Luna De Avellaneda
Enviado por ana_40 • 20 de Noviembre de 2012 • 1.050 Palabras (5 Páginas) • 990 Visitas
No es el cine que más me gusta, pero refleja una época: Luna de Avellaneda es una suerte de Facundo digital post-dosmilunesco.
El argumento es dicotómicamente simple: un club social en quiebra por la crisis no paga un impuesto, que se acumula con el tiempo, hasta que el Estado decide rematarlo. Una empresa quiere construir un casino en ese lugar, y la película cuenta la historia de los esfuerzos de sus miembros porque el club se quede en ese lugar.
La parte que me interesa de la película es el contrapunto entre dos personajes. Darín es la cara visible del club: el tipo que se la sigue rebuscando tras la crisis del 2001, que sostiene al club, que tiene problemas en la casa, un hijo que quiere –como tantos –irse a vivir a España. Del otro lado está Fanego: “el político”. Fanego es el malo antes que empiece la película. Usa traje, cuando Darín anda de camisa y zapatillas, y eso dice más de lo que dice. Darín y Fanego supieron ser amigos. Ambos militantes de los setenta: Darín era un orador increíble, dicen por ahí, militante de la facu, comprometido, activo. Pero ahora desencantado, y el dosmiluno fue la estocada final para ese desencanto.
Cuesta pensar que uno haya cambiado tanto: cuando vi hace un par de años esta película, pensé que el maniqueísmo era un lugar comodísimo: vista ahora, no cuesta tanto identificarse con el malo. La película está hecha para reivindicar una clase de progresismo blanco que me satura: Ricardo Darín no transó, es impoluto. Sostiene sus ideales, a través de un club social, hace política “por afuera de los partidos”, para no ensuciarse. Por eso sabemos todo de su vida: que su hijo labura mil horas, juega al básquet en el club, ahorra para irse a España; sabemos que su mujer lo hace cornudo porque perdieron la pasión, y perdieron la pasión porque ambos laburan otras mil horas y no hay tiempo para nada.
De Fanego no sabemos nada. Sólo esto: Fanego transó, tiene un puesto en “el Municipio”, la forma comunal de denominar a “la política” en sentido peyorativo, y casi el único sentido dosmilunesco de la política. Nos damos cuenta que Fanego es el malo por la lógica propia del cine: el malo nunca pelea por nada, más que por esas ansias infundadas de conquistar el mundo. Todo lo que sabemos de Fanego es que posiblemente militaba con Darín, y que ahora sigue haciendo política: tiene un cargo en el Municipio, y tal vez sea un corrupto. Elípticamente, la película dice todo el tiempo que Fanego es un corrupto, sin mencionar un sobre, guita, o cualquier desviación. Fanego es un corrupto, ante todo, porque está haciendo política. Y porque hace política tiene cara, modos y actitudes de tránsfuga.
(Querer cambiar las cosas desde adentro fue el delito social del post-dosmiluno. La última novela de Caparrós, A quién corresponda, tiene el mismo mensaje: los que hicimos política en los ´70 no podemos aceptar todo esto. Aquella vez apostamos por cambiar todo o nada, y deberíamos habernos quedado sin fichas desde ahí y para siempre. El que sigue apostando,
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