Multiculturalismo Canadiense

El multiculturalismo canadiense y la integración religiosa

Canadá, nación ubicada en el extremo norte de América, con una superficie de 9.984.670 km2 (el segundo más extenso) y una población que llega a los 34 millones de habitantes (un poco desproporcional de hecho), es un país que actualmente se podría describir como heterogéneo, sin embargo cuenta con una forma de gobierno de monarquía parlamentaria

Como ya he mencionado, su población es escasa en relación con el territorio. Es por eso que desde ya hace unos años, el gobierno canadiense ha tomado con buena cara la política de inmigración, por lo que se convierte en el único país, de alta inmigración, en el que el multiculturalismo mantiene su papel oficial como medio para facilitar la convivencia de personas de distinta procedencia, y que goza de reconocimiento social y político, y exento de cuestionamientos.

Para entender el multiculturalismo canadiense en toda su dimensión, se debe partir de una correcta concepción de esta palabra. Muchos pueden entender que la aceptación de este término por parte de un Estado implica que en aras del respeto a la diversidad se deba aceptar cualquier tipo de práctica cultural por el simple hecho de existir, limitando su contenido. Pues no. El multiculturalismo en Canadá se ha adoptado como filosofía, un modelo el cual en la actualidad ofrece una imagen de armonía social, en donde apenas se oye hablar internacionalmente de conflictos relacionados con la integración de los inmigrantes y los incidentes raciales.

¿Por qué Canadá ha adoptado esta política y por qué goza de aceptación? La respuesta la podemos encontrar en factores históricos, en donde la política, sociología y derecho juegan un papel importante.

Históricamente, Canadá ha pasado sobre tres etapas bien marcadas. La primera etapa nos remite al dominio francés desde comienzos del siglo XVII. La segunda sigue su línea pero el país dominante pasa a ser el Reino Unido un siglo después. Finalmente, el reconocimiento en 1867 de la Confederación de los territorios canadienses marca la tercera etapa, cuyo objetivo principal fue mediar entre las dos culturas anteriores.

En sus inicios, la religión en Canadá juego de parte de los conquistadores extranjeros, lo cual creo una estrecha vinculación entre el poder religioso y político. Más adelante, fueron bastante las llegadas que se produjeron en el país norteamericano de muy diversa procedencia con motivo de las persecuciones que se desencadenaban en Europa a inicios del siglo XX. La emigración principal, proviene fundamentalmente de Europa occidental, y son ellos quienes encontraron mayores facilidades para asentarse en el nuevo territorio. Por el contrario, otros grupos se encontraron con problemas para su establecimiento.

Es así que la admisión de europeos del Este se hizo difícil y por consiguiente la inmigración canadiense para judíos y otras gentes del sur de Europa de cerró. Además, coincide con este suceso la caída de la bolsa de 1929 en Estados Unidos que tuvo repercusiones en Canadá y con mayor razón si el trabajo escaseaba para los canadienses la llegada de mano de obra barata del extranjero era imposible. Esta política se mantuvo hasta finalizada la II Guerra Mundial y es cuando la economía de este país experimenta un momento de prosperidad y pronto fueron necesarios nuevos trabajadores.

En ese sentido las últimas barreras que limitaban y controlaban la emigración fueron borradas del panorama legal canadiense en 1967. Se trata de evitar el rechazo de la población nativa y favorecer la integración de los nuevos grupos.

Por otro lado, la llegada de diversas religiones en ese momento no produjo un choque con la religión, ya que el cristianismo al ser la religión con mayor número de miembros mantuvo su rol principal hasta

...