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MITOS, PARADOJAS Y REALIDADES EN LA ARGENTINA PERONISTA (1946-1955)


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2013  •  2.058 Palabras (9 Páginas)  •  522 Visitas

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Memoria, historia y olvido

Podría decirse que existe demasiada memoria para algunos hechos y frecuente olvido para otros.

El olvido y la memoria en sus distintas expresiones se vinculan con la temporalización, formando en conjunto una apretada trama de condiciones subyacentes, pero esenciales, del conocimiento histórico. Hay quienes se preguntan si el olvido no encierra una concepción de la memoria manipulada. Pero más allá de estas consideraciones, lo que sí es verdad es que la memoria forma parte de la representación del pasado.

Los historiadores se esfuerzan entonces por establecer nuevas relaciones entre pasado y presente considerando la postura de Bloch quien explica la incomprensión del presente como nacida de la ignorancia del pasado y, la dificultad para poder comprender el pasado ignorando el presente.

El propósito es reconocer qué hechos o conceptos guarda la memoria colectiva, es decir, la manera en que los grupos sociales interpretan el pasado en función de necesidades del presente y rescatar aquellos que se han sumido en el olvido para la sociedad argentina.

Además, es imposible creer que los hechos se imponen por sí mismos, que las verdades de la historia son eternas, ya que la historia siempre es escrita por historiadores inmersos en un tiempo y en un medio que influyen en las explicaciones del objeto conocido que él nos proporciona. Los historiadores, hoy aceptan la pluralidad de interrogantes, la diversidad metodológica y la variedad de fuentes, es decir, se acepta un mosaico de verdades que no son necesariamente complementarias y acumulativas, ni únicas e indiscutibles.

Mitos, paradojas y realidades en la Argentina peronista

El mito enlaza su sentido de pertenencia a los fenómenos simbólicos; el mito se corresponde con una forma de experiencia deficiente en el hombre.

Para los griegos, mitos y logos significan “palabra”; con lo narrado se corresponde el primero y con el contar, calcular y justificar, el segundo. Pero de ninguna manera esta diferenciación implica atribuir un carácter falso o mero producto de la fantasía a lo narrado del mito. El mito expresa la intención de reconstrucción de la plenitud originaria y se manifiesta a través de un hacer en el rito y un decir mediante la palabra. También, se entiende por mito la percepción ficticia de un fenómeno histórico que tienen no sólo los científicos sociales, sino el imaginario social en su conjunto.

El peronismo que vive la Argentina entre 1946 y 1955 resulta un ejemplo para confrontar mitos y realidades del accionar del estado nacionalista, popular, dirigista y benefactor de mediados del siglo XX.

Una aproximación al tema en cuestión puede hacerse a través de la construcción de los mitos que se gestan a partir del 24 de febrero de 1946, cuando Juan Domingo Perón gana las elecciones presidenciales en Argentina. Él inaugura en el país un nuevo estilo político implementando estrategias gubernativas y de conducción diferente, derivada de ese Estado nacionalista, popular, dirigista y planificador que se propone instaurar. Además, visualiza su triunfo como el triunfo del pueblo argentino. Inaugura un discurso político de lenguaje sencillo, cómplice y coloquial signado por los opuestos que con el ejercicio del poder se tornará cada vez más maniqueísta. Él intenta construir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

La reforma de la economía nacional se convierte en un desafío para el presidente. La necesidad de transformar “una economía al servicio del capital” en otra dispuesta a colocar “el capital al servicio de la economía”.

Los principios que dan sustento a la doctrina peronista son:

• La tercera posición.

• La redistribución del ingreso.

• La justicia social.

• La soberanía política.

• La independencia económica.

Las cuestiones paradigmáticas son:

1. La repatriación de la deuda externa

2. La nacionalización de los servicios públicos

3. El crédito a la producción.

1) La repatriación de la deuda

La recuperación de la deuda externa argentina representa una singular y simbólica demostración de poder e independencia en la toma de decisiones.

La nacionalización de los depósitos como producto de la reforma financiera de 1946 le permite al estado disponer de importantes masas dinerarias. La emisión de títulos como fuente de financiamiento revela la amplia capacidad de colocación en plazas nacionales o del exterior. En 1946 Perón califica el crédito de la Argentina de posguerra como “fuerte y sano”. En análisis del período 1947-1955 indica una tendencia a la baja en la tasa de interés en consonancia con la estabilidad económica, una creciente emisión de títulos de la deuda pública interna que no atrae el interés del ahorro nacional y una marcada disminución de la deuda externa que se salda en 1952.

La importante existencia de divisas en el país al concluir la II GM en 1945, y el superávit de la balanza comercial entre 1946-1948 y 1950 se aplican a la repatriación de la deuda externa, en tanto se expande la deuda interna consolidada y crece el endeudamiento total del país. El ritmo de crecimiento de la deuda se hace vertiginoso a partir de 1951 cuando se dejan de sentir los efectos de la inflación creciente desde 1949.

La memoria colectiva no guarda registros de la heterogeneidad de decisiones adoptadas por el gobierno como el préstamo a EEUU, la ley de inversiones extranjeras y otros actos de “salvataje”, y sólo rescata los efectos positivos de la gestión.

En 1955 en tiempos de crisis universales, Perón alude al acercamiento del capital extranjero por parte de la economía argentina, destacando que con el dinero argentina recuperó la deuda exterior, comprando luego ferrocarriles, puertos, etc.

2) Nacionalización de los servicios públicos

Es uno de los ejes vertebradores de la proclamada independencia económica y un aspecto sustantivo de la lucha antiimperialista.

En 1947 la compra de las compañías ferroviarias británicas y la adquisición de bienes y propiedades en el país de compañías asociadas y subsidiarias, cumple con la realización máxima de los anhelos patrios en el orden de la recuperación económica.

El presidente Perón hace de la nacionalización de los servicios una bandera doctrinaria, un componente significativo en la suma de los logros de su gestión y un bastón de su política nacionalista y popular. Da difusión a la estatización de todas la comunicaciones y hace llegar a toda la sociedad su mensaje de “no se podía dejar en manos extranjeras un elemento tan importante para la defensa de la Nación”.

La reconquista

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