Pintura rupestre en Castellón (Comunidad Valenciana), España
Enviado por 1701482 • 15 de Mayo de 2014 • Trabajo • 2.292 Palabras (10 Páginas) • 327 Visitas
Temática, colores y técnicas sobresalientes[editar]
Pintura rupestre en Castellón (Comunidad Valenciana), España.
En las pinturas rupestres del Paleolítico se simbolizan animales y líneas. En el Neolítico se representaban animales, seres humanos, el medio ambiente y manos, representando además el comportamiento habitual de las colectividades y su interacción con las criaturas del entorno y sus deidades. Entre las principales figuras presentes en estos grafos encontramos imágenes de bisontes, caballos, mamuts, ciervos y renos, aunque las marcas de manos también ocupan un porcentaje importante. Frecuentemente se muestran animales heridos con flechas. Los motivos y los materiales con que fueron elaboradas las distintas pinturas rupestres son muy similares entre sí, a pesar de los miles de kilómetros de distancia y miles de años en el tiempo. Todos los grupos humanos que dependían de la caza y recolección de frutos efectuaron este tipo de trabajo pictórico.
En la pintura rupestre generalmente se usaban uno o dos colores, incluyendo algunos negros, rojos, amarillos y ocres. Los colores también llamados pigmentos eran de origen vegetal como el carbón vegetal, de fluidos y desechos corporales como las heces, compuestos minerales como la hematita, la arcilla y el óxido de manganeso, mezclados con un aglutinante orgánico resina o grasa.
Las cuevas se ubican totalmente bajo el suelo y en consecuencia se hallan en una oscuridad casi completa. Se cree que los antiguos artistas se auxiliaban con unas pequeñas lámparas de piedra llenas de tuétano.
Los colores se untaban directamente con los dedos, aunque también se podía escupir la pintura sobre la roca, o se soplaban con una caña hueca finas líneas de pintura. En ocasiones los pigmentos en polvo se restregaban directamente en la pared y asimismo se los podía mezclar con algún aglutinante y aplicar con cañas o con pinceles rudimentarios. Como lápices se usaban ramas quemadas y bolas de colorante mineral aglutinadas con resina. A veces se aprovechaban desniveles y hendiduras de la pared para dar la sensación de volumen y realismo.
A menudo las siluetas animales se marcaban o raspaban para generar incisiones y así producir un contorno realista y notorio en la roca.
La edad de las pinturas permanece en muchos sitios arqueológicos como un gran interrogante, ya que los métodos para determinarla, como el del Carbono-14, pueden fácilmente llevar a resultados erróneos por la contaminación del material evaluado, y también porque las cavernas y superficies rocosas presentan protuberancias en las que se alojan residuos de suciedad provenientes de diversas épocas. Para determinar la fecha de su creación se recurre a técnicas más convencionales como fechar imágenes por el tema representado. Por ejemplo el reno dibujado en la gruta española de las Cueva de las Monedas, cuyo origen estimado corresponde a la última glaciación. Los yacimientos de pinturas rupestres se dan con mayor frecuencia entre Francia y España, porque en estas zonas el hombre encontró un lugar más propicio para sobrevivir a los cambios ambientales y al crecimiento demográfico.
África[editar]
Caza de búfalos,
Tassili n'Ajjer, Sáhara,
Argelia
Figuras humanas en Twyfelfontein,
Namibia.
En Ukhahlamba-Drakensberg, Sudáfrica se encuentran pinturas de aproximadamente 3.000 años de antigüedad atribuidas a las tribus de San, quienes se establecieron en la región hace unos 8.000 años. Estas pinturas muestran seres humanos y animales, y posiblemente se hallan relacionadas con prácticas de carácter mágico para propiciar la caza.
La mayor cantidad de pinturas rupestres en el continente áfricano se encuentran en la región de Twyfelfontein (Namibia). En las afueras de Hargeisa en Somalia se han descubierto recientemente pinturas que muestran a los antiguos habitantes pastoreando ganado. Otras pinturas pueden hallarse en las cuevas de las montañas de Tassili en el sudeste de Algeria, en Akakus, y en otras regiones del Sáhara como los montes Ayr. También en Tibesti, Chad y en Níger.
En la región de Fezzan y en el sur argelino, se pueden distinguir tres fases de elaboración de pinturas rupestres:
Figuras humanas sobre roca,
Zimbabue
Primera fase o primitiva: originada aproximadamente en el 10.000 a. C., en este periodo se representan animales salvajes y escenas de caza, que dan prueba de la existencia de pueblos cazadores y de un ambiente climático diferente.
Segunda fase o pastoral: Pinturas con imágenes de animales domésticos especialmente bovinos, demuestra la crianza y domesticación de los mismos, posteriormente aparece el caballo.
Tercera Fase o garamántica: en 2.000 a. C; denominada así por el pueblo de los garamentas que habito el Fezzan. Surgen representaciones del dromedario por lo cual se concluye que el desierto predominaba en el continente.
También existen pinturas de unos 4.000 años de antigüedad en el Desierto del Sáhara (aunque está siendo expoliado y vandalizado1 ). Y parece ser que los fenicios establecieron colonias en la costa del actual Sahara Occidental en la época de Hannón el Navegante, pero se desvanecieron sin dejar rastro.
América[editar]
En América la extensión continental y la multiplicidad de ambientes y culturas prehistóricas hace difícil una abstracción que permita caracterizar genéricamente.
En Argentina, se definen cuatro grandes estilos o culturas de arte rupestre en el noroeste del país. Se identifican tres momentos estilísticos en la Patagonia. En las sierras centrales de Provincia de Córdoba y Provincia de San Luis.
En Chile han determinado nueve estilos estrechamente relacionados con las distintas regiones geográficas.
En Perú, han establecido 14 modelos estilísticos de pinturas, grabados y geoglifos incluyendo las famosas y enigmáticas Líneas y geoglifos de Nazca y de Pampas de Jumana.
Bolivia plantea cinco períodos, y en Venezuela se han descrito cuatro áreas principales.
En Ecuador se han definido tres zonas de importancia en el área oriental.
En Colombia se ha registrado una gran concentración de pinturas en el altiplano cundiboyacense, aunque también se presenta en otras zonas de la Cordillera Oriental y en las llanuras de las cuencas hidrográficas de afluentes del Amazonas y el Orinoco. El color más recurrente es el ocre rojo, pero se han encontrado muestras en negro, blanco, amarillo y naranja. Aún no se han realizado investigaciones sobre estilos ni hay datos de cronología.2
En la amplia extensión del Brasil
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