Porfiriato

Un encuentro entre Francisco I. Madero y Porfirio Díaz.

Una tarde cerca de año a 1910, Francisco I. Madero acompañado de su señora esposa Sara Pérez Romero y se dirigen hacia donde se encontraba el entonces presidente el General Porfirio Díaz con la finalidad de enfrentarlo y hacerle saber su descontento por su forma de gobierno.

Sara: Oye Francisco ¿no crees que esto es muy peligroso, no crees que estas poniendo en riesgo tu vida y la mía?

Francisco: Es un riesgo que debemos tomar si queremos lograr un cambio en nuestro país, además con ayuda del pueblo lograremos derrocar esta dictadura.

Sara: Esta bien Francisco yo estaré a tu lado apoyándote siempre.

Al llegar se encuentra con 5 guardias presidenciales en la entrada.

Guardia 1 dice: Compañeros ¿ya vieron quien se dirige hacia acá?

Guardia 2: sí, creo saber quién es pero no estoy muy seguro no distingo a lo lejos muy bien.

Guardia 3: Es nada más y nada menos que el señor Francisco I. Madero acompaño de su esposa, tenemos que avisar de su llegada al general.

Salen de la escena guaridas 1,2 y 3 y permanecen en la entrada guardia 4 y 5.

Al llegar a la entrada Francisco I. Madero y su esposa, pregunta el guardia 4.

Guardia 4: Señor ¿a qué se debe su visita?

Guardia 5: Si, usted sabe que nadie puede venir a ver al señor presidente sin antes haber hecho una solicitud.

Antes de que Francisco I. Madero dijera una palabra, vuelven los guardias 1,2 y 3 y dicen:

Guardia 1,2 y 3: Déjenlos pasar, el general ha sido avisado de su visita y pidió hacerlos pasar.

Guardia 4 y 5: Sígannos por aquí nosotros los llevaremos.

Al llegar a la habitación donde se encontraba el general, Francisco I. Madero dice:

Francisco: Sara espérame aquí esto es un asunto de hombres

Sara: Esta bien pero recuerda que debes tener mucho cuidado es un hombre muy astuto.

Al entrar a la habitación se miran mutuamente y detenidamente donde solo se escucha el sonido de sus respiraciones.

Cuando Francisco I. Madero trata de decir la primer palabra, el general Porfirio D lo interrumpe.

Porfirio: ¿Y usted pretende saber mejor que yo lo que necesita un país que he gobernado por más de 30 años?

Francisco: ¡33 señor para ser exacto!

Porfirio: Y los que vienen si el pueblo aun así lo determina.

Francisco: El problema señor es que en México el pueblo no determina nada, 33 años sin opinión sin una verdadera democracia lo han convertido en un pueblo que ha renunciado en hacer valer sus derechos, a exigir y a pensar.

Porfirio: Entonces por qué se esfuerza usted tanto en convencer a un pueblo que me menosprecia.

Francisco: ¡NO! Al contrario señor yo no lo menosprecio señor, al contrario estoy convencido de que bajo la apatía que se ha impuesto late una irrefrenable deseo de

...