Pensamiento Bolivariano.

Bolívar se erige en este mundo convulsionado por novedosos principios filosóficos y políticos, que se concretan en los derechos del hombre y del ciudadano (libertad, igualdad, fraternidad) y que provocan movimientos revolucionarios insurgentes contra el estado de cosas existentes. La influencia de estos principios – además de la inducción de sus maestros (en especial Simón Rodríguez), y viajes y amistades- tienen una decisiva influencia en su formación, pensamiento y acción posterior. Es necesario decir que Bolívar fue un innovador, un creador que se adelantó a su tiempo. Bolívar fue un hombre de amplísima y sólida formación intelectual, que desencadeno acontecimientos plenamente fundados en arraigados principios éticos y en firmes ideales políticos y sociales.

Bolívar favorecido del antiguo régimen, rico, señor, audaz, ambicioso, de alma ardiente nacida para la acción, pudo ser un anti- Bolívar, un contra- libertador.

Tuvo la fortuna de que su aparición en la historia del mundo coincidiese con la conquista renovadora de ideas y sociedades. Locke y Condillac habían renovado la filosofía; Voltaire y Dedirot la crítica; Montesquieu y Rousseau el Derecho Político, todo el mundo moderno venia de un gran precursor: el judío Spinoza. Todavía para la época de la aparición de Bolívar, quedan brotando en la sociedad espíritus reformadores; Duquesne fundamenta un nuevo concepto de las sociedades. Payne precisa los derechos del hombre, a cuya invocación se realizaron prolíficas revoluciones.

Lo que me parece esencial en ver en el gran hombre a un individuo destacado, a la vez producto y agente del proceso histórico, representante tanto como creador de fuerzas sociales que cambian la faz del mundo y el pensamiento de los hombres.

Muchos patriotas venezolanos afirman su ideología revolucionaria a través del estudio que realizaban de las obras de los más grandes pensadores del siglo XVIII. Ejemplo de ello es Simón Bolívar.

En cuanto a la personalidad cultural del Libertador son esenciales tres cauces formativos: maestros, viajes y lecturas.

Maestros

Bolívar fue educado como podía serlo un niño rico en América bajo el dominio hispano, nunca le faltaron instructores de calidad. Su madre y abuelo buscaron para la enseñanza inicial al Pbro. José Antonio Negrete, Guillermo Pelgrón, Fernando Vides y otros distinguidos preceptores; entres estos también Andrés Bello como maestro de literatura y geografía; igualmente recibió lecciones de matemáticas del ilustrado padre Andújar, también fue discípulo del licenciado Sanz. Fue Don Simón Rodríguez, sin embargo, el más influyente maestro de Bolívar; a ningún otro en todo instante –y especialmente en los años de gloria y altura- le reconoció tanto poder sobre su corazón; solo de Rodríguez dijo: “Cuyos consejos y consuelos han tenido siempre para mi tanto imperio”.

Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por antonomasia el maestro del Libertador; antes de que este independizara a América, Rodríguez su “maestro universal”, hace su tarea: independiza a Bolívar. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente cuerdo ante aquellos mediocres que se autoestiman depositarios del buen juicio y sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una “locura” singular.

Antes de Rodríguez los profesores habían tratado, sin gran éxito, como advertimos por la primera carta que de él conocemos, la carta al tío Pedro, de inculcarle conocimientos. Ninguno dejo huella en él.

Bolívar tenía el hábito de la lectura, que conservo toda su vida. Según Mancini, al salir de Venezuela había seleccionado para la travesía del Atlántico, a Plutarco, Montesquieu, Voltaire y Rousseau. Más de veinte años después, en 1828, Voltaire era su preferido.

Lecturas.

El propio Libertador dejo referencias de los autores que estudio que estudio y una de ellas parece

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