Operacio Masacre. Panfleto

“Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados, no pretendiera que esa junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Masera ama la vida, aun cabria pedir a los señores comandantes en jefe de las 3 armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aun si mataran al último guerrillero no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace mas de 20 años mueve la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas” (Walsh R., Carta de un escritor a la junta militar,pag.235)

Este es el penúltimo párrafo escrito por Rodolfo Walsh un día antes de formar parte de la estadística de los desaparecidos en la última dictadura militar argentina, dictadura apoyada por la iglesia católica y EEUU, dictadura de Martínez de Hoz a cargo de una economía que, ya nos preparaba, nos ponía los pañales, nos hacia volver a nuestra primera edad con los ojos tapados para ser, (disculpen mi expresión) unos hijos de puta, hijos del neoliberalismo.

Este párrafo precede al de despedida, un final que nos muestra la situación de, en mi opinión, uno de los escritores, periodistas, maestros argentinos más comprometidos del S.XX. un señor que al escribir “la carta a la junta militar” ya había desaparecido del mapa en busca de una hija que se le había perdido, arrebatada por nada más y nada menos que los comandantes en jefe de las 3 armas, representantes del plan cóndor en nuestro país. Vamos a ver cuál es la postura de Walsh hacia estos dictadores y hacia otros anteriores.

Entre estos personajes había más de un perro del sistema y el capital, y así emerge, como buso del fondo de un mar negro y sucio, la figura del “cachorro” Menéndez. A este tipo podemos llamarlo “rector de la universidad” por ser el encargado de uno de los centros clandestinos de detención y exterminio más violentos del país de la época: La Perla: Córdoba, Argentina. Inicio de autopista Córdoba Carlos Paz.

Ese es el final de un ejemplo en lo que son valores: honradez y convicción. Luego de escribir esta famosa carta el día 24 de marzo de 1977, el maestro, Rodolfo Walsh, desaparece al día siguiente en manos de las figuras nefastas, aberrantes, genocidas y psicópatas, asesinas y maniáticas ya arriba descriptas.

Ahora, volviendo a lo que fue la cita en primer momento expuesta, los invito a releerla, podemos comenzar a desmenuzar un poco más las líneas del genio Walsh y ver su clara oposición, distancia y crítica contra él y los gobiernos militares…

Me parece apropiado aclarar que la postura de Rodolfo será analizada retrospectivamente, y que mi posición es bastaaante parecida a la de él.

Mientras Palito Ortega salía por la tele apoyando al gobierno, junto a su grupito de “artistas” conservadores y mediocres (burgueses), y el gobierno salía a decir por el mismo medio que la sociedad estaba sufriendo una enfermedad: la subversión; con una visión tan positiva del mundo que lo único que demostraban era tener, ellos, una patología en la cabeza. Esta alianza entre la prensa y los gobiernos de facto fueron comunes y repetidas. Sobre la “Revolución Libertadora”, Walsh en Operación Masacre, hace clara referencia a como la radio omite varias de las medidas tomadas por el presidente Aramburu. “no se ha pronunciado una sola palabra sobre los acontecimientos subversivos. No se ha hecho la más remota alusión a la ley marcial, que como toda ley debe ser promulgada, anunciada públicamente antes de entrar en vigencia” (Walsh R., O. M., cap. “La revolución del valle”, pag.69)

En la década del ’70, el autor dice lo siguiente: “Tras la ilusión de ganar una guerra que, aun si mataran al último guerrillero no haría más que empezar bajo nuevas formas” haciendo clara la coyuntura del contexto de la época: el encuentro, en el frente de batalla, entre proletarios y proletarios representantes de la burguesía. Walsh hace referencia a la lucha de clases. La misma de la teoría marxista y se la echa en cara a la burguesía hecha carne y hueso, y hecha dios digo diablo: el general, cuyo nombre de pila no es muy recordado, murió hace poco; pero

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