Migración humana de América Latina durante el siglo XXI

Migración humana de América Latina y el Caribe durante el siglo XXI.

La migración es un fenómeno netamente natural basado en el movimiento de una población de un lugar a otro. Esto ocurre desde tiempos remotos con la mayoría de las especies animales, entre ellas incluidas las personas.  

Hablando de migración humana puede creerse que el rango de acontecimientos que provocan este fenómeno es más amplio que el de la migración animal. Sin embargo, las razones continúan siendo las mismas: Supervivencia y bienestar.  

Tal como menciona Lourdes Arizpe en su libro Migración y cultura en América Latina y el Caribe:

La migración internacional es uno de los fenómenos que causan preocupación tanto a los países receptores, como a las organizaciones civiles dedicadas a la difusión y a la protección de los derechos humanos de los inmigrantes. Uno de los puntos nodales emergentes de la discusión teórica en torno a la migración ha sido planteado a través de los siguientes temas: Multiculturalismo, alteridad, interculturalismo, racismo, exclusión cultural y xenofobia.

Resulta interesante notar que los niveles de discriminación hacia los inmigrantes parecieran incrementar con el paso del tiempo, tal vez debido a que el número de personas que buscan salir de su entorno también ha crecido.  En este caso, América Latina y el Caribe son el escenario perfecto para el análisis.

Es entonces cuando surge la pregunta ¿Por qué emigran los latinoamericanos? Si bien la información con que se dispone es aún escasa (debido a la dificultad para recopilarla) se pueden clasificar en 3 motivos clave: Trabajo, Estudio y Familia.

Trabajo.

La búsqueda de un empleo normalmente se basa en encontrar un sitio donde trabajar y que nos genere los ingresos suficientes para el sostén familiar en todos sus aspectos: Alimenticios, educativos, de salud etc. Sin embargo, en América Latina y el Caribe los niveles educativos en conjunto con la entrada de empresas transnacionales y los niveles de urbanización hacen que los habitantes carezcan de oportunidades laborales. Expliquemos: Primero, las empresas llegan a poner sus oficinas y sitios de trabajo a países en desarrollo pues el costo de la mano de obra normalmente es bajo. Dicho acontecimiento provoca que la gente que labora en zonas rurales salgan con rumbo a estas zonas con la creencia de que aquí encontrarán más oportunidades.

Sin embargo, al llegar notan que los puestos que realmente generarían para ellos mayores ingresos requieren de personal calificado, por lo que la única oportunidad que se les presenta la mayoría de las veces es trabajar como obreros con sueldos bajos y condiciones que muchas veces se ubican al límite de lo permisible respecto a los derechos humanos (aunque en ocasiones superan esta frontera).

Estos bajos ingresos, junto con los altos niveles inflacionarios que comúnmente caracterizan a estos países, provocan que las familias requieran más dinero para llegar a los niveles de bienestar suficientes para una vida digna; por lo tanto, más integrantes de la familia deben buscar empleo, aceptando de la misma forma condiciones infrahumanas y al mismo tiempo abandonando (en muchas ocasiones) el desarrollo educativo que requieren para poder aspirar a mejores puestos y, por tanto, mejores condiciones de vida.

Y así es como llegamos a un ciclo que hasta el momento no ha encontrado un punto de ruptura que termine con él. La gente sigue careciendo de dinero, trabajando en pésimas condiciones y abandonando por necesidad sus estudios.

Estudio.

De acuerdo con el Academic Ranking of World Universities, que se encarga desde 2003 de realizar anualmente el listado de las mejores universidades del mundo, en América Latina al 2015 solamente hay 10 universidades con los estándares educativos de calidad suficientes para ingresar en el “top 500” de esta clasificación, siendo la Universidad de Sao Paulo de Brasil la mejor ubicada entre los puestos 101 a 150. Junto a esta se encuentra la Universidad Federal de Rio de Janeiro, la Universidad Estatal Paulista Júlio de Mezquita Filho (UNESP), La Universidad Estatal De Campinas, la Universidad Federal de Minas Gerais y la Universidad Federal de Rio Grande del Sur.

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