Pierre Bourdieu. Ejemplo de campo cultural

4) La noción de capital cultural sólo podría emerger en sociedades como las nuestras, donde tuvo lugar una expansión colosal del contingente de individuos en condiciones de acceso a ciclos cada vez más prolongados y exigentes de educación formal. El capital cultural remite a una modalidad bastante diferenciada y multifacética de aprendizaje y entrenamiento, que implica el dominio de perfeccionadas habilidades técnicas para el manejo de lenguajes, tecnologías, sistemas de información y repertorios. Dicho capital, puede existir en tres formas o estados: incorporado, objetivado o institucionalizado.

Pensemos por ejemplo en el ámbito escolar como campo cultural, pues constituye la forma más palpable e institucionalizada de capital cultural. Las luchas se dan en función de la consecución del capital específico del campo, sea para la conservación o subversión de la distribución del mismo, en el caso del capital cultural escolar se está luchando por obtener créditos institucionales visibles –título, diploma, etc.-, más precisamente el titulo escolar. Entre estos campos (condiciones objetivas) y los agentes que interactúan en los mismos (condiciones subjetivas), median los hábitus. El uso de la noción de habitus entendida como “sistema de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su meta sin suponer el propósito consciente de ciertos fines, ni el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente “reguladas” y “regulares” sin ser para nada el producto de la obediencia a determinadas reglas, y por todo ello, colectivamente orquestadas sin ser el producto de la acción organizadora de un director de orquesta”^[1]

Volvamos al ejemplo, los agentes que estarían interactuando son los docentes –que en este caso son los agentes hegemónicos, pues son los poseedores del capital en disputa- y los estudiantes –que luchan por la obtención del capital en cuestión-.

Todo campo engendra y activa una forma específica de interés que es la condición de su propio funcionamiento. El interés está implicado en la participación en el juego y se distingue según la posición ocupada en el juego y también según la trayectoria que conduce a cada participante a esa posición. El “interés” (Ilussio) es a su vez condición y funcionamiento de un campo. En el campo escolar el interés está dirigido al manejo de códigos, lenguajes, competencias de los repertorios expresivos más exclusivos y valorizados en circulación en nuestras sociedades, pero también para la inserción en corporaciones de trabajadores especializados.

En estrecha vinculación con esto, es que Bourdieu realiza un aporte importante a la sociología de la cultura, como es el concepto de campo intelectual. El mismo permite pensar los condicionamientos sociales que obran en el universo de la producción cultural, sin ignorar lo que esta tiene de específico. El campo intelectual, aparece como un sistema de relaciones entre posiciones que incluyen obras, instituciones y un conjunto de agentes intelectuales. Cada uno de estos agentes está determinado por su pertenencia a este campo: en efecto, debe a la posición particular que ocupa en él, propiedades de posición irreductibles a las propiedades intrínsecas.

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