  

Los sofistas

¿Quiénes fueron estos personajes?

La palabra “sophistes” significaba maestro en sabiduría. Como tales se presentaban en diferentes ciudades, participaban en la política y cobraban por sus lecciones. Sabía o simulaban saber de tales temas como por ejemplo, astronomía, geometría, aritmética, música, pintura, etc. Pero su ciencia no buscaba la verdad sino una mera apariencia de saber porque esta reviste de autoridad. No se les consideraba filósofos pero tenían algo en común, una actitud que se podría considerar filosófica: el escepticismo y relativismo. Ellos creían que el ser humano fuese capaz de conocer una verdad válida para todos, cada quien tenía su propia verdad.

Su enseñanza

Los sofistas enseñaban el “arete” la cual se utilizaba para estar al corriente de las nuevas circunstancias sociales y políticas. El mismo significaba un arte de persuasión mediante el dialogo, pues se trataba de adquirir el dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad; sin de los intereses del que habla. Dicha “arete” es inapelable en un punto de vista subjetivo

Los pensadores

Protágoras

El más célebre y emblemático de sofistas considerado como el más filosófico de estos; Protágoras nació Abdera, contemporáneo a Sócrates. Después de recorrer varias ciudades de Italia y Grecia, se instala en Atenas, probablemente por los años 450 a.C.

Se sabe que escribió un tratado denominado “antilogías”, el cual plantea, argumentos (logo) y opuestos (anti). El objetivo primordial de Protágoras fue mostrar que dichos argumentos, los cuales describen la realidad de dicho objeto, como anuncia Cordero “la realidad del objeto no puede ser exhibido, ya que no podemos saber cuál de los dos argumentos es válido. Ambos pueden ser válidos, ambos pueden ser falsos, y no hay ningún criterio para decir cual corresponde a la “esencia” del objeto ya que ella no existe^[1]”. Estos mismo que plantea el autor nace de una tesis echa por Protágoras en la cual afirma que, un determinado argumento por más débil que este sea puede llegar a vencer en muchos casos al argumento más fuerte; ya que la realidad no es captable por la razón, porque el ser no es permanente en las cosas, esto quiere decir que dichas cosas solo se presentan en la realidad tal como son.

Gorgias

Por los años 427 a.C., los habitantes de Leontiuin en Sicilia, enviaron a Atenas, en carácter de embajador a su compatriota Gorgias, el cual como Protágoras, ejercía la profesión de sofista, llamando la atención de los atenienses con sus discursos y elocuencias. Gorgias ejercía la retórica, pero sien el perjuicio de incluirla en la ciencia universal. Tras varios años de su llegada a Atenas, realiza un contrato en cual describe tres tesis distintas:

1. Nada existe
2. Si algo existiese, sería impensable
3. Si algo se puede pensar, este es incomunicable

Primera preposición: Nada existe

En primer lugar, la nada no existe, por lo mismo que es nada. La realidad tampoco existe, porque esta realidad seria, eterna, producida, lo uno o lo otro a la vez. Se es eterna, no tuvo principio y seria infinita, pero lo infinito no existe en ninguna parte; porque está comprendida en un espacio que lo recibe, dicho espacio es diferente al infinito y mayor que el infinito en sí mismo

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