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PERÍODO FORMATIVO


Enviado por   •  19 de Junio de 2013  •  Informe  •  2.587 Palabras (11 Páginas)  •  587 Visitas

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PERÍODO FORMATIVO (15 000 A.C. – 200 A.C.) – BREVE RESEÑA:

Los primeros grupos humanos en el actual territorio del Perú aparecieron hace al menos quince mil años. Se trataba de tribus nómades de origen asiático, provenientes del norte del continente, dedicadas a la caza, la pesca y la recolección. Entre nueve y cinco mil años atrás se aceleró un desarrollo pristino de domesticación de plantas y animales.

Este período arcaico culmina con el desarrollo de una serie de aldeas y centros urbanos, entre los que sobresale la ciudad de Caral (cultura Supe, norte de Lima). Desde entonces, a lo largo del territorio peruano se sucedieron sin injerencia externa una serie de tradiciones culturales que originaron señoríos, confederaciones, reinos e imperios durante casi 40 siglos.

Caral, es el asentamiento más destacado de los 18 identificados a lo largo de 40 km del valle bajo y medio de Supe, cada uno de los cuales reúne edificios públicos con la característica plaza circular hundida, además de un conjunto de unidades domésticas. No es Caral el más extenso pero sí el que muestra un diseño arquitectónico planificado y una fuerte inversión de fuerza de trabajo en la construcción de los edificios piramidales. Por la extensión de los asentamientos y por la cantidad de trabajo invertida se hace evidente que ellos tienen un ordenamiento jerarquizado y que había una organización social unificada en el valle. Este patrón de distribución puede extenderse también a los valles de Pativilca, Fortaleza y Huaura, los cuales, al lado de Supe, debieron constituir el territorio base de formación del Estado prístino.

La ciudad de Caral se encuentra en el inicio del sector medio del valle de Supe, provincia de Barranca, a 184 km al norte de Lima, en el área norcentral del Perú. Es el asentamiento urbano más destacado por su extensión y complejidad arquitectónica de todos los identificados en el Perú entre los 3000 y 2000 años a.C.

Caral ocupa 66 ha, en las cuales se distingue una zona nuclear y una zona marginal. En el núcleo, las edificaciones están distribuidas en dos grandes mitades: una alta donde se pueden apreciar las construcciones piramidales más destacadas, una plaza circular hundida, dos espacios de congregación pública masiva, además de las unidades domésticas y de almacenamiento de los funcionarios, así como un conjunto residencial extenso. La mitad baja tiene edificios de menores dimensiones, aunque destaca el complejo arquitectónico del Anfiteatro, y un conjunto residencial, igualmente, de menor extensión. La zona en la periferia tiene numerosas viviendas agrupadas, distribuidas a modo de archipiélago en «islotes», a lo largo de la terraza que linda con el valle.

Millones de piedras fueron cortadas y trasladadas a la ciudad para la construcción de los edificios públicos, para remodelar los diseños arquitectónicos o para enterrarlos cíclicamente y construir uno nuevo.

COMERCIO EN LA CULTURA CARAL:

¿Cómo nació el comercio?

Podemos decir que el comercio nació con el trueque.

¿Qué es el trueque?

El intercambio de productos entre personas (o sea, yo te doy un pescado y tú me das tus papas, ¿O.K.?). Desde este punto de vista el origen del comercio se pierde en la historia y es muy difícil establecer una fecha exacta. Pero el comercio a gran escala nació en Caral. Fue en Caral donde dos clases sociales, la de los pescadores y agricultores, realizaban masivos intercambios de productos, probablemente bajo atenta supervisión de la clase sacerdotal.

La población que se dedicaba a la pesca se encontraba asentada, principalmente, en una zona costera de Supe llamada Áspero. En el Áspero también se han encontrado pirámides gigantes. La población que dependía de la agricultura vivía a loa largo del río Supe (o sea en el valle de Supe). Todo indica que las dos sociedades convivieron juntas hace 5000 años, la sociedad agrícola de Caral y la sociedad pesquera de el Áspero; pero, con el paso del tiempo, la sociedad pesquera cayó bajo el dominio de la sociedad agrícola. Entonces podríamos decir que Caral se convirtió en la metrópolis, es decir en la capital; y el Áspero se convirtió en una colonia.

Además, hay numerosos vestigios que apuntan que en Caral se realizaba intercambio de productos con otras sociedades ubicadas en la sierra y la selva del Perú. Por lo tanto las primeras manifestaciones de comercio, en América, se llevaron a cabo en Caral.

Se caracterizó por mantener una esfera de intercambio económico.

Su principal actividad fue el comercio: intercambiaban el algodón que producían con los pescadores y estos les enviaban moluscos y pescados secos en forma de pago (anchovetas y sardinas).

Entre otras actividades tenían:

-Textilería: Hacían redes de pesca y piezas textiles.

-Agricultura: Producían semillas de algodón, frejoles, nueces, camote, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacay, guayaba, maíz, etc.

Desarrollaban técnicas agrícolas como: canales de irrigación, tratamiento de las plantas, habilitación de las chacras, etc.

El manejo transversal del territorio y sus recursos potenció la economía de los pobladores del valle de Supe. Favorecidos por la ubicación central de la cuenca de Supe y su corta extensión entre el litoral y el altiplano (espacio articulador), los pobladores se desplazaron hacia otras regiones y valles del área. El comercio local e interregional permitió el flujo de recursos agrícolas y marinos, así como el intercambio de otros bienes, conocimientos y elementos culturales.

El cambio de anchovetas secas y moluscos (choros y machas) por algodón y otros productos agrícolas, industriales o alimenticios (mate, algodón, frijol, achira, zapallo, camote, etc.), inició la cadena del comercio, que se extendió a las otras regiones. Algunos productos fueron intercambiados a grandes distancias, como el Spondylus de las playas del Ecuador. A Caral llegaron lloque, cactus, perico cordillerano y cóndor de los andes, así como congompe, achiote, tútumo y huarumo de la selva. Este sistema económico también se evidencia en el Áspero, donde se han recuperado numerosos artículos elaborados con materiales exóticos, provenientes de la sierra (palos cavadores de lloque), de la selva (congompe) y de la costa ecuatorial (cuentas de “mullu” o Spondylus).

Los pobladores de caral aprovecharon distintas zonas naturales de su territorio para obtener una amplia gama de productos; tuvieron acceso a los recursos del valle, el río, los puquiales, los humedales, las lomas, los bosques y los montes ribereños. En el valle los caraleños excavaban y limpiaban acequias

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