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Maximiliano Y Carlota


Enviado por   •  12 de Agosto de 2013  •  1.183 Palabras (5 Páginas)  •  460 Visitas

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El final del Imperio de Maximiliano y Carlota de México.

Hoy en el final de un día largo lleno de trágicos sucesos, con los cuales se llenan de lutos algunos corazones mexicanos y otros de alegría.

Hoy pintaba ser un día normal, como cualquier otro, pero bien sabíamos q llegaría este día en que el imperio de Maximiliano de Habsburgo caería ante las fuerzas de los liberales y el ejercito de Juárez.

Recuerdo que semanas antes y como todos los días resguardaba la seguridad del palacio del emperador “el castillo de Chapultepec”. Salude al el emperador que siempre en las mañanas salía a asomarse y ver el resplandecer de el nuevo día. Muy propio se acerco a mí y yo le otorgue una venerencia.

Me gustaría recordar que las mañanas cambiaron mucho desde que la emperatriz Carlota de México se había ido por ayuda a Europa, ya que el ejercito de liberales y Juárez se acercaba para derrocarnos y mas aun porque nos llego la noticia de que las fuerzas norteamericanas ya habían terminado su guerra civil y amenazaban con aplicar las doctrina Monroe sobre nosotros. Eso era algo de lo cual las últimas semanas hemos estado temiendo a que pase. Por ello la emperatriz Carlota fue a Europa, pero aun no se sabe nada de ella.

En la mañana vi al emperador Maximiliano mirar el reloj que dejo su esposa en el cuarto donde ella habitaba y con el cual guardaba su recuerdos, si, ellos dormían por separado, pero conservaban algunos momentos juntos, aunque la llama de pasión entre los emperadores era casi nula, ya que los problemas que se planteaban evadían de la mente de el emperador a su esposa Carlota, el ya no visitaba con frecuencia su cuarto y por consecuencia se alejaron un poco y tal vez por eso la emperatriz Carlota decidió ir ella a buscar ayuda a Europa.

Tome un pequeño desayuno ligero, en compañía de mis compañeros cadetes y soldados, pero una noticia inundo nuestra mente, ya que nos decían que en Francia se suscitaba un problema y por lo cual retirarían sus tropas de las nuestras, lo que me dejo con gran preocupación ya que somos muy pocos los que quedábamos reguardando la seguridad de el emperador.

El emperador Maximiliano me llamo a su despacho y un poco desconcertado y con la tristeza que lo invadía me comento que había intentado pedir ayuda a su familia en Austria pero que le negaron la vuelta a el país ya que les envió una carta a la cual pedía volver, pero su propia madre le respondió diciéndole que ella preferiría que muriera en la batalla a que regresara con la deshonra de la derrota.

Por lo tanto enfrentaríamos las consecuencias de seguir firmes ante los liberales, esto ya en un tono que me lleno de gran ímpetu y gran motivación a seguir y a no decaer hasta el último momento.

Por consecuencia me dio órdenes que partiéramos hacia Querétaro para ocultarnos en algún lugar seguro, pero nadie esperaba lo que nos pasaría ahí.

Yo acatando las órdenes del emperador me dirigí a darles el comunicado a los pocos soldados que nos restaban. Algunos tomaron la noticia con gran valentía, pero algunos otros nerviosos por sus familias y temerosos a la derrota que se podía notar en sus rostros.

Por lo cual comente las palabras que me dirigió a mí el emperador sobre la carta y la forma en que me dijo que seguiríamos hasta el final. Ellos reaccionaron ya mas conscientemente y con valentía y confianza que se les notaba en sus rostros y todos nos comenzamos

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