NIETZSCHE: CONTEXTO HISTÓRICO.

NIETZSCHE: CONTEXTO HISTÓRICO.

La vida de Nietzsche (1844-1900) se enmarca en la segunda mitad del siglo XIX y comenzando por un planteamiento histórico-cultural más general, nos encontramos con que en ese momento histórico, la burguesía se ha consolidado en el poder y mantiene el control sobre la sociedad, en un nuevo consenso conservador con los anteriores sectores ricos de la sociedad (la aristocracia). Es la época del colonialismo y la segunda revolución industrial: Europa continúa su expansión sobre el mundo, exportando los valores occidentales y la economía capitalista en la forma de metrópolis y colonias. Y por otra parte, se consolidan definitivamente los procesos de unificación de Italia y Alemania (partiendo de Prusia), patria de Nietzsche.

La sociedad comienza a sentir los efectos de la revolución industrial y del transporte: el desarrollo tecnológico de un lado (el progreso), pero también las desigualdades sociales: la radicalización de la clase obrera comienza a sentirse en esa segunda mitad de siglo y a manifestar su poder a través de las organizaciones internacionales socialistas. Al mismo tiempo, se generan tensiones desconocidas hasta ese momento, como los orígenes del feminismo (las sufragistas que luchan por el derecho a voto).

(sociedad) Los ideales revolucionarios de la primera mitad del XIX cesan. Los grandes vencedores de las revoluciones liberales, la alta burguesía industrial y capitalista, pero también las viejas capas de la aristocracia propietaria, establecerán una nueva alianza de poder para mantener el status quo (el orden establecido de las cosas) que generará una sociedad conservadora y represiva, la sociedad victoriana (palabra que proviene de la sociedad característica del largo reinado de la reina Victoria de Inglaterra, que corresponde con la vida de Nietzsche), en la que prima la apariencia y el mantener hasta el extremo las convenciones sociales, castigando cualquier desviación social. Esto generará un estado cada vez más represivo y centralizado, preocupado por el orden público y el control de la subversión. De esta forma, el obrero revolucionario, el artista inmoral o la feminista comprometida serán perseguidos. Las sociedades del momento están muy lejos de ser avanzadas y a pesar de lo que ha supuesto la Ilustración o los cambios revolucionarios del liberalismo, los valores tradicionales mantienen parte de su empuje pasado.

(cultura) Las contradicciones de esa sociedad se reflejan en todo el sustrato cultural del último tercio del siglo XIX, del que Nietzsche es tan solo su espolón filosófico. Pero pensemos que lo mismo que propone Nietzsche para la filosofía, lo hará Freud poco después en la psicología, lo hacen los simbolistas franceses en la poesía (Baudelaire, Rimbaud, Verlaine), el esteticismo dandista (Oscar Wilde), y directamente influidos por Nietzsche, encontramos en España a Pío Baroja (y la primacía de la

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