Origen Del Dinero
Enviado por carolo.20 • 2 de Mayo de 2015 • 2.240 Palabras (9 Páginas) • 245 Visitas
ORIGEN DEL DINERO
El dinero está presente en muchas de las actividades que realizamos diariamente. Usamos dinero para pagar lo que compramos y para poder hacer cosas cotidianas como transportarnos, ir al médico o ir al cine.
Es difícil pensar que transcurra un día normal en el que realicemos nuestras actividades corrientes sin que el dinero esté presente; sin embargo, hubo una etapa en la historia de la humanidad en que el dinero no existía y las cosas se conseguían intercambiándolas por otras cosas. Este tipo de intercambio se conoce como trueque.
TRUEQUE
El trueque surge una vez la sociedad se transforma y sus miembros comienzan a ser más interdependientes, debido, que a medida que las técnicas de producción evolucionaron, las comunidades percibieron que podían producir más si se especializaban en algunas actividades productivas en lugar de tratar de producir todo lo que necesitaban, las necesidades de estas sociedades tribales se hicieron más complejas.
La finalidad de la producción ya no era sólo la satisfacción de las necesidades del individuo sino el intercambio; proceso que estuvo acompañado de un incremento del comercio, el cual permitía que unos y otros intercambiaran aquello que les sobraba por lo que les hacía falta.
El surgimiento del intercambio como mecanismo para lograr la satisfacción de las necesidades sentó las bases para el uso generalizado del dinero; en efecto, la consolidación del intercambio o el comercio como una actividad más dentro de la organización económica de la sociedad, hizo evidentes las limitaciones del trueque y este sistema comenzó a fallar.
En la realización del trueque se requería una coincidencia de eventos difícil de lograr, por ejemplo, si un individuo quería obtener un bien "A" a cambio de su bien "B" tenía que encontrar a otro que quisiera cambiar su bien "B" por el "A". Otro problema que presentaba el trueque es que era difícil llevar a cabo cuando los objetos poseían distinto valor, por ejemplo, muchas personas no estaban dispuestas a intercambiar un objeto costoso por otro de menor valor, y además era difícil cargar objetos voluminosos cada vez que alguien quisiera hacer una transacción. Lo cual no permitía que cualquier objeto fuera adecuado para el trueque.
DINERO MERCANCIA
Como una respuesta a esas limitaciones, empezó a surgir en el comercio el uso de objetos que fueran comúnmente aceptados por todos como un medio de cambio. Entre las primeras formas de dinero que usó el hombre se pueden mencionar las conchas, las cuentas de collares, el té, el tabaco, las pieles y el ganado. Estos productos tenían ciertas características que les permitían ser transportados y almacenados, y a través de ellos se podía expresar el valor de mercancías más grandes o más valiosas; sin embargo, esos objetos, en muchos casos, no tenían suficiente resistencia y durabilidad, para ser más prácticos y facilitar los intercambios, la mercancía elegida debía cumplir con unos requisitos, no ser perecedera, ser fácil de transportar, divisible, y almacenable, lo que condujo a las sociedades a tratar de reemplazarlos por formas de dinero más parecidas a las que conocemos en la actualidad.
DINERO METALICO
Es entonces cuando aparece el dinero metálico, los metales, fueron los que más se acomodaron a las necesidades, pues se podían dividir en pedazos reducidos, eran fáciles de distinguir, tenían belleza propia, eran resistentes y poseían un valor propio por ser escasos. La plata y el oro fueron los metales más utilizados, inicialmente en forma rústica y, luego, de forma más elaborada, en monedas. Sin embargo, la plata se empaña, mientras que, por el contrario, el oro no, lo cual le daba más ventajas y hacía más fácil detectar falsificaciones. El único problema del oro es que era muy escaso y las monedas debían ser muy pequeñas. El cobre, el bronce y el hierro, también se usaron como formas de dinero primitivo. El hierro era fuerte y resistente pero con un defecto, y es el de presentar un proceso de oxidación.
Los elementos de intercambio fueron remplazados por monedas metálicas de curso legal por primera vez en Mesopotamia, debido a la necesidad de buscar algo que fuese o que representara un símbolo de valor, y de esta forma pudieran utilizar este símbolo para medir los precios de todas las cosas. Lo primero que valoraron fueron las cosas más útiles, como las herramientas y armas.
Durante mucho tiempo los países usaron como dinero monedas con distintos contenidos de oro y plata, pero los metales preciosos también tenían problemas, el mayor era que eran fácilmente falsificables, porque se podían hacer aleaciones con otros metales de peor calidad, y que daban la sensación de ser realmente metales preciosos. Para evitar esto, las autoridades empezaron a acuñar las primeras monedas de oro y plata, a las que imprimían su sello para garantizar su oficialidad.
Los gobernantes de Lidia un antiguo reino en el Oriente Medio, acuñan las primeras monedas en el siglo VII a.C. Al confeccionar lingotes más reducidos de un tamaño y peso estándar y al imprimir en ellos un emblema que indicaba su valor por medio de un símbolo. Las primeras monedas que confeccionaron fueron de electro, una aleación de oro y plata de color ámbar; perdiendo la monea su valor intrínseco este lo convertían en fichas ovaladas y para garantizar su autenticidad el Rey hacia estampar en cada una de ellas una cabeza de león.
Y así es como aparecieron las primeras monedas, dándoles el valor intrínseco que la autoridad acuñaba realmente.
La dificultad y el peligro que conllevaba llevar monedas de oro era evidente: además de ser pesadas, eran un botín fácil para los ladrones, razón por la cual se buscó reemplazar las monedas por algo más fácil de cargar que no implicara tanto peso y peligro, siendo así como se llegó al papel moneda.
LA LEY DE GRESHAM
La ley de Gresham establece que la moneda “mala” reemplaza a la moneda “buena”. Este fenómeno fue descrito por Thomas Gresham alrededor del año 1558, pero sólo se postuló como ley en el siglo XIX.
Ésta originalmente se refería a monedas con contenido de metal precioso, de manera que la moneda buena era aquella que tenía un metal más preciado, por ejemplo oro o plata, mientras la moneda mala era aquella que tenía metales menos preciados, como níquel o cobre.
Según esta ley, las personas tienden a utilizar la moneda mala en los pagos internos, mientras que guardan la buena, la funden o la usan en pagos internacionales. Esto sucede por ejemplo si tienes una moneda de oro y otra moneda de níquel. Según la ley
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