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Parlamentarismo


Enviado por   •  16 de Julio de 2015  •  2.162 Palabras (9 Páginas)  •  282 Visitas

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Parlamentarismo: 1891-1925

Terminada la guerra civil de 1891, en Chile se consolidó un nuevo régimen político: el sistema parlamentario, el que imperó hasta 1925. Pero los especialistas han denominado este período como “parlamentarismo a la chilena”, pues no funcionó como los sistemas parlamentarios existentes en otros lugares como Inglaterra o España.

En este período siguió vigente la Constitución de 1833, y aunque esta había experimentado varias reformas en la década de 1870, los mecanismos que utilizó el Congreso para ejercer supremacía sobre el Presidente de la República correspondían a disposiciones contenidas en la Carta Fundamental.

1. Características del parlamentarismo chileno

En este nuevo sistema político, la figura del Presidente fue prácticamente decorativa, ya que el verdadero poder recaía en el Congreso, que lo ejercía a través del uso extensivo de diversas “prácticas parlamentarias” que impidieron cualquier gestión del Ejecutivo que no contara con apoyo masivo y estable al interior del Congreso.

La primera de ellas es que el Ejecutivo ya no tenía las atribuciones para disolver el Congreso y convocar a una nueva elección. Asimismo, no existió un mecanismo de clausura del debate, el que se prolongaba en forma indefinida para impedir la aprobación de una ley. Lo anterior impidió regular los excesos del Parlamento y generó la obstrucción parlamentaria.

Otras prácticas que reflejaron la disminución del poder presidencial fue la facultad para retardar las leyes periódicas. Estas leyes tienen relación con aprobar el presupuesto, las contribuciones y leyes referentes a las Fuerzas Armadas.

Debemos recordar que uno de los factores que influyeron en el desarrollo de la guerra civil fue el rechazo del Congreso a aprobar una de estas leyes.

Por último, la facultad que adquirió el Parlamento de derribar los gabinetes ministeriales a través de interpelaciones, obligaban a los ministros a acudir al Congreso a dar explicaciones por los cargos en su contra. Este sistema entorpeció la labor legislativa y produjo una constante rotativa ministerial, situación que afectó directamente el desarrollo de los gobiernos del período.

El Jeneral Pililo n°149, 25 de febrero de

1897. En: M. Salinas, D. Palma, C. Báez y M. Donoso, El que ríe último…

Caricaturas y poesías en la prensa humorística chilena en el siglo XIX, Ed.

Universitaria, Corporación de Patrimonio Nacional y DIBAM, Santiago, 2001. La inoperancia del Senado, que retrasaba las discusiones y frenaba la promulgación de las leyes, fue criticada en esta caricatura de la década de 1890.

2. Rotativa ministerial y sistema de partidos

La rotativa ministerial afectó la gobernabilidad del Presidente, pues si bien él escogía a sus ministros, para que pudieran durar en sus cargos debían tener la aprobación de la mayoría del Congreso, la que a su vez, dependía de las alianzas entre los partidos. Esta mayoría generalmente fue muy inestable, lo que le impedía al gobierno desarrollar políticas de largo plazo. En la práctica esto hizo que los gabinetes ministeriales fueran rotándose constantemente, entorpeciendo aún más las labores administrativas del Presidente, quien debía pasar gran parte de su tiempo preocupado de obtener el apoyo de los principales partidos políticos.

Los partidos

Durante el parlamentarismo, los partidos políticos se constituyeron en los principales actores del quehacer político. Mientras el Presidente tenía un papel secundario, en el Congreso dos bloques adquirieron un rol cada vez más protagónico: la Coalición, cuyo eje lo constituía el Partido Conservador, y la Alianza Liberal, donde predominaban los partidos Liberal y Radical. Hubo otras agrupaciones políticas que también participaron en los gobiernos parlamentarios, como el Partido Nacional y el Liberal Democrático, los que apoyaban a los conglomerados según la conveniencia del momento.

En general, los diversos partidos no tenían grandes diferencias ideológicas, pues todos estaban influenciados por las ideas de pensamiento liberal tanto económico como político; pese a ello algunas rencillas laico-religiosas se mantuvieron, pero no generaron los mismos conflictos del pasado.

3. La decadencia del sistema oligárquico

Una característica esencial del régimen parlamentario chileno fue que funcionó en torno a los intereses de una sola clase social: la oligarquía, la misma que había encabezado la guerra civil de 1891 y la misma que imprimió las características de un sistema que obstaculizó las labores del Ejecutivo. Aunque esta oligarquía había luchado por la libertad electoral, no hizo mayores esfuerzos por permitir que esa libertad se hiciera realidad para todos, lo que causó molestias de los otros grupos sociales.

La oligarquía chilena de fines del siglo XIX había sufrido una evolución económica y social, pese a no tener un contrapeso político, a diferencia de otras oligarquías de América Latina. Este grupo se enriqueció con los recursos del salitre y comenzó a cambiar su estilo de vida más bien austero hacia la adopción del lujo y refinamiento a la usanza europea. Lo anterior produjo que se fueran alejando de las preocupaciones políticas del país, por lo que el debate político ya no se centraba en el Congreso ni en el gobierno, sino que en otros espacios, como los clubes (de la Unión y el Hípico) y los salones de fiestas, destacados escenarios de las alianzas y debate político.

La compra de votos

El poder de la oligarquía se reflejaba sobre todo en el período de elecciones, en el que era muy común la práctica de comprar los votos. En esta época, el derecho a voto se había ampliado a todos los varones mayores de 21 años que supieran firmar, por lo que arreglar las papeletas de votación era algo sencillo. En muchos lugares eran los propios patrones quienes llevaban a sus trabajadores a votar, dirigiendo sus preferencias; también se utilizaba el pago en dinero para comprar los votos. Esta situación fomentó la visión negativa y negligente del sistema.

La oligarquía liberal estableció en 1891 un sistema favorable a sus intereses, con un sistema de intervencionismo garante de las libertades de un grupo reducido con poder económico y político. Sin embargo, la realidad social del país y los crecientes problemas populares no fueron el foco de atención de la oligarquía, quienes en vez de tomar medidas paliativas para las demandas populares, utilizaron la vía de la represión hacia los movimientos obreros, los que crecían paulatinamente para manifestar su molestia ante las inoperantes prácticas parlamentarias y la

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