Mesoamérica El Horizonte Clásico: Zona Maya

Mesoamérica

El Horizonte Clásico: Zona Maya

Mesoamérica, es una región dividida en seis regiones o áreas culturales y principales ciudades de la República Mexicana, de las cuales el área Maya abarca el estado de Tabasco, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Yucatán, además de cuatro países centroamericanos: Guatemala, Belice, Honduras y el Salvador. Dentro de esta etapa de vida de nuestros antepasados en el Horizonte Clásico, se ha considerado como un punto importante, el desarrollo de esa civilización con costumbres escalofriantes aunque de una cultura rica; que ha significado un simbolismo de sabiduría: el maíz,  la cosmogonía, el universo, la literatura: el Chilam Balam (con nueve libros) y sus 13 katunes (periodos de 20 años), y el Popol Vuh.

La tierra de los “mayenses” como se les ha llamado hoy en día, tiene como característica la espesura de sus sabanas, llanuras y selvas tropicales. De clima caliente y húmedo debido a las corrientes  fluviales y  lagos. Aunque existen zonas en el norte de la península de Yucatán que son de superficie caliza, carente de ríos con infinidad de “fallas subterráneas” a los que llamamos cenotes.

En el Horizonte Clásico, concentraba sus cultivos y producción agrícola en tierras tratadas con cenizas, que fertilizaban  el suelo. La cosecha, que constaba de leguminosas y vegetales, se complementaba con la cacería de fauna silvestre y la pesca. Asimismo se cultivaba el algodón que servía para elaboración de telas que posteriormente eran vendidas. El cacao era un producto sumamente importante exclusivo de los mesoamericanos: se dice que tenía una función simbólica de fertilidad, usado en siembras y procreación y, según investigaciones, también servía como el “trueque” o moneda e intercambio comercial en Yucatán. Los mayas se las arreglaban con la importación de sus productos para poder negociar, ya sea por vía terrestre o marítima. El maíz también tuvo un protagonismo muy importante, ya que en el se basa la teoría del origen del mundo. Es una historia llevada a más de 15 siglos acerca del origen del cosmos y los fundamentos de la vida civilizada, dicho por Enrique Florescano, han quedado evidencias en la cerámica, las esculturas, la arquitectura y en códices. Lo que quedó tras la conquista.  Los escritos del Popol Vuh y el Chilam Balam, cuyas escrituras ya traían la influencia española.

Se plantearon ahí las costumbres de la raza maya, las tradiciones, profecías. Textos enriquecidos de simbología con diversos significados.

Conforme la sociedad tuvo su desarrollo en el Horizonte Clásico, se fue haciendo más compleja, pues mientras más crecía la población más necesidades iban surgiendo. El control era uno de ellos, y es por eso que surgieron las clases, los linajes hereditarios en el poder que vivían en  las construcciones más importantes.

Zonas urbanas fueron levantadas ya en el periodo Clásico con grandes edificaciones y técnicas de construcción sumamente fortalecidas detalladas con símbolos, así se erigieron las primeras habitaciones y plazas, conjuntos de estelas y altares con detalles masculinos. Se han hallado pruebas culturales o de actividades bélicas. La situación de las ruinas mayas han sido estratégicamente construidas de tal manera que cada periodo de solsticio y equinoccio, el cenit haga su trabajo con admirable exactitud.

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