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Olimpiadas Nazis


Enviado por   •  3 de Marzo de 2014  •  1.522 Palabras (7 Páginas)  •  303 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Durante dos semanas en agosto de 1936, la dictadura nazi de Adolf Hitler camufló su carácter racista y militarista mientras era anfitrión de las Olimpíadas de Verano. Dejando de lado su agenda antisemita y los planes de expansión territorial, el régimen explotó las Olimpíadas para impresionar a miles de espectadores y periodistas extranjeros presentando la imagen de una Alemania pacífica y tolerante. Tras rechazar una propuesta de boicot contra las Olimpíadas de 1936, los Estados Unidos y otras democracias occidentales perdieron la oportunidad de adoptar una postura que -- según manifestaron algunos observadores del momento -- podría haber limitado el poderío de Hitler y respaldado la resistencia internacional a la tiranía nazi. Al concluir los Juegos Olímpicos, se aceleraron las políticas expansionistas de Alemania y la persecución de los judíos y otros “enemigos del estado”, lo que culminó en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto.

LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE VERANO DE 1936

En 1931, el Comité Olímpico Internacional escogió a Berlín como sede de las Olimpíadas de Verano de 1936. Esto significó el regreso de Alemania a la comunidad internacional tras su aislamiento después de la derrota de la Primera Guerra Mundial.

Dos años después, Adolf Hitler, líder del partido nazi, asumió el cargo de canciller de Alemania y rápidamente transformó la frágil democracia del país en una dictadura unipartidista que persiguió a judíos, romaníes (gitanos), todos los oponentes políticos y otros. La pretensión nazi de controlar todos los aspectos de la vida alemana también abarcó los deportes. Las imágenes del deporte alemán de la década de 1930 sirvieron para promover el mito de la superioridad y el poderío físico de la raza “aria”. En esculturas y otras formas de expresión, los artistas alemanes idealizaron el tono muscular firme y la fortaleza heroica de los atletas además de acentuar ostensiblemente las facciones arias. Dichas imágenes también reflejaban la importancia que el régimen nazi confería a la aptitud física, un requisito esencial para el servicio militar.

En abril de 1933, se instituyó una política de “Sólo arios” en todas las organizaciones deportivas alemanas. Los atletas “no arios” -- judíos o medio judíos y romaníes (gitanos) -- eran sistemáticamente excluidos de las instalaciones y asociaciones deportivas alemanas. La Asociación de Box Alemana expulsó al campeón aficionado Erich Seelig en abril de 1933 por su condición de judío. (Seelig posteriormente retomó su carrera boxística en los Estados Unidos). Otro atleta judío, Daniel Prenn -- el tenista alemán mejor clasificado -- fue expulsado del equipo de la Copa Davis de Alemania. Gretel Bergmann, una atleta de salto en alto de primer nivel, fue expulsada de su club alemán en 1933 y del equipo olímpico alemán en 1936.

Los atletas judíos expulsados de los clubes deportivos alemanes acudieron en gran número a diferentes asociaciones judías, incluidos los grupos Macabeos y El Escudo, y a improvisadas instituciones segregadas. Pero estas instalaciones deportivas judías no estaban a la altura de los grupos alemanes bien financiados. Los romaníes (gitanos), incluido el boxeador sinti Johann Rukelie Trollmann, también fueron excluidos de los deportes alemanes.

Como un gesto simbólico para aplacar la opinión internacional, las autoridades alemanas permitieron que la esgrimista alemana de origen judío Helene Mayer representara a Alemania en los Juegos Olímpicos de Berlín. Se alzó con la medalla de plata en esgrima individual femenino y, como todos los demás medallistas alemanes, realizó el saludo nazi en el podio. Después de las Olimpíadas, Mayer regresó a los Estados Unidos. Ningún otro atleta judío compitió para Alemania. Sin embargo, nueve atletas judíos ganaron medallas en las Olimpíadas nazis, incluida Mayer y cinco húngaros. Siete atletas masculinos judíos de los Estados Unidos fueron a Berlín. Al igual que algunos competidores judíos europeos en las Olimpíadas, muchos de estos jóvenes hombres fueron presionados por las organizaciones judías para boicotear los Juegos Olímpicos. Como en ese momento la mayoría no conocía a fondo la magnitud ni el propósito de la persecución nazi de los judíos y otros grupos, estos atletas decidieron competir.

En agosto de 1936, el régimen nazi intentó camuflar sus violentas políticas racistas mientras auspiciaba las Olimpíadas de Verano. Se retiraron temporalmente la mayoría de los letreros antisemitas y los periódicos moderaron su dura retórica. De esta manera, el régimen aprovechó los Juegos Olímpicos para presentar a los espectadores y periodistas extranjeros una falsa imagen de una Alemania pacífica y tolerante.

En los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Suecia, Checoslovaquia y los Países Bajos surgieron movimientos para boicotear las Olimpíadas de Berlín de 1936. El debate sobre la participación en las Olimpíadas de 1936 tuvo mayor intensidad en los Estados Unidos, que tradicionalmente enviaba una de las delegaciones más numerosas a

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