Pensamienos Y Obras Simon Bolivar
Enviado por peinadocely • 10 de Marzo de 2015 • 2.052 Palabras (9 Páginas) • 266 Visitas
El pensamiento y la obra de Bolívar están anclados en el humanismo. Dicha postura le permite establecer una identificación raigal con el mejoramiento del hombre de estas tierras, ese "pequeño género humano" expoliado y alienado por la práctica de la cultura de la dependencia por parte del colonizador. Su formación cultural e ideales políticos llevan como propósito la transformación radical de tal situación.
Simón Bolívar tuvo acceso a lo mejor de la herencia política, filosófica y literaria de la cultura occidental de su tiempo. Hubo de ser Bolívar un hombre cosmopolita, de amplia cultura, ancestralmente iluminista, al igual que su maestro Rodríguez. Los hombres que iniciaron nuestras gestas de independencia como máxima general actuaron bajo el signo de la ilustración; por ello los funcionarios aduanales metropolitanos en las colonias de ultramar hurgaban en las cajas, más ansiosos de confiscar libros que armas. No podía ser de otro modo pues la fórmula sobre la que descansó el dominio del poder colonial en América, estuvo centrado en el oscurantismo y la ignorancia que trae consigo la práctica del consabido escolasticismo retrasante. Los colonizadores utilizaron como recurso la aculturación y la educación diferenciadamente en lugares de gran densidad de población yorganización social como México y Perú y en otros lugares donde se les prestó franca resistencia como los araucanos.
El 15 de febrero de 1819 en el discurso de Angostura, Bolívar sentenció: "Unido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiado son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción…"[5]
Tal concepción refleja el estado de cosas que imperaba en América Latina. La Iglesia jugó un importante papel en la colonización en el continente siendo una fuerte aliada del poder. Las estructuras de gobierno establecidas por nuestras metrópolis se valieron de la coartada espiritual que le brindaba la Iglesia para mantener el status en estos países.
A la sombra de los claustros, se practicaba la formación del hombre por vías de la memorización mecánica de estériles latines; y el castigo corporal estaba perfectamente reglado. Imperaba el principio de magíster dixit obstruyendo todo tipo de desarrollo de las individualidades, facilitando la obediencia ciega y el temor de Dios. No existían estudios científicos en esta parte del mundo y los planes de estudio evitaban el vínculo con la vida práctica. La entrada a los centros de enseñanza se mantuvo como un privilegio de élite, una exclusividad de la que se sirvió mayoritariamente la clase gobernante. Como consecuencia, el analfabetismo alcanzó parámetros que sobrepasó el 90% de la población de las colonias. De tal práctica obtenía un individuo ignorante y la mayoría de las veces, obediente.
El humanismo martiano tiene un carácter práctico [18]Martí, concibió un proyecto político - social enmarcado históricamente en oposición al colonialismo y a la penetración imperialista, se comprometió de forma inconmovible con los pobres de la tierra y confió en su mejoramiento. En 1891, declaró en el magistral ensayo "Nuestra América": "Con los oprimidos había que hacer causa común, para afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores" [19]Tomó partido con los oprimidos y su concepción sobre la educación y la cultura surge como alternativa en contra del hábito cerrado de mando de las estructuras de poder. Martí comprometió su suerte con todos aquellos – indios, campesinos, negros, mestizos – a quienes muchos hombres de pensamiento y de gobierno en el continente les habían manifestado su desprecio.
Es importante apuntar que el factor decisivo en la conformación de su pensamiento y concepciones le viene directamente del análisis crítico de la cultura y de la realidad de su tiempo, y muy especialmente de la entrega de los héroes y los mártires, es decir, los hombres vocados a la transformación del mundo por propia voluntad y sacrificio. Es remarcable su visión sobre Carlos Manuel de Céspedes, el hombre que desencadenó el inicio de las gestas por la independencia de Cuba el 10 de octubre de 1868: "Y no fue más grande cuando proclamó a su patria libre, sino cuando reunió a sus siervos, y los llamó a sus brazos como hermanos" [20]
El pensamiento martiano sustenta la necesidad de la batalla urgente, el compromiso inquebrantable por el mejoramiento de las condiciones de vida del hombre. Comprendió cabalmente la naturaleza americana, el carácter volcánico, ígneo y telúrico del comportamiento de sus hombres y su historia. Lo que allende el mar fuera leyenda, aquí es realidad en su estado natural; por ello Martí clama por deshelar y desestancar el continente tomando para ello la ruta ancestral que nos trazaron nuestros padres fundadores.
Bolívar y Martí optaron definitivamente por los pobres, su demanda de educación y cultura estuvo destinada a esta mayoría que habita las tierras americanas, cuestión que denota la autenticidad y originalidad de sus postulados.
Martí también defendió la educación popular para "… todas las clases de la nación, que es lo mismo que el pueblo, sean bien educados (…) Todos son iguales". [21]El beneficio de tal orden de cosas sería apreciable para cada uno de los ciudadanos y la nación en general, pues aparece como una consistente oposición a uno de los más firmes baluartes que prodigan dominación y dependencia: la ignorancia.
"A un pueblo ignorante puede engañársele con la superstición y hacérsele servil. Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre. Un hombre ignorante está en camino de ser bestia, y un hombre instruido en la ciencia y en la conciencia, ya está en camino de ser Dios. No hay que dudar entre un pueblo de Dioses y un pueblo de bestias. El mejor modo de defender nuestros derechos, es conocerlos bien; si se tiene fe y fuerza: toda nación será infeliz en tanto que no eduque a todos sus hijos. Un pueblo de hombres educados será siempre un pueblo de hombres libres. La educación es el único medio de
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