PRI, Pilar de la Consolidación Democrática de México
Enviado por fracos3 • 8 de Septiembre de 2021 • Apuntes • 10.748 Palabras (43 Páginas) • 103 Visitas
PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL
Plataforma Electoral 2021 - 2024
1. Introducción
1.1. PRI, Pilar de la Consolidación Democrática de México.
1.2. Escenario Internacional
2. Democracia y Justicia Social.
3. Crecimiento Económico, Competitividad y Empleo.
3.1. La Equidad con Estabilidad:
3.1.1. Objetivo Estratégico.
3.1.2. La Nueva Estrategia de Desarrollo Económico.
3.1.3. Fortalecer al Municipio como Promotor del Desarrollo y el Empleo.
3.1.3.1. Mayor competitividad
3.1.3.2. Impulso al sector agropecuario
3.1.3.3. Impulso al turismo
4. Desarrollo y Equidad Social Municipal
4.1. Salud y Bienestar Social
4.2. Fortalecer las políticas de vivienda popular
4.3. Combate a la pobreza rural
4.4. Educación
4.5. Cultura
4.6. Deporte
4.7. Atención a la Juventud
4.8. Atención a la Mujer
5. Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable
5.1. En el sector de manejo de residuos
5.2. En el sector agrícola y ganadero
6. Vertientes Estratégicas de Política Pública Municipal
6.1. Transparencia y Rendición de Cuentas
6.2. Turismo
6.3. Campo
6.4. Educación
6.5. Cultura
6.6. Salud
6.7. Deporte
6.8. Vivienda
6.9. Jóvenes
6.10. Mujeres
6.11. Medio Ambiente
6.12. Agua
7. COVID
8. Comentarios finales.
1. Introducción
1.1. PRI, Pilar de la Consolidación Democrática de México.
Los partidos han sido parteaguas en la vida política del México contemporáneo; después de estar casi ausentes en el régimen que emanó de la Constitución de 1857, fueron actores principales del proceso que vivió el país a partir de la Carta Magna de 1917, al tiempo que su labor, presencia, campañas e interlocución en los comienzos del siglo XXI, propiciaron las grandes alternancias en el poder, que han caracterizado esta etapa.
Fue la Revolución Mexicana un gran convocante a la organización política, pues con Madero se hizo un llamado a la lucha electoral con la conformación de partidos políticos; pero los sucesos posteriores condujeron al camino de las armas, hasta que los ideales revolucionarios y los bandos en lucha fueron armonizados en la Constitución de 1917. Hacia adelante, se requirió de un partido que se hiciera cargo de postular el programa revolucionario y de asumir el compromiso de plasmarlo en el Estado y en las acciones de gobierno; el PRI fue quien asumió tal reto.
Como Partido Nacional Revolucionario, PNR, en 1929 fue el primero en constituirse con carácter y presencia nacional en el México contemporáneo; se significó por ser la organización política cuya participación permitiera una vía para superar los reiterados conflictos y los riesgos de fractura en las elecciones presidenciales, también por ser factor de estabilidad y, finalmente, ya como PRI – previamente como Partido de la Revolución Mexicana, PRM, - hacer posible pasar de un sistema de partido hegemónico a otro de carácter plural, competitivo y con alternancia, en condiciones de regularidad en el funcionamiento de las instituciones.
En ese sentido y más allá de la retórica, se puede afirmar que el PRI ha sido y es pilar de la historia democrática de México.
Los referentes más próximos y determinantes del México contemporáneo, la Revolución de 1910, así como la expresión que ella alcanzó en la Constitución de 1917, conforman el núcleo gestor de las instituciones de la República, y de donde surgió el ánimo y espíritu para consolidar una Nación independiente, soberana, democrática con un régimen de libertades garantizadas por el estado de derecho, y de donde emanó una mística orientada por la justicia social.
Puede decirse que toda Revolución que se precie de serlo, ha de reflejarse en un texto constitucional que rompa con el pasado, al tiempo que establezca un nuevo orden. Sin duda que tal fue el caso de la Revolución Mexicana, al ser ella quien detonara y definiera el contenido de la Constitución de 1917, así como el sistema político que se edificó para instrumentar la tesis de democracia y justicia social. Traducir esos conceptos a la realidad, ha requerido ciertamente de voluntad, pero también imaginar las mejores vías para hacerlo, vencer resistencias, organizar esfuerzos, construir instituciones; contar con talento y capacidad política para llevar un paso que significara avances, pero que, al mismo tiempo, evitara las fracturas y los saltos al vacío; en suma, el reto de generar cambios en un diálogo siempre complejo entre lo deseable y lo posible.
El PRI fue el partido que lidereó ese proceso; se hizo cargo de intentar convertir los afanes de la Revolución en gobierno, desprendiendo de las definiciones normativas y axiológicas contenidas en la Constitución, programas, políticas públicas y acciones gubernamentales para hacerlo posible; ello conforme a las concepciones que se consideraban como vías adecuadas para hacerlo a partir del legado revolucionario, con la idea de un Estado con liderazgo y rectoría. Una de sus primeras tareas fue construir el camino que diera estabilidad a la renovación del poder, frente a una circunstancia marcada por los constantes conflictos y el derramamiento de sangre en los procesos de 1920, 1924 y de1928, en este último cuando ocurriera el asesinato del entonces presidente electo, Álvaro Obregón.
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