“Patología criminal: aspectos biológicos”

 “Patología criminal: aspectos biológicos”

 “La noción del delincuente: su anormalidad”.

El individuo adaptado se apodera de la posición de autoridad sobre el sujeto delincuente, en razón a que antes del siglo XVII, hay una separación entre el no delincuente y el delincuente, a partir del siglo XVIII por la ineficacia del modo de producción feudal y la comercialización del campo, se expulsa a los campesinos y trabajadores, por lo que, el delincuente pasa a ser como el vagabundo, el ocioso, el pobre, el loco, la prostituta (individuos anormales), es decir, son objeto de rechazo social. A fines del siglo XVIII diferenciaban entre el hombre delincuente y al no delincuente, bajo los postulados del protestantismo (creencia de las categorías sociales, predeterminadas por designio de la divinidad) y, por otro lado, el pensamiento racionalista iluminista como representante del catolicismo, los cuales equiparan a todos los hombres responsabilizándolos por igual de la conservación del pacto implícito en el contrato social, los ciudadanos aceptan libremente sujetarse a las normas de igualdad y de restricción para crear y conservar el orden social, el individuo que ataque este orden es responsable de su acto.


Del Iluminismo clásico inglés, el delito es considerado más como un fallo de cálculo que como un pecado. En el siglo XIX, la misma creencia protestante lleva a considerar la conducta delincuente como efecto de la inmoralidad, la falta de higiene y el desorden epidémicos, por lo que, el delito y su autor entran a la patología médica. Esta materialista médica se introduce en Francia, inspirando en la reforma del hospital y del asilo propugnado dentro del movimiento revolucionario.

“Las concepciones médico-biológicas de la criminalidad”

Reitera que es quien utiliza el método científico y, por tanto, la estadística con los factores atávicos que equiparan al individuo delincuente con el salvaje primitivo, debido a una predisposición genética o biológica por factores degenerativos. Di Tullio, citado por Teresa Miralles, señala que en la herencia no transmite ni la Criminalidad solo una predisposición.

 “Carácter científico del método utilizado”

Expone que la teoría anteriormente explicada utiliza el método positivista experimental en la conducta humana, por lo que la biología criminal ha interpretado el comportamiento criminal a través del dato biológico.

“La biología criminal y su reflejo en la política criminal”

Señala que es una teoría efectiva conforme es adecuada al momento del pensamiento científico; pero que la teoría expuesta por Lombroso, no aparece en el aumento del desempleo, de la pobreza, del delito y de los desórdenes en Europa y en Italia, la delincuencia es vista como producto de la indigencia social, laboral, física y cultural, por lo que, Lombroso solo señala a la responsabilidad criminal como producto de la indigencia social, aboral, física y cultural.


En cambio en la nueva ideología del control social, el objeto del tratamiento es el criminal y no el crimen, por ello Von Liszt uno relaciona el derecho penal, la criminología y la penología en la necesidad de una política criminal basada en la prevención especial (medidas de seguridad y las medidas de tratamiento); no obstante, es Ferri quien elabora los llamados sustitutivos penales, cuya imposición se basa en las propias características de su autor.

“Patología criminal: la personalidad criminal”

En el primer tema realiza consideraciones introductorias en el que brevemente señala que la psicología y la psiquiatría se adentran en el estudio y explicación de la personalidad, estudiada por Freud en su psicodinámica.

“Nacimiento y evolución de la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis”

Esta doctrinaria narra que en el siglo XIX, el estudio del delincuente depende de la biología y de la medicina. Señala que el pensamiento psicológico tiene sus raíces en la época clásica junto con los problemas físicos, estableciendo una separación entre cuerpo y alma, cuya escisión inicia a partir del siglo XVIII, cuando las enfermedades empiezan a tratarse por la psicología.


En el siglo XIX las concepciones psicológicas son elevadas a la categoría de científicas, positivas y experimentales en un sistema institucionalizado. Así la psicología y la psiquiatría se integran en la sociedad como técnicas y conocimientos institucionales, sirviendo a los intereses del orden burgués, por lo que el asilo y el hospital contribuyeron a la imposición de la moral social.


En cuanto al psicoanálisis, señala que su origen se encuentra en la medicina psicológica de fines del siglo XIX, con la finalidad de explorar el inconsciente y los impulsos inhibidos del instinto, desarrollados en la teoría de la neurosis de Freud.

“La neurosis: estructura de la personalidad y desarrollo sexual”

Señala que es Freud quien detecta la sintomatología de la neurosis a mitad del siglo XX, conforme a sus conceptos y teorías producto del psicoanálisis. En el proceso de formación del síntoma neurótico son importantes las disfunciones entre las fuerzas de los estratos de la personalidad: Super-Ego y del Ego (mundo consciente, de la propia vida), y el Ello (mundo de los instintos individuales-ninguna prohibición), pero este proceso es analizado por Freud en el ámbito sexual.

“Personalidad y criminalidad”

Señala que la criminología empieza a dar relevancia a la personalidad (comportamiento y actitudes). Así los defectos de la personalidad, significan disfunción o desadaptación del individuo a las normas culturales, sociales e institucionales y la psicología patológica sitúa el inicio de esos defectos en el seno de la familia como una de las primeras instituciones, esa falta de adaptación es una conducta distinta, peligrosa, agresiva y delincuente; por lo que, la criminología fundamentó la etiología de la delincuencia en los defectos de la personalidad, como factor hereditario. Eysenck afirma que en los criminales existe una personalidad extrovertida.


Dentro de las teorías psicoanalíticas surge el delito como causa del sentimiento de culpabilidad producido por el complejo de Edipo. Así, al cometer el delito conlleva un castigo y éste es lo que el individuo busca, porque le aliviará su sentimiento de culpabilidad.


Las teorías explicativas de la delincuencia estudian al individuo por la aplicación de test proyectivos, sin tomar en consideración aspectos como los pensamientos y sentimientos, entre otros. Además, los autores Schueller y Cressey señalan que subsiste la duda sobre la validez de las diferencias entre delincuentes y no delincuentes, así la personalidad del individuo es un problema resuelto en la criminalidad.

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