Natalio Botana: "La Reforma Política De 1912"
Enviado por artur57 • 4 de Mayo de 2012 • 2.164 Palabras (9 Páginas) • 2.114 Visitas
Natalio Botana: “La reforma política de 1912”
I. Introducción
El 12 de octubre de 1910, Roque Sáenz Peña ascendía a la primera magistratura de la República. Fue elegido según la fórmula operativa del régimen instaurado en 1880, consolidado durante las dos presidencias de Roca, y que había mantenido el control gubernamental pese a los intentos revolucionarios de 1890, 1893 y 1905.
En el transcurso de dos años, se modificó el régimen político q1ue perduro 32 años, y se preparaba el camino para la única transferencia de poder a un partido opositor registrada en la historia política de Argentina en el siglo XX sin transgredir los principios y normas constitucionales.
La Ley Sáenz Peña no es resultado del azar histórico ni de la decisión voluntaria de una clase dirigente unificada, que resuelve ceder el poder político a los grupos y partidos que antes la impugnaban, sino que es resultado de circunstancias históricas que se dan en el siguiente contexto:
• El quiebre de la alianza de personalidades y grupos locales que apoyaban al Partido Autonomista Nacional (PAN)
• A partir de 1890, el surgimiento de organizaciones inexistentes en la sociedad para la época: el partido político creado independientemente de los recursos gubernamentales, que exigía participación electoral y perseguía sistemáticamente la captación de adherentes mediante la organización de sus cuadros, la difusión de una ideología y la elaboración de un programa.
• El clima intelectual del Centenario favorecía una retórica vacía, alabanzas a una Argentina feliz, segura de su progreso ilimitado, pero también un estado colectivo de mala conciencia en los grupos dirigentes de la sociedad ilustrada.
Estas tres características se dan en una sociedad poco permeable a la internalización de nuevas pautas políticas, con una población extranjera que alcanzaba del 50 al 70% en cuanto a sexo y edad, marginado políticamente, asimilado a la actividad socioeconómica, pero fiel a su nacionalidad de origen.
II. El clima moral del Centenario y el ocaso de una clase dirigente
El Centenario fue un motivo inmejorable para manifestar los logros del plan de inserción de argentina en el mundo, trazado por la clase dirigente que gobernó al país desde 1880.
La nación se mostró como un sistema abierto a la población y al capital europeo. Las exportaciones aumentaron más de diez veces en cincuenta años, y en veinte años, la población se duplicó y la red ferroviaria se extiende a todo el país. Se hace un esfuerzo sistemático por nacionalizar a la población mediante un sistema educacional centralizado. Sobre la base de estos resultados se elaboró una ideología de progreso ilimitado, que proyecta a la Argentina en abierta competencia con Estados Unidos. Sin embargo, sobre este telón se abren serios interrogantes y se advierten serios conflictos. En Buenos Aires, el problema social se manifiesta con intensidad y el centro de los intelectuales y de los hombres públicos es el problema político. Y en el marco del Centenario, esta cuestión se vuelve moral. Circulaban dos ideologías, la del progreso ilimitado, que justificaba el sistema socioeconómico, y el de la reparación moral, que impugnaba el régimen político. Estas impugnaciones morales las dan el Partido Radical, las adustas censuras de los dirigentes socialistas y en los esfuerzos intelectuales por resolver la contradicción observada entre la doctrina y la práctica política.
Sin embargo, detrás de las críticas que alimentaron el clima moral del Centenario, el grupo dirigente de 1880 había perdido definitivamente el control del poder presidencial por la destrucción de una alianza y el nacimiento de un conflicto de consecuencias imprevisibles. Esta alianza la protagonizaron Julio A. Roca y Carlos Pellegrini, que juntos superaron la crisis de 1890, controlaron los gobiernos de transición de Luis Sáenz Peña y José E. Uriburu, aseguraron la única reelección que logró completar un segundo período y durante 20 años fueron jefes de Estado y conductores de la asociación sin contrato llamada Partido Autonomista Nacional (PAN). Una querella sobre un proyecto gubernamental derivó en la impugnación abierta, por parte de Pellegrini, a la legitimidad del régimen político que él había defendido. Para contrarrestar el poder de Pellegrini, Roca apoyó la postulación de Manuel Quintana para mantener el régimen. Sin embargo, Quintana eligió como compañero de fórmula a Figueroa Alcorta, amigo de Pellegrini.
Pellegrini enfrenta al régimen en las elecciones de diputados de la Capital, haciendo pública su impugnación al régimen, criticando el fraude y la corrupción del mismo. Además, establece una coalición con el mitrismo y retoma el control de la maquinaria política para comprar votos. Pellegrini triunfó en las elecciones de 1906, en el día que Manuel Quintana moría, permitiéndole definir la orientación del gobierno de Figueroa Alcorta, sin embargo lo hizo por poco tiempo, ya que murió meses después.
Figueroa Alcorta se enfrentó al roquismo, recurriendo a medidas extremas para contrarrestar el poder de las oligarquías locales, como por ejemplo, intervino siete provincias, clausuró el Congreso y mantuvo el aparato electoral que heredó de Pellegrini, allanando el camino para la candidatura de Sáenz Peña.
Entre el nuevo siglo y el Centenario se quiebra la fórmula de asociación entre gobernantes, dentro de un régimen que bloqueaba la participación popular. Esta fórmula se había inaugurado en 1880 y el Partido Autonomista Nacional (PAN) fue una forma bastante original para vincular a los personajes importantes de provincias y comunas con el poder presidencial. El PAN fue un instrumento que comunicó a las oligarquías regionales entre sí, nacionalizándolas dentro de un conjunto de relaciones de subordinación estrictamente acatadas. La rigidez de esta estructura jerárquica, en la que el gobernador dependía del senador y ambos del control del presidente, debía hacer crisis cuando el presidente perdiera el control de la sucesión. Esto ocurrió cuando Roca y Pellegrini dejaron de compartir la misma creencia, originando dudas acerca del derecho que tenía Roca a monopolizar el poder político.
III. Sáenz Peña, el desarrollo de los partidos políticos y la crisis del conservadurismo
Roque Sáenz Peña fue electo gracias al concurso del sector antirroquista, que de acuerdo con la estrategia trazada por Figueroa Alcorta y Pellegrini, conquistó las máquinas electorales y las situaciones provinciales. Aunque no difería del PAN en su función de vincular oligarquías provinciales, la Unión Nacional, a diferencia del PAN, que manipuló la ideología concordante con la estructura política que lo mantenía, reorientó
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