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LÍRICA BARROCA


Enviado por   •  30 de Mayo de 2013  •  Examen  •  4.867 Palabras (20 Páginas)  •  543 Visitas

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LÍRICA BARROCA: Góngora, Lope de Vega, Quevedo

La decadencia de España en el siglo XVII

El siglo XVII es una época de crisis en Europa debida a los cambios políticos, la recesión de la economía y las tensiones sociales. Para España es un período de decadencia durante el cual se produce la paulatina desmembración del imperio forjado en el siglo anterior.

En manos de los llamados Austrias menores, Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700), España perdió su hegemonía en Europa en favor de Francia. Estos reyes dejaron los asuntos de Estado en manos de sus validos (nobles que gozaban de la confianza total del monarca), como el duque de Lerma o el conde-duque de Olivares, validos de Felipe III y Felipe IV, respectivamente. La política interior del duque de Lerma está marcada por la expulsión de los moriscos (musulmanes que quedan en España después de la Reconquista), que se inicia en 1609 y que provoca una crisis agraria. A partir de este momento, los conversos son el principal objetivo de la Inquisición.

El empeoramiento de la economía frena el ascenso de la burguesía. Los campesinos abandonan el campo para buscar trabajo en las ciudades, que se llenan de mendigos, pícaros y delincuentes. La nobleza y el clero, apoyados por la monarquía absoluta, refuerzan su poder. A esta crisis económica contribuyeron varios factores: el descenso del oro que llegaba de América, el coste de los conflictos bélicos, el desmoronamiento de la agricultura y el derroche de la corte. Todo ello provocó varias bancarrotas y el empobrecimiento del país.

La sociedad barroca se debate entre dos extremos: por un lado, la suntuosidad, el lujo y los sueños de grandeza; por otro lado, el desaliento, la pobreza, las derrotas militares y la corrupción política. Ese contraste entre lo que se desea ser y lo que se es, que constituye uno de los rasgos más característicos de la época, se resume en un obsesivo afán por aparentar y en el gusto por el espectáculo.

Durante el siglo XVII, España entró en una etapa de gran esplendor artístico. El arte barroco adquiere una especial fuerza en los países católicos y, por ello, se ha entendido también como una consecuencia de los ideales difundidos durante la Contrarreforma.

La mentalidad del Barroco

La actitud serena y vitalista propia del Renacimiento deja paso en el Barroco a un profundo sentimiento de inestabilidad que lleva al hombre al pesimismo y al desengaño. Este progresivo cambio de la mentalidad tiene como consecuencia una evolución de los gustos estéticos. La artificiosidad y el desequilibrio presentes en el arte de esta época se derivan de esta angustiosa y escéptica visión del mundo. El alejamiento de los modelos clásicos, que habían representado en el Renacimiento la armonía y el orden, es una manifestación más de la incomprensión de la existencia. Las obras tienden a la mezcla de elementos diversos, a la ruptura de las normas establecidas y a la búsqueda de nuevos cauces de expresión; el dinamismo y la complejidad de las formas, la exageración expresiva, la grandiosidad y la acumulación son rasgos principales del Barroco y el reflejo de un mundo que se percibe confuso e híbrido.

Los géneros en la literatura barroca

La poesía vive en el siglo XVII una época de máximo esplendor, con gran variedad de temas, tonos y estilos. Los poetas barrocos toman como modelo a los autores renacentistas y también buscan inspiración en la literatura popular.

Los tres grandes autores de la poesía barroca son Lope de Vega, Luis de Góngora y Francisco de Quevedo.

Durante el siglo XVII se publican numerosas novelas picarescas, que en una medida u otra siguen el modelo del Lazarillo de Tormes. Destacan el Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, y el Buscón, de Francisco de Quevedo. Junto a ellas, la prosa de ficción desarrolla otros géneros, como la novela corta y los relatos lucianescos y costumbristas.

Florece también en esta época la prosa didáctica y moralizante, con obras como El Criticón, de Baltasar Gracián, en las que se refleja el tono de desconfianza propio del Barroco.

El gran teatro clásico de la literatura española se forma en el Barroco. Su creador fue Lope de Vega, quien supo dar con una fórmula teatral -la llamada comedia nacional- que satisfizo los gustos del público. Otros de los dramaturgos importantes de la época fueron Pedro Calderón de la Barca, autor de dramas filosóficos y principal cultivador del auto sacramental, y Gabriel Téllez, Tirso de Molina. Los lugares fundamentales para la representación durante el Barroco fueron los corrales de comedias, las cortes de reyes y nobles y las plazas públicas. El desarrollo del teatro supuso un fenómeno social importante, puesto que se convirtió en el principal entretenimiento de la época. Esto ocasionó también la expansión del fenómeno teatral como un negocio y la profesionalización de las personas que intervenían en este espectáculo.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA LITERATURA BARROCA

1. Así como el renacimiento buscaba provocar en el lector una impresión de apacible belleza y serenidad, el barroco es un arte efectista, que persigue sorprender, maravillar al lector con el tratamiento de los temas y el estilo. Como decía Góngora, él pretendía que el lector, tras penetrar la cáscara de la almendra que eran sus poemas, experimentara asombro y maravilla

2. Aunque se siguen los cánones de los géneros y se admira a los clásicos, el escritor barroco busca una literatura más personal y afirma su individualidad y originalidad como escritor.

3. Frente al equilibrio y serenidad renacentista, el barroco se inclina hacia la exageración y el retorcimiento. De hecho, el barroco tiene en su base el arte del renacimiento, pero sometido a la máxima tensión. Se trata de un mundo de variaciones sobre el arte renacentista, en el cual las metáforas, las ideas, los temas, los tópicos, se siguen reconociendo como renacentistas pero perdiendo su equilibrio clásico y siendo sometidos al retorcimiento, la exageración y el amontonamiento.

4. Fuerte presencia del tema del desengaño: las cosas no son lo que parecen, los sentidos nos engañan. Esta idea tiene repercusión en un importante tópico: el engaño a los ojos.

5. Es una literatura de contrastes, en la que se mezclan lo bello y lo grotesco, lo refinado y lo grosero, lo claro y lo oscuro. Pero sobre todo, el contraste entre la deformación caricaturesca de la realidad y la belleza estilizada.

6. Frente a la naturalidad y sencillez del estilo renacentista, el barroco es artificioso y complicado. Busca, a sabiendas, la dificultad, pues pretende ser un arte ajeno al vulgo, accesible sólo a minorías cultas. Pretende

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