Primera Guerra Mundial
Enviado por taati • 7 de Mayo de 2013 • 709 Palabras (3 Páginas) • 322 Visitas
La Primera Guerra Mundial, constituye una etapa crucial de la evolución quirúrgica del tratamiento de las heridas de guerra. Hasta ese momento, la bala de fusil era la más utilizada; se consideraba que las lesiones producidas por ella eran poco destructivas y con poca tendencia a infectarse, por lo que se les denominó "balas humanitarias". Debido a este concepto, la conducta con las heridas de guerra era conservadora y los cirujanos enviados al frente se limitaban a hacer curaciones, pues la laparotomía (cirugía que se hace con el propósitos de abrir, explorar y examinar para tratar los problemas que se presenten en el abdomen) inmediata no era aconsejada bajo el pretexto de que las balas "humanitarias" sólo producían perforaciones mínimas que ocasionalmente tenían tendencia a cerrarse o que podían esperar a ser tratadas en un hospital de la retaguardia; rápidamente los cirujanos franceses se dieron cuenta de que estas conductas eran francamente inapropiadas. La laparotomía diferida de las lesiones del abdomen es un tratamiento que hoy en día parece absurdo.
Pronto aparecieron las heridas producidas por granadas y minas, con grandes destrozos titulares (tejidos) y contaminaciones masivas de origen telúrico y de la ropa. Los resultados de la conducta conservadora y de evacuaciones tardías fueron desastrosos, y la mayoría de los heridos morían de infección. Se investigó mejor la herida de guerra, teniendo en cuenta la biología y las condiciones locales, y se estudió la "cámara de atrición", producto de la cinética del proyectil, a menudo disimulada bajo los tejidos falsamente sanos, condiciones favorables para el desarrollo microbiano.
El reconocimiento del mal pronóstico de las heridas con orificios irregulares y gran pérdida de tejido llevó a estudiar el trayecto del proyectil, a fin de detectar las lesiones profundas y a distancia para no pasar por alto la penetración en tórax, abdomen y articulaciones. Basados en estos hallazgos, se tomaron decisiones terapéuticas que hoy pueden parecer banales, pero que para la época eran audaces e innovadoras; por ejemplo, la intervención precoz sistemática con antisepsia y ablación de todo elemento contaminante, cuerpos extraños, restos de ropa y tejido necrosado permitió disminuir casi en un 50% la mortalidad producida por las heridas de los miembros.
El tratamiento primario de las fracturas de los miembros producidas por proyectiles no era claro; todo se reducía a hacer una curación e inmovilizar el miembro para poder evacuar al paciente. Sin embargo, esta conducta fue insuficiente y algunos fueron partidarios de las amputaciones precoces porque, concomitantemente con las fracturas había lesiones de tejidos blandos y sobre todo lesiones vasculares y nerviosas. Los británicos preconizaban la tracción en el eje del miembro y la tracción por suspensión; esta técnica fue una verdadera innovación que permitió
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