Proceso De La Revolucion Liberal

2 El proceso de revolución liberal (1833-1843)

2.1 Los primeros gobiernos de transición (1833-1836)

Fernando VII, creó un consejo de gobierno para asesorar a la regente de María Isabel, que estuvo presidido por Cea Bermúdez y compuesto por absolutistas moderados. La única reforma impuesta por el gobierno fue la división provincial de tipo administrativo.

El trono de isabelino empezó a temblar por falta de apoyo de los suyos, alguna parte de la población reclamaba un Estado absoluto. Entonces algunos militares incitaron a Isabel la necesidad de un gobierno capaz de conseguir la adhesión de los liberales. Para ello se escogió a Francisco Martínez de la Rosa, que llevo a cabo la primera reforma política promulgando el Estatuto Real (1834), que no era ni una constitución ni una carta otorgado, sino un conjunto de reglas para convocar unas Cortes. Estas reformas eran insuficientes para una parte del liberalismo. Provocó, la división de los liberales entre los doceañistas (moderados) y los exaltados (progresistas). La corona apoyaba a los moderados, pero la necesidad de conseguir apoyos sociales firmes y recursos financieros contra el carlismo forzó a la monarquía a aceptar un gobierno progresista que inició un proceso de reformas liberales.

2.2 Los progresistas en el poder

Los progresistas, descontentos de estas reformas, tenían su fuerza en el dominio del movimiento popular, influenciado en la milicia nacional y en las juntas revolucionarias. En el verano de 1835 y 36, los progresistas iniciaron unas revueltas urbanas por todo el país destrozando-lo todo y las Juntas redactaron proclamas expresando sus principales demandas: reunión de Cortes, libertad de prensa, extinción del clero i la reorganización de la Milicia Nacional para hacer frente a la guerra carlista.

En septiembre de 1835, Maria Cristina llamó a formar un gobierno en manos de Mendizábal que inicia unas reformas progresistas para sacar dinero para hacer frente a la guerra como la desamortización de bienes del clero que por tal hecho, los privilegiados apremiaron a M.Cristina para que lo destituyese.

Además, una serie de revueltas en muchas ciudades reclamando la restabilicación de la Constitución de 1812. Tuvo lugar el levantamiento de los sargentos de la guarnición de La Granja. Ante tanta presiones, M.Cristina restableció la Constitución de Cádiz i entregó el poder a Calatrava.

2.3 El desmantelamiento del A.R

Entre agosto de 1836 y 37, los progresistas querían acabar con el A.R e implantar un sistema liberal, constitucional y de monarquía parlamentaria. Para ello se hicieron unas reformas agrarias. La reforma agraria liberal se llevó a cabo en 1837 a partir de tres grandes medidas:

-La disolución del régimen señorial, que esto afectaba a los campesinos.

-La desvinculación, que las tierras ya no serían para los descendientes y repartir-las mejor

La desamortización, para conseguir recursos para el Estado. Los bienes desamortizados fueron puestos a la venta mediante subasta pública, Mendizábal pretendía así conseguir los recursos necesarios para financiar al ejército liberal.

Junto a estas reformas, se unieron unas medidas encaminadas al libre funcionamiento del mercado: la abolición de la mesta… la eliminación de las aduanas etc. Todo esto completó el marco jurídico del liberalismo económico de España.

2.4 La constitución de 1837

El gobierno progresista convocó unas Cortes , que adaptase un texto constitucional, el del 1812, a los nuevos tiempos. El documento fue aprobado en Junio de 1837 con el objetivo de fijar un texto aceptado por progresistas y moderados.

La constitución de 1837 proclama algunos de los principios básicos del progresismo: la soberanía nacional, la división de poderes…

También recogía algunos elementos moderados: dos cámaras colegisladoras y concebía amplios poderes a la corona y la financiación al culto católico.

2.5 La alternancia en el poder (1837-1843)

El modelo político se vio fuertemente mediatizado por la intromisión constante de los militares, que habían aumentado su poder gracias a las guerras carlistas. Así, los generales Espartero, Narváez i O’Donnell desempeñaron un papel determinante en el funcionamiento de los gobiernos de España entre 1837 y 1843.

LOS MODERADOS EN EL GOBIERNO

Una vez aprobada la constitución, se convocaron nuevas elecciones para Octubre de 1837, que fueron ganadas por los moderados. Los moderados intentaron, devirtuar los elementos progresistas de la legislación del 1837. En 1840 prepararon una ley electoral y una Ley de Ayuntamiento ( que dejaba que las grandes ciudades, la corona pudiera elegir el alcalde) port tanto, surje un movimiento insurrecional que provocó la dimisión de M.Cristina. Entnces, los sectores afines al progresismo dieron su apoyo al general Espartero, vencedor de la guerra Carlista, que asumió el poder y se convirtió en regente en 1840

LA REGENCIA DE ESPARTERO

Espartero disolvió las Juntas revolucionarias y convocó nuevas elecciones que dieron la mayoría parlamentaria a los progresistas. Espartero dirigió su regencia sin ningún tipo de apoyo ya que se apartó de las cortes y gobernó con el apoyo de su camarilla de militares.

Lo que destaca la regencia de Espartero fue, su política librecambista ya que, quita los aranceles y esto perjudicó a la burguesía catalana (oposición de la burguesía catalana). Esto, provocó un Levantamiento en Barcelona de los empresarios y el pueblo que veían peligrar sus puestos de trabajo. Espartero respondió con un bombardeo a la ciudad poniendo a Catalunya i una buena parte de sus antiguos partidarios en contra suya.

La división del progresismo y el aislamiento de Espartero con un pronunciamiento moderado con Narváez. En 1843, Espartero abandonó la regencia y las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel ll y la proclamaron reina a los trece años.

3 Las diferentes opciones del liberalismo

3.1 Las agrupaciones políticas

Los partidos políticos del S XIX, no se trataban de grupos compactos y homogéneos con una ideología y un programa bien definidos, sino más bien agrupaciones de personalidades

LOS MODERADOS

Se definían a sí mismo como ‘’personas de orden’’, formado por terratenientes, comerciantes e intelectuales cosnservadores junto a la nobleza, alto clero y altos mandos miliares. Defendían el derecho a la propiedad. Entre sus líderes destacan, Narváez y Bravo Murillo.

Defendían el

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