Prision Verde
Enviado por NancyUmanzor • 22 de Septiembre de 2012 • 2.177 Palabras (9 Páginas) • 9.375 Visitas
PRISION VERDE
En este ensayo cabe destacar a una de las grandes obras literarias hondureñas, que vale la pena analizar para darnos cuenta lo que causo el enclave Bananero en nuestro país, como lo es Prisión Verde. En esta novela Ramón Amaya Amador basándose en la experiencia que tuvo al trabajar por un tiempo en los campos Bananeros como regador de veneno, da a conocer a una sociedad polarizada la explotación que se da con un sector de la población Hondureña por parte de las compañías Bananeras norteamericanas.
Los campos bananeros son descritos en la novela como una “prisión verde”, por la misteriosa atracción que ejercen sobre los trabajadores que viven allí, quienes a pesar de ser explotados, maltratados y humillados en ellos, sienten el impulso a quedarse trabajando ahí a pesar de todas las dificultades que se les presenten.
Cuyo comienzo es en una de las oficinas de las compañías bananeras, donde se comenzó a escuchar cada vez más fuerte las voces de un “gringo” de nombre Mister Still acompañado de su abogado parraga con un grupo de terratenientes humildes, luchadores pero en el que solo uno de ellos ama su patrimonio sus” TIERRAS “ como lo es Luncho López . A quien este señor denominado” jefe gringo” así como el Abogado intentaban convencer para que le vendiera sus tierras, contando con la ayuda de los supuestamente amigos de López: Sierra y Cantillano, dos hombres ingenuos que no tenían ni la más remota idea de lo que iba a suceder al vender sus tierras a extranjeros. Este señor still con las ancias de apoderarse de la tierra para poder expandirse y formar un gran imperio, le insistió por un buen tiempo al terrateniente Luncho López el cual en un momento por tanta presión estuvo a punto de seder, pero para su buena suerte o mala suerte desistió de vender lo único que tenía como legado como bien que algún día administrarían sus hijos y nietos; la última palabra de aquel pobre hombre fue que no vendería ni por todo el oro del mundo sus tierras las que con tanto esfuerzo y sacrificios había trabajado , sin más nada que decir se retiró de la oficina.
Mister still y el abogado parraga quien era diputado del Congreso Nacional comenzaron una plática sobre la compra de tierras en lo que es la zona del bajo aguan, de pronto llego un tipo de mala apariencia el que pedía hablar con mister still. Si era nada más y nada menos que Martin Samayoa uno de los tantos que habían vendido su terreno a la compañía, este después de haber malgastado el dinero que le dieron por su terreno fue con la esperanza que el still le brindara su ayuda dándole trabajo de capataz este le dijo que de lo único que le podía dar trabajo era de peón. Es aquí que como peón conoce a Máximo Lujan, quien lo llevó a vivir a su casa, un lugar miserable en el que vivía con otros trabajadores de la bananera y le consiguió trabajo como regador de veneno.
El capataz de las fincas bananeras era un hombre que intentaba imitar a su jefe, lo cual era motivo de burla para todos los peones, surgieron comentarios y malas expresiones por el comportamiento de dicho capataz pero claro solo entre los trabajadores.
De esta forma con la compra de tierras comienza a apoderarse de la región, dando inicio una brutal explotación de la mano de obra una violación a los derechos humanos de los que trabajaban en las fincas bananeras. Aunque no todos tenían la misma conciencia de su situación, hay quienes se habían acostumbrado a la opresión, la veían como lo más normal del mundo, y no protestaban. Pero esto no sucedía con un grupo de trabajadores integrado por hombres y mujeres que lideraba Máximo Lujan, este era de la idea que la victoria de la clase obrera reside en su capacidad de organización, es decir que juntos lograrían sus conquistas ya que la unión hace la fuerza, que tenían que crear su propio partido político y que hasta que no derrumbaran a la dictadura las condiciones de vida para los campenos como para sus familias no mejoraría. Lujan para incentivar a sus compañeros por las noches les leía una serie de periódicos para que tuvieran expectativas para que se dieran cuenta de los abusos que cometían con ellos para quitarles de una vez por todas la venda que tenían en los ojos.
No fue sino hasta la muerte de un compañero regador de veneno Don Braulio que les produce indignación y hace reflexionar a los campeños. Frente al cadáver de su compañero, quien murió doblegado por la tuberculosis, Luján expreso: “Este hombre fue uno de los tantos engañados y explotados. Puso su fuerza vital en las plantaciones, primero con el anhelo de hacer fortuna y, después, por la necesidad de ganar un mendrugo.
Para Lujan los partidos políticos tradicionales: el Partido Nacional y el Partido Liberal, tienen la misma esencia buscan los mismos fines y obedecen a un solo patrón “las Compañías Bananeras”... Por tal razón tenían que cambiar esta situación no podían permitir que sus derechos siguieran siendo violentados. Necesitamos que los anhelos de las masas trabajadoras se plasmen en un ideal político, y este ideal, en un verdadero partido de los trabajadores, partido revolucionario de verdad. Ya no debemos creer en los hombres que solo beneficiarán a un solo sector, ya no podemos creer en promesas falsas tenemos que aprender a defendernos, a defender nuestros derechos y recuperar nuestro patrimonio.
Las mujeres no son la excepción en esta explotación sin medida que se dio a una gran parte de la población, estás también son víctimas de la opresión capitalista de las bananeras. La miseria, el no tener que comer obliga a muchas campeñas a dedicarse a la prostitución para poder subsistir, pero como si no fuera poca la explotación el maltrato físico y moral al que eran sometidas , muchas mujeres fueron abusadas sexual por estos Empresarios, Coroneles y Comandantes sin escrúpulos que lo único que les importaba era saciar su deseo . A una mujer del grupo de Luján como lo es Catuca Pardo el capitán Benítez la viola, la deja embarazada y luego no se hace cargo del niño. Un jefe gringo Míster Jones se enamora de Juana, otra mujer del
...