Modelo Primario Exportador

Las grandes transformaciones de la economía mundial operadas sobre todo a partir de mediados del siglo xix, en estrecha vinculación con la Revolución Industrial, condujeron a la formación de dos realidades históricas: la división internacional del trabajo y los sistemas económicos nacionales. Ambas corresponden a dos doctrinas económicas que continúan confrontándose en la actualidad: la de los costos comparativos, formulada por David Ricardo y las de las economías externas y la complementariedad, formulada por Friedrich List. México, como el resto de América Latina, estableció sus relaciones comerciales con los países centrales con base en la primera de Estas, de tal forma que en su condición de país primario exportador hubo de renunciar en gran medida a la autonomía de decisiones, viéndose por tanto forzado a orientar su modelo de desarrollo económico a la maximización de ventajas comparativas en el comercio internacional con base, sobre todo, en la exportación de recursos no reproducibles, como los minerales y el petroleo. En México habría de lograrse sino hasta fines de la Segunda Guerra Mundial a diferencia de otros países latinoamericanos, particularmente Argentina y Brasil, que iniciaron su proceso de sustitución de importaciones a partir precisamente de la Gran Depresión. Se ha dicho que una de las características del modelo de crecimiento hacia afuera es la elevada importancia relativa del sector externo en el conjunto de la economía. Ello se mide comúnmente en función del papel que juega este dentro del PIB. La segunda característica del modelo de crecimiento hacia afuera es que las exportaciones reposan sobre la base de unos cuantos productos primarios, mostrándose incluso una tendencia a la monoexportación. México sigue siendo un país primario exportador, ya que más de la mitad de sus exportaciones totales a lo largo de todo el periodo de análisis (1970-1987), con excepción del último año, está constituido por productos primarios. Los años más dramáticos son 1980-1983, en que la proporción superó las tres cuartas partes; ello en virtud de la alta participación del petróleo en el total, que en dicho periodo fue de casi 70% como promedio anual. Lo anterior permite apreciar que el modelo exportador de hidrocarburos condujo (y sigue conduciendo) a un exceso de dependencia del Estado en 10s ingresos provenientes de la principal rama exportadora del país. Ello se aprecia con mucha mayor claridad en la actualidad que durante el periodo de crecimiento hacia afuera.

Basta concluir que los países que realizan reformas drásticas de sus estructuras productivas e institucionales siempre conservan elementos de la situación anterior, aunque cambien radicalmente otros. Este es el caso del Perú, que hizo una de las reformas neoliberales más radicales de América Latina, sin embargo pese a los drásticos cambios de propiedad, desregulación y la liberalización de mercados los sectores

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