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Murmis Y Portantiero


Enviado por   •  12 de Junio de 2013  •  2.707 Palabras (11 Páginas)  •  648 Visitas

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Murmis y Portantiero:

Sostienen que en el proceso de formación del peronismo tuvieron una intensa participación los antiguos dirigentes y las viejas organizaciones gremiales. Plantean además que en lugar de subrayar una división entre nuevos y viejos obreros, hay que poner de relieve la homogeneidad existente al interior de la clase trabajadora respecto de sus condiciones de explotación. Es decir, que la clase obrera pre peronista es una clase obrera homogéneamente explotada.

En términos generales, el objetivo de los autores es analizar la forma de participación de la clase obrera y sus organizaciones en el régimen nacional popular (populismo) entendido este como una situación de desplazamiento en que llegan a encontrarse grandes contingentes de humanos, lo que los transforma en masas manipulables.

Los autores discuten, fundamentalmente, con las posturas teórico-académicas de Gino Germani y otros. En el análisis del proceso de industrialización sin intervensionismo social y la posterior emergencia de un régimen nacional y popular, estos autores analizan, en primer lugar, sólo un aspecto: el de la incorporación de contingentes de obreros “nuevos” ; en segundo lugar, descartan el papel que los viejos obreros y sus organizaciones pueden llegar a tener en la estructuración de un movimiento populista. Así planteado, parece ser que habría una ruptura entre las viejas tradiciones sindicales con respecto a las nuevas. En este sentido, Murmis y Portantiero sostienen la idea de que no hay ruptura entre las viejas y nuevas organizaciones sindicales, sino, más bien, una relación de continuidad.

El objetivo más específico de Murmis y Portantiero es presentar un panorama del papel de los sectores obreros en el surgimiento del peronismo. En este sentido, plantean tres hipótesis: 1) en el surgimiento del peronismo hubo una intensa participación de organizaciones y dirigentes del sector de obreros “viejos”; 2) que no es pasiva y heterónoma la participación obrera en la constitución del movimiento nacional y popular; y 3) que la participación conjunta de obreros viejos y nuevos implicaba un proyecto social de continuidad programática con reclamos previos de las organizaciones obreras, como también, era ya una tendencia con antecedentes en el sindicalismo anterior al peronismo, la posibilidad de participación obrera en una alianza policlasista.

¿Cómo se ordenan los grupos políticos y económicos en función de los cambios económicos?

Todo proceso de industrialización sin revolución industrial, como el que se dio en Argentina, plantea características diferentes a las del modelo clásico en la estructura económica y promueve alternativas particulares en la dimensión sociopolítica.

En efecto, Murmis y Portantiero plantean que el proceso de industrialización por sustitución de importaciones conlleva características diferentes de las del modelo clásico, que describe la orientación de las clases y los grupos sociales frente al crecimiento industrial, y que se caracteriza por exponer una polarización entre los propietarios agropecuarios y los propietarios industriales. Según este modelo, los primeros tienen como principal objetivo el mantenimiento de la preminencia de la tierra como fuente de ingresos, status y poder, por lo tanto, presentan actitudes tradicionales y opuestas al fortalecimiento de nuevas actividades productivas. En cambio, el interés de los industriales reside en el crecimiento de las nuevas actividades y en la conquista del poder político y de su hegemonía social.

De este modo, los autores niegan la existencia de una oposición entre la burguesía terrateniente y la burguesía industrial en el caso argentino. Por el contrario, afirman la presencia de una comunidad de intereses en torno a una propuesta de industrialización limitada. Sin embargo, reconocen que esta propuesta no sería percibida como el proyecto indiscutido de la clase dominante, ya que encontraría su oposición más decidida en un sector subordinado de los terratenientes. Esto conduce a que los autores no conceptualicen el proceso como de fusión de intereses sino como de alianza entre fracciones de clases, dando cuenta de la heterogeneidad de los grupos sociales involucrados. Así, el proceso de crecimiento tardío implicaría la configuración de alianzas entre sectores de propietarios agrarios e industriales, más que su enfrentamiento global.

Al mismo tiempo, tampoco puede suponerse que la promoción de medidas tendientes a la industrialización acarreara orientaciones sociales y políticas progresistas, como si lo presume el modelo clásico. Es decir, que ninguna de las fracciones partidarias de la industrialización aspiraba a minar las bases de la estructura de dominación tradicional.

Condiciones que hicieron posible el cambio en la política económica:

La crisis de 1929 marcara para Argentina un cambio trascendental en su situación económica, al afectar su privilegiado status de país agroexportador. El modelo dejara de tener vigencia frente a las respuestas proteccionistas que los países centrales podrán en práctica como alternativa a la crisis.

Frente a la crisis, hubo una primera respuesta que encabezo el gobierno de Uriburu (bajo el ministerio de Alberto Hueyo), entre 1930 – 1933, que se planteó en términos de alternativa recesionista. Esta consistió en equilibrar las finanzas, aun a costa de la recesión económica, cumplir con las deudas en el exterior y condenar a la economía a una paralización virtual en espera de momentos mejores. Es decir, la situación se percibía como transitoria y se creía que tras un periodo de ajuste la economía argentina volvería naturalmente a la coyuntura anterior.

Sin embargo, esta orientación comenzara a ser abandonada desde finales de 1933, cuando Federico Pinedo y Luis Duhau ocupan los ministerios de Hacienda y de Agricultura, respectivamente, durante el gobierno de Justo. Se desarrolló entonces una nueva política económica: la de industrialización sustitutiva de importaciones. Es decir, la de modificar en parte la estructura productiva, reduciendo ciertos ítems de las importaciones y sustituyéndolos por medio de la producción local. Se creía que el desarrollo de ciertas ramas de la manufacturas permitiría, sin modificaciones profundas en la estructura económica, un reajuste del sistema a los nuevos términos del comercio mundial. En la medida en que descendía la participación de las economías agroexportadoras en el mercado mundial, se hacía necesario que las importaciones desciendan a la altura de las exportaciones.

El objetivo siempre fue una industrialización limitada. Su resultado será una economía industrial “no integrada”, basada en la industria liviana, productora de bienes de consumo no durables. No existieron propuestas

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