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el progreso de las instituciones eclesiásticas ha venido siendo irregular. Las considera como estructuras

y, sobre su procedencia, explica que no es innata en la naturaleza del hombre. En las sociedades primitivas encuentra el germen de las religiones como la necesidad de apaciguar a los espíritus.

En estas sociedades ancestrales militares los curanderos ocupaban un lugar socialmente más privilegiados que los sacerdotes, (el varón más anciano) ya que se les atribuía la capacidad de hacer frente a los espíritus. Así se convertían en los más idóneos para paliar hostilidades entre sociedades en guerra. Gradualmente la implicación de los sacerdotes en las guerras se hizo menos frecuente.

Estas instituciones se derivan de dos sentimientos humanos: el respeto y la veneración. En consecuencia, las sociedades más antiguas apenas distinguían entre el mundo secular y el sagrado, es decir, no se distinguían iglesia y estado. Como consecuencia de la conquista de otras sociedades, las instituciones eclesiásticas crecen subordinando a aquellas a las que absorbe.

La lucha por la supremacía de las instituciones religiosa y política aparece en las sociedades industriales. En este aspecto la iglesia cuenta con una serie de ventajas:

como representante de una deidad, es la iglesia la que confiere autoridad al gobernante

tiene influencia sobre los temidos y venerados seres sobrenaturales

puede conceder o no el perdón de los pecados

sus representantes suelen ser de clase ilustrada

han logrado acumular una gran cantidad de propiedades a base de conquistar sociedades vecinas

A largo plazo, a medida que la industrialización se va imponiendo, el poder terrenal se va situando sobre el poder espiritual. Esto se traduce en una cooperación voluntaria con el estado, frente a la cooperación obligatoria que imponía la iglesia.

La fe religiosa también se ve desplazada a causa de los muchos descubrimientos filosóficos y científicos, además de la accesibilidad a estos conocimientos, relegando lo sobrenatural a un segundo plano.

Para Spencer, los grupos en los que no han surgido instituciones eclesiásticas no han sido capaces de desarrollase. Algunas de las funciones de la religión, según el autor, son las siguientes:

fomenta la cohesión entre individuos

actúa de freno de la guerra

promueve la conservación de las instituciones sociales

actúa como sistema regulador complementario al político

mediante la coerción y la autocontención, consigue que los individuos sean respetuosos

Cabe recordar que estamos hablando de un autor de clara postura conservadora, con lo cual no duda en alabar a estas instituciones por su resistencia al cambio, su capacidad para cohesionar al individuo con su grupo social y por vincular a ambos con su pasado.

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