Modelo Neoliberal

MODULO II

EL MODELO NEOLIBERAL

“La fortuna sumada de las 10 personas más ricas del mundo equivalga a una vez y media a los ingresos de todos los países menos desarrollados juntos; las 360 personas más ricas acumula tanta riqueza como la mitad de la población mundial y la fortuna de las tres personas más ricas es igual al PBI de los 48 países más pobres del planeta”.1

1. El liberalismo clásico

Ningún modelo económico visto previamente, está tan claramente vinculado a los factores políticos como el Modelo Neoliberal (MN), ya que su “nacimiento” coincide con el fin de la Guerra Fría y el triunfo occidental, con Estados Unidos a la cabeza, contra el llamado “socialismo real existente”, pero veamos previamente sus antecedentes históricos.

El neoliberalismo o nuevo liberalismo es un intento de replicar las viejas doctrinas de los siglos XVIII y XIX de la Europa capitalista y como añadidura, dará origen al pensamiento económico occidental moderno. Durante la Edad Media, en Italia (Florencia y Venecia), Francia, Holanda e Inglaterra se desarrollará la burguesía, que empezó con el comercio, el crédito, la banca (como una réplica de sus contrapartes musulmanas) y posteriormente la manufactura en un mundo que además, debía regir la nueva expansión económica, política y militar de los imperios hacia las colonias; americanas y posteriormente africanas y asiáticas.

El pensamiento económico occidental moderno será una de las expresiones de este ascenso de la burguesía y uno de sus representantes más importantes Adam Smith publicará un libro titulado "La riqueza de las naciones" en 1776. Durante los dos siguientes siglos, el liberalismo y el neoliberalismo serán las teorías económicas más defendidas y a la vez cuestionadas de la historia.

El liberalismo clásico, como expresión económica de la burguesía pretendía romper el orden feudal, para ello requería enfrentar la propiedad sobre la tierra y las relaciones de producción que asociaban a la nobleza con los siervos, la propiedad eclesial sobre la tierra y su papel ideológico en el seno de la sociedad, su orden político monárquico absolutista y su sistema económico, ya entrado en crisis. La burguesía en ese periodo, a pesar de sus éxitos económicos, estaba excluida del poder político y se encaminó a generar un movimiento económico, filosófico, científico, cultural y político de cuestionamiento del orden social existente.

Sus argumentos, no aparecieron como solamente burgueses, sino debieron convertirse en reivindicaciones del conjunto de la sociedad, en la que se enarbolaba la libertad de los hombres, la igualdad, la fraternidad y los derechos

1 Publicado en “la guía del mundo”, www.henciclopedia.org.uy/autores/Laguiadelmundo/

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fundamentales del individuo, entre los que ocupaba un lugar destacado la libertad de ideas y creencias, y la libre expresión de las mismas.

Junto a ellos se propugnó la limitación radical de los poderes del Estado, es decir, de la nobleza feudal en muchos casos absolutista; esta restricción debería permitir la libre competencia de los agentes económicos, libertad económica que era sinónimo de libre empresa, y que conduciría al desarrollo general de la sociedad, a un mundo más igualitario y próspero, debido a que la ausencia de restricciones generaría mejores resultados para la sociedad en su conjunto. Ante la ausencia del Estado o su restricción máxima, el mundo se auto regularía por la acción del mercado, es decir por los designios de los propios agentes económicos.

1. El Neoliberalismo del Siglo XX

Dos siglos después, a finales del siglo XX, la sociedad había transitado un largo camino que incluyó la existencia durante 70 años de un modelo económico mundial denominado “socialismo real existente” que era en esencia, la antítesis del pensamiento liberal, y que no sólo había excluido al mercado de la ecuación, sino que había abolido la propiedad privada sobre los medios de producción y a la propia burguesía del escenario, no sólo en términos económicos, sino políticos y sociales, claro está, en los espacios donde fue implantado. Los argumentos fueron bastante parecidos a los que se utilizaron contra la nobleza feudal: la lucha por la igualdad, la libertad, la sociedad más justa, la igualdad real entre las personas, entre los más importantes.

Pero este proceso de “liberación socialista” de los pueblos, trajo aparejada la llamada Guerra Fría, que fue la respuesta de las potencias capitalistas de occidente, ante un adversario que amenazaba con borrarlas de la faz de la tierra.

La conferencia de Yalta de febrero de 1945, la de Postdam de junio de ese año y la de París a finales del mismo, se podrían identificar como los orígenes de la Guerra Fría, donde las potencias triunfantes contra la Alemania de Hitler, definieron la división del mundo tras el fin del conflicto.

Durante los próximos 50 años los países capitalistas agrupados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y los socialistas en el Pacto de Varsovia, desarrollarán una carrera armamentista, militar, espacial, económica, contra su adversario. Se movilizarán a copar espacios de poder en los países fuera de Europa y Norteamérica, donde la “Guerra Fría” fue mucho más “caliente”. En este contexto, cada país y cada conflicto local armado representaba una pequeña pieza de un gigantesco tablero de ajedrez, en el cual se enfrentaban las dos superpotencias.

Un elemento central de este conflicto fue la amenaza de la Guerra Nuclear. Aunque nunca se llegaron a utilizar las armas nucleares, obligaron a las potencias a realizar el máximo de sus esfuerzos para evitar la pérdida de poder ante su contendiente. Fue a principios de 1980, tras el retorno de los republicanos al

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gobierno norteamericano con el Presidente Bush y la llegada de Margaret Thatcher, la llamada “Dama de Hierro” al gobierno británico, que culminará el fin del conflicto mundial.

El régimen soviético y sus países satélites habían ingresado en un periodo de retroceso por el enorme costo que les representaba la Guerra Fría, en sus frentes armamentista y espacial, ya que había que mantener el apoyo a gobiernos en Cuba, Mongolia, Etiopía, Angola o incluso enviar enormes contingentes militares a Afganistán

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