Panteon Egipcio

PANTEON EGIPCIO

Los dioses del panteón egipcio poseían características humanas combinadas con elementos animales, por lo que ya desde épocas tempranas, eran representados como seres humanos con rasgos zoomórficos, y cualidades sobrenaturales. Al comienzo de la dinastía faraónica cada nomos (o distrito) rendía culto a sus propios dioses, siendo los más importantes los once dioses de la Heliópolis, los ocho de la Hermópolis, y las tríadas de Elefantina, Tebas y Menfis. Las tríadas divinas eran las más populares, debido a que se les atribuía características humanas, tales como la constitución familiar, lo que hacía que fueran agrupadas en parejas con un hijo.

AMON

Amón, en la mitología egipcia, representaba al poder creador del universo. Era llamado "el oculto" y padre de todos los vientos, por lo que se estima que también fue patrono de los navegantes, en cuyos timones se solía grabar el nombre de este dios. Originariamente se trató de una deidad menor, nacida en Tebas, que supo ganar importancia con el transcurso del tiempo, hasta su apogeo en la Dinastía XVII. Desde entonces, fue suprema jerarquía del panteón egipcio, asimilado a Ra en la figura de Amónrasonter, que significaba Amón-Ra, rey de los dioses; todos los dioses existentes hasta entonces pasaron a ser considerados una manifestación de Amón, a quien se consideró el dios único que se convierte en millones. Iconográficamente, fue generalmente representado con la forma de un hombre de mediana edad, sobre la base de un disco solar, con la piel negra o azul, o con forma de animal, a través de la cabeza de un carnero o un halcón. En cualquier caso, siempre lleva en su cabeza dos plumas que, a su vez, se dividían en distintas secciones. Asociado a la brisa del aire, Amón es representación de nociones abstractas y, por eso, se encuentra en todo momento, en todo lugar, como el oculto, invisible no sólo a los ojos humanos, si no a los de cualquier dios. No obstante, podía sentirse, a través de las atenciones que tenía para con el pueblo, que suplicaba con ofrendas por ayuda y buenas cosechas. Los dos templos principales adjudicados a este dios fueron Karnak y Luxor, en la influyente ciudad de Tebas.

HORUS

Horus, adorado desde al menos el período predinástico hasta finales de los tiempos greco-romanos, fue una de las deidades más antiguas e importantes de la región del Antiguo Egipto. A lo largo de la historia de su culto, Horus tuvo diversas formas y representaciones, posiblemente relacionadas con los distintos atributos y sincretismos, de acuerdo con la manera en que los antiguos egipcios concebían las múltiples facetas de la realidad. Una de las invocaciones más antiguas describe al dios como un halcón, patrón de Nekhen, en el Alto Egipto, en donde el rey era considerado la encarnación de Horus en la tierra, durante su vida, y de Osiris, después de su muerte. En general, Horus es descrito como hijo de Isis y Osiris. Ha desempeñado muchas funciones en el panteón de deidades de la mitología egipcia, entre cuyos atributos de destacan los de ser dios del cielo, señor de la guerra y también de la protección. Se cree que su nombre deriva de la palabra haru, que significa halcón, pero también puede aludir a la distancia, o a “uno que está por encima y más allá”. Horus ha sido representado como un animal en la forma de halcón, o como un hombre con cabeza de halcón, en cualquier caso siempre con una corona doble sobre su cabeza, símbolo que utilizaban los faraones y que aludía al poder sobre las dos mitades de Egipto. También se verifican registros de Horus en la forma de un disco solar alado, sobre todo en los templos, o con forma leonina. Como dios, desempeño un papel fundamental en la sanación de la enfermedad

ISIS

Isis (en el Egipto originario llamada Aset, que significa trono) era una diosa de la mitología egipcia, cuyo culto se extendió por todo el mundo greco-romano. Era adorada como la madre y esposa ideal, patrona de la naturaleza y de la magia, así como lo describen sus variados epítetos: gran diosa madre, reina de los dioses, gran maga, diosa de la maternidad y del nacimiento, o fuerza fecundadora de la naturaleza. Era una deidad amiga de los esclavos, los artesanos, los pecadores y los oprimidos, a quienes escuchaba en sus plegarias. En las narraciones originarias, era madre de Horus y la primera hija entre Geb, dios de la tierra, y Nut, diosa del cielo global. Mitos tardíos, en cambio, hablan de que Isis tenía por hermano a Osiris, quien luego se convertiría en su marido y juntos engendrarían a Horus. Según esta última lectura, Isis sirve como instrumento en la resurrección de Osiris, cuando éste, tras ser descuartizado por Seth, es reconstruido y devuelto a la vida mediante los poderes de la diosa. Este mito es uno de los más importantes del antiguo Egipto: los egipcios creían que el río Nilo se desbordaba todos los años como consecuencia de las lágrimas que Isis derramaba al llorar por su difunto Osiris. Al igual que la mayoría de las deidades egipcias, Isis fue originalmente una deidad independiente y popular, establecida en la época predinástica, antes del 3100 AC, en Sebennito, al norte del Egipto actual. Más tarde existirían templos reservados a su culto en distantes zonas como Irak, Grecia y Roma.

NEFTIS

En el panteón egipcio de las deidades, Neftis es miembro de la Gran Enéada de Heliópolis, hija de Nut y Geb, esposa-hermana de Seth y hermana de Osiris e Isis, con quien es representada en los ritos funerarios como protectora de la momia. En algunos mitos, Neftis también es considerada la madre de Anubis, deidad funeraria, aunque éste también es considerado hijo de la diosa Bastet o Isis. Llamada diosa útil o excelente, los antiguos egipcios la describen como una deidad representante de la ayuda divina, la custodia y la protección. EL nombre Neftis es la forma griega de un epíteto que puede transcribirse desde los jeroglíficos como Nebet-het y Nebt-het, que significan Señora de la caja (en alusión al templo), lo que la asocia con el papel de sacerdotisa. Junto con su hermana Isis, simbolizan todo lo concerniente al bienestar de los difuntos, asistiéndoles en su paso al otro mundo, a través de cánticos. Así como Isis representa la experiencia del parto o nacimiento, Neftis es una diosa protectora que simboliza la experiencia de la muerte. En su rol funerario, la diosa a menudo es representada como un ave de rapiña llamando a un cometa, o como mujer con alas de halcón, generalmente extendidas, en símbolo de protección. Si bien era vista como una fuerza mórbida, al mismo tiempo se trataba de una energía crucial en la transición celestial, viaje a través del cual el difunto se hacía más fuerte por intervención de Isis y Neftis, cuyos poderes, combinados, eran temidos por los demonios

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