Moral tributaria

Una actuación es moral o moralmente correcta, si se ajusta a los principios de la teoría ética; si se

aparta de tales principios, es contraria a la moral o inmoralidad. En asuntos tributarios la ética

estudiará la moralidad en las actuaciones tanto de quienes desarrollan (poder público) y por el

contribuyente; responde a la pregunta ¿qué principios o valores convincentes y razonables deben

inspirar la actuación de los poderes públicos y de los ciudadano para que la tributación pueda

considerarse justa?

La justicia es fundamental y abstracta, muchos filósofos y estudiosos del derecho han tratado de

explicar y definir este concepto. De modo general puede afirmarse que la justicia presupone

principios, valores o reglas, teniendo una estructura jerárquica de principios fundamentales y

subprincipios que derivan de ellos y apegados a la realidad. El quebrantamiento injustificado o la

aplicación desigual de un principio crean privilegios o discriminaciones. Así mismo al no haber

principios definidos o que no se adecúen a la realidad, puede llevar a acciones injustas. El sistema

tributario debe estar fundado en principios adecuados a la realidad, coherentes y llevados hasta sus

últimas consecuencias.

Klaus Tipke sostiene que el sistema tributario justo debe constituirse a partir del hecho de que sólo

existe una fuente impositiva, el cual debe ser la renta, el aumento en el patrimonio y no la totalidad

del patrimonio las veces que se desee. En cuestiones empresariales la fuente tributaria será la

Utilidad (Beneficio o superávit derivado de la actividad económica de la empresa). Si bien hay otros

impuestos de ordenamiento o control, la base tendrá que ir respecto a la renta.

El autor menciona tres principios que se han utilizado a lo largo de la historia y en la práctica fiscal,

como medidas de reparto de la carga tributaria: Capitación, principio de equivalencia y capacidad

económica. De los antes mencionados el principio adecuado a la realidad y aplicable a los impuestos

es el de capacidad económica, este mismo se adecúa a las exigencias del Estado Social. “Todos

deben pagar impuestos con arreglo al importe de su renta, en la medida que esta exceda del mínimo

existencial y no deba utilizarse para atender obligaciones particulares de carácter ineludible;”

definición del autor del principio de capacidad económica.

El Impuesto sobre la Renta es basado en el principio de capacidad económica, pagas respecto a tu

aumento de patrimonio obtenido, pero cae en ciertas desigualdades, ejemplificando el sistema

Alemán, donde el 88.6 por ciento de la recaudación deriva de los asalariados, habiendo una

desigualdad en la imposición, ya que otros sectores aportan el 11.4 por ciento restante; esto puede

ser injusto de cierta forma, ya que ciertos sectores aportan más que otros, habría que analizar qué

porcentaje de la economía conforma cada sector y sus beneficios obtenidos.

Es difícil y escasa la recaudación a través de impuestos al patrimonio, bienes inmuebles, herencias,

sucesiones, donaciones y/o ahorro. No se debe perjudicar la condición de los contribuyentes, ya que

de estos se obtienen los ingresos destinados al gasto público, no sería justo y ético, en palabras más

burdas, no castigues a la mano que te da de comer. A parte de castigar

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