Popol Vuh
Enviado por veladiz123 • 9 de Septiembre de 2014 • 2.185 Palabras (9 Páginas) • 261 Visitas
e los primeros capítulos el autor nos relata la historia de la formación de la tierra desde la perspectiva cosmogónica de los pueblos originarios de América. En un primer tiempo, nos dice el autor, la faz de la tierra no existía; solo existía el agua, solo la mar tranquila. Fue por eso que se reunieron los primeros dioses, los constructores, los dominadores, los poderosos del cielo, los procreadores, los engendradores, las serpientes emplumadas.
Eran 3, según el autor, Gigante relámpago, Huella del relámpago y esplendor del relámpago; que se unieron para inventar al mundo y para hacerlo comenzaron inventando primero la tierra, montes, llanuras, etc. Sin embargo la tierra era un lugar muy callado, por eso decidieron crear animales y así lo hicieron comenzando por el venado.
Después de poblar la tierra con animales los creadores del mundo decidieron construirles un lugar para que reposaran y a cambio les pidieron que los adoraran; como los animales no hablaron solo cacareaban, rugían, mugían, aullaban, etc. entonces los creadores del mundo condenarían a los animales a vivir en estado salvaje y a conformarse con ser el alimentó de otros seres. En seguida los creadores decidieron crear a un hombre, lo hicieron de tierra per no tenía movilidad, ni firmeza; aquella masa, nos explica el autor, se caía, se ablandaba, tenía los ojos vacíos y ciertamente hablaban pero sin sensatez, de manera que lo deshicieron.
Como deseaban ser reconocidos y adorados por su creación, aquellos dioses primigenios volvieron a reunirse y consultaron a los abuelos; el abuelo del día y la abuela del alba; El Antiguo Secreto y La Antigua Encantadora; estos arrojaron tzité y maíz para conocer la suerte y así supieron que tenían que crear a hombres y mujeres de madera; y lo hicieron; los creadores poblaron al mundo de hombres y mujeres de madera que se engendraron y crearon hijos e hijas pero no eran ni inteligentes ni sabios; que hablaban, pero que no recordaban ni invocaban ni adoraban a sus creadores, solo vivían una existencia egoísta; de manera que tuvieron que ser destruidos.
Los creadores les enviaron lluvia de noche y de día y llegó del cielo abundante lava. Después, en palabras del autor, el cavador de rostros vino a arrancarles los ojos, el murciélago de la muerte vino a cortarles la cabeza, brujo-pavo vino a comer su carne, brujo búho vino a triturar sus huesos y los animales pequeños de los que se alimentaron hablaron y llegaron para devorarlos y cuenta el autor que incluso sus ollas hablaban y llegaron para quemarlos como antes lo habían hecho los hombres y mujeres de madera con estos utensilios. De hecho, afirma el autor que aquellos hombres y mujeres que lograron sobrevivir emigraron a las selvas y hoy son los monos que viven en los árboles y que por eso son los animales que más se parecen al hombre, porque ellos son los hombres y mujeres de madera inventados por los creadores para que los adoraran pero como no lo hicieron deben conformarse solo con tener una vida salvaje.
Una vez más, los dioses se reunieron para planear la creación de nuevos seres, en esta ocasión, determinaron que los nuevos seres serían hechos de carne y hueso y que les proporcionarían inteligencia para que ellos si pudieran adorarlos, para crearlos utilizaron maíz y para que pudieran sostenerse les pusieron un esqueleto de carrizo. Al principio solo crearon a cuatro hombres; a los cuales se les dotó de inteligencia, vida y sensaciones; también podían caminar y tocar todo lo que estaba cerca de ellos.
Desde el principio estos seres dieron muestras de inteligencia y según el autor, aun cuando la tierra seguía sumergida en tinieblas ellos tenían la capacidad de ver lo que aún no era revelado. Estos cuatro seres eran Balam Quitzé, Balam Acab, Mahucutah e Iquí Balam.
Luego de meditarlo un momento, los dioses se dieron cuenta entonces de que no era conveniente dotarlos de demasiada sabiduría, ya que no entenderían todo lo que les rodeaba y tampoco sabrían cómo utilizarlo en su beneficio; por otro lado, esos hombres tendrían hijos y esos hijos a su vez conseguirían saber más y sus hijos todavía más y así sucesivamente hasta que en algún punto, los hombres sabrían mucho más que sus dioses y tratarían de superar a los dioses que los crearon.De manera que los creadores se volvieron a reunir y determinaron que los hombres, sus creaciones, solo podrían entender lo que estaba cerca de sus sentidos pero nada más y que de esta manera no podrían nunca llegar a ser más sabios que ellos, los dioses originales.
Poco después, para que los hombres no estuvieran solos, los hacedores del mundo decidieron crear mujeres; de manera que los durmieron y del propio cuerpo de los hombres crearon a cuatro mujeres a las que colocaron al lado de los primeros hombres que al despertar las tomaron y con ellas poblarían la tierra; de esta descendencia nacieron los adoradores de los dioses.
El autor después nos dice que los hombres emprendieron un viaje a una tierra prometida; para comenzar el viaje los dioses le dieron el fuego a la tribu de Balam Quitze, sin embargo el resto de las tribus también lo pidieron, los dioses a través de Tojil les preguntaron que estarían dispuestos a entregar; ellos ofrecieron todo tipo de regalos y piedras preciosas, los dioses no aceptaron, en cambio les pidieron la vida, la tribu aceptó y como compensación a ese acto de humildad les fue devuelto el fuego sin necesidad de entregar la vida.
En la travesía la tribu de Balam Quitze pasó todo tipo de problemas como enfrentarse a otra tribu que adoraba al dios Chamalkan; esta tribu les robó el fuego aunque lo recuperaron. Después llegaron a un lugar donde la tierra era tan seca que ya se había agrietado y el agua era escasa y mala; los ancianos consultaron con Tojil y este les dijo que continuaran con su viaje hasta llegar a la ladera de una montaña llamada Hacauitz, esa era la tierra prometida, al llegar los dioses les enviaron una señal y les dieron las instrucciones de como tenían que vivir en este lugar.
Vivieron tranquilos por algún tiempo, ofreciéndole a los dioses su sangre, sin embargo, luego de un tiempo comenzaron a asesinar a gente de otras tribus para ofrecerle esa sangre a los dioses. Los dioses por su parte bajaban a la tierra también a matar a gente de otras tribus y a bañarse al río; al enterarse de esto los habitantes de las
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