Mestizaje En América Latina

EL MISTAZAJE EN AMERICA LATINA. (Franklin W. Knight).

A partir de 1492 los imperios español y portugués engendraron nuevos grupos de población en América. Al mezclarse libremente los recién llegados, tanto europeos como africanos, con los indígenas.

A los componentes de esa nueva población se los llamo “mestizos” en las colonias españolas de América, y “ mesticoes o mamelucos” en Brasil. El complejo proceso de mezcla racial del que surgieron, con sus sorprendentes tipos físicos, recibió el nombre de “mestizaje”. Sin embargo los primeros documentos coloniales en el Nuevo Mundo no aparecen como denominación legal los términos mestizo ni mestizaje, aunque los sacerdotes y los colonos los empleaban como apelativos genéricos de los nuevos grupos. El termino comúnmente utilizado en esa época era “castas”.

Pero para hacia mediados del siglo XVI, los documentos oficiales comenzaron a registrar, por ejemplo, la existencia de “muchos jóvenes mestizos. Según Floyd la mezcla de poblaciones comenzó a pocas semanas de la fundación de la Isabela del Norte y tanto allí como en otras zonas el resultado fue el aumento de la población mestiza, fruto de matrimonios y uniones libres. Algunos acompañantes de Hernán Cortes se casaron con princesas y se incorporaron de este modo a la nobleza azteca, y el propio Cortes tuvo su amante indígena, la muy denigrada malinche.

Hasta que fue explícitamente prohibido por la Corona, el contacto sexual entre conquistadores y conquistadas era fácil y atraía a ambas partes. Sin embargo ninguna ley hubiera podido impedir, ni reducir siquiera, esta mezcla incesante de los españoles con otras razas en los confines americanos del imperio.

Además los españoles recibían a las mujeres indígenas como regalo de caudillos indígenas, y con ellas formaban un hogar. Berna Díaz del Castillo relata que Xicotencatl, cacique de los tlaxcaltecas (que era ciego), ofreció mujeres a los españoles en señal de alianza entre Tlaxcala y España.

La situación era similar en los primeros tiempos de la conquista del Perú, donde casarse con aborígenes era una forma de obtener riquezas y adquirir prestigio social, siempre que la novia poseyera tierras y perteneciera a la nobleza.

Tanto en Brasil como en la América española, las personas de ascendencia mixta solían sobreponerse a las desventajas del nacimiento y los prejuicios sociales, y pasar a formar parte de las clases altas. A pesar de esto era el sector más numeroso de una sociedad colonial marcada por el racismo, la discriminación y el esnobismo, su numero termino siendo proporcionalmente elevado también en las categorías de los vagabundos y los delincuentes, tal como las definían las clases dominantes

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