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Pensamiento Politico


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2013  •  9.361 Palabras (38 Páginas)  •  426 Visitas

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Julián Apaza Nina, más conocido como Túpac Catari, Túpaj Katari o, simplemente Katari (Ayo Ayo, provincia de Sica Sica, Virreinato del Perú, 1750 – La Paz, 15 de noviembre de 1781) fue un indígena aimara que lideró una de las rebeliones más extensas contra el Imperio Español en el Alto Perú, junto a su esposa Bartolina Sisa; y su hermana menor Gregoria Apaza.

Fue sacristán y panadero antes de iniciar su rebelión. Adoptó el seudónimo de Túpac Katari en homenaje al cacique-Inca rebelde Túpac Amaru II que se levantó en Cusco; y Tomás Catari, cacique de Chayanta.

Rebelión

Como parte del levantamiento, Túpac Katari formó un ejército de cuarenta mil hombres y cercó dos veces por un tiempo en 1781 a la ciudad española de La Paz, pero los dos intentos terminaron en fracaso por maniobras políticas y militares de los españoles, así como alianzas con líderes indígenas contrarios a Túpac Catari. Finalmente todos los cabecillas de la rebelión fueron apresados y ejecutados, incluida su esposa, Bartolina Sisa, y su hermana, Gregoria Apaza.

Este levantamiento indígena de finales del siglo XVIII fue el más extenso geográficamente y con más apoyo. Tomó dos años a los virreinatos afectados sofocarlo.

Los rebeldes asediaron la ciudad de La Paz desde el 13 de marzo de 1781 durante ciento nueve días sin éxito, debido a la resistencia y al apoyo de tropas mandadas desde Buenos Aires. En ese contexto el virrey Agustín de Jáuregui aprovechó la baja moral de los rebeldes para ofrecer amnistía a los que se rindieran, lo cual dio muchos frutos, incluyendo algunos líderes del movimiento. Túpac Katari, que no había aceptado la amnistía y se dirigió a Achacachi para reorganizar sus fuerzas dispersas, fue traicionado por algunos de sus seguidores y luego apresado por los españoles, la noche del 9 de noviembre de 1781.

Durante el segundo cerco se unió a los rebeldes túpackataristas, Andrés Túpac Amaru, sobrino de Túpac Amaru II y vinculado sentimentalmente a Gregoria Apaza, hermana menor de Túpac Catari.

Como recompensa moral de los esfuerzos y sacrificios que tuvieron que soportar los españoles de la ciudad de La Paz, por cédula real del 20 de mayo de 1784, a la ciudad de La Paz le fue otorgada el título de "noble, valerosa y fiel".

Juicio y ejecución

Después de ser apresado fue sometido a tortura y seis días después fue sentenciado, en ejecución similar a la de Túpac Amaru II, a ser atado de sus extremidades para que tirasen cuatro caballos de ellas, siendo finalmente descuartizado. Sus partes fueron repartidas por el Alto Perú, en señal de “escarmiento a los indios rebeldes”, su cabeza fue expuesta en el cerro de K’ili K’ili (La Paz), su brazo derecho en Ayo Ayo, el izquierdo en Achacachi, su pierna derecha en Chulumani, y la izquierda en Caquiaviri.

Francisco Tadeo Díez de Medina, el juez quien lo condenó a morir descuartizado en su sentencia dijo:

Ni al rey ni al estado conviene, quede semilla, o raza de éste o de todo Túpaj Amaru y Túpaj Catari por el mucho ruido e impresión que este maldito nombre ha hecho en los naturales... Porque de lo contrario, quedaría un fermento perpetuo...

Últimas palabras

La tradición oral (o reciente construcción política) le atribuye haber dicho a sus captores antes de morir la frase en lengua aymara:

Naya saparukiw jiwayapxitata, nayxarusti waranqa, waranqanakaw kut'anixa...

Túpac Catari

Que traducido al español significa:

¡A mi solo me están matando, sobre mi, miles de millones volveremos...! .

Túpac Catari

Aunque en realidad, es una variación de la frase "volveré y seré millones" dicha por un imaginario lugarteniente de Espartaco, en la novela "Espartaco" del norteamericano Howard Fast (frase también atribuida a Eva Perón)

Túpac Katari

(Julián Apasa; Ayo Ayo, La Paz, 1750 - Peñas, 1781) Líder del levantamiento indígena que tuvo lugar en Bolivia en 1781 y que puso en jaque a las autoridades coloniales españolas.

Huérfano desde muy pequeño, sirvió durante años en la parroquia de su localidad natal, y si bien no tuvo acceso a la educación por la humildad de su condición, se nutrió de la tradición oral aymara. Todos los testimonios sobre su vida indican que desde muy temprano compartió el sufrimiento de sus hermanos indígenas y manifestó públicamente su rechazo a la opresión a que los sometían los españoles.

Tras las muertes de Túpac Amaru, con quien había mantenido contactos, y de Tomás Katari, el líder de la insurrección de Chayanta, tomó el nombre de Túpac Katari, con el que encabezó el más importante levantamiento indígena de la región aymara, a principios de 1781. Su movimiento buscaba la liberación de los indígenas frente al yugo impuesto por las fuerzas coloniales españolas. Durante la insurrección, Túpac Katari lideró un ejército de más de 40.000 indígenas, que llegó a controlar Carangas, Chucuito, Sicasica, Pacajes y Yungas, y que mantuvo sitiada la ciudad de La Paz durante tres meses.

Fue apresado al ser traicionado por uno de sus colaboradores y, una vez juzgado por las autoridades españolas, fue condenado a muerte y ejecutado en Peñas (La Paz), el 15 de noviembre de 1781. Tras cortarle la lengua, para que nadie escuchara sus últimas palabras, cruciales como mensaje en un pueblo de tradición oral, se le condenó a morir descuartizado por caballos que tiraban en direcciones opuestas. Idéntica suerte corrieron sus inmediatos seguidores.

TUPAC KATARI

Era 1750. El día en que nació Julián Apaza, los comunarios Aymaras vieron admirados que dos hermosos y enormes mallkus bajaron a Sullkawi en Sica Sica, y se posaron en las montañas cercanas, uno de los cóndores representaba a la Nación Aymara y otro a la Nación Quichwa.

Su madre Marcela Nina salió con la wawa para mostrarle a la Pachamama, y su padre Nicolás Apaza señaló a una enorme serpiente que levantaba la cabeza. Admirados pero sin miedo vieron que la serpiente saludaba al niño, entonces supieron que Julián sería importante para los pueblos Aymara y Quichwa.

Dos años después nació su hermanita Gregoria. Lamentablemente ni Marcela ni Nicolás pudieron ver cómo sus hijos crecían porque cuando Julián tenía 7 años murieron.

Un sacerdote español recogió a Julián Apaza para hacerlo su sirviente. Julián creció como un niño muy inteligente, que se daba cuenta de los maltratos y abusos espantosos que sufría el pueblo Aymara y el Quichwa.

Los abusivos españoles obligaban a nuestros antepasados a trabajar como esclavos sin pago y sin horario en sus fincas o minas. Muchos murieron lejos de sus familias,

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