REALIDAD MÉXICO
Enviado por Saulmonaaa • 24 de Agosto de 2016 • Resumen • 1.649 Palabras (7 Páginas) • 203 Visitas
NOMBRE: GONZALEZ MONROY SAUL YAEL
NOMBRE DE LECTURA: ¿REALIDAD O MITO?
GRUPO: 1155
Cuando George Andrew Romero recreó el mito vudú de los zombis en La noche de los muertos vivientes(1968) seguramente no estaba pensando en los ciudadanos mexicanos, pero es posible que encajamos al menos en dos de tres de las características que han explotado todos los seguidores del mito zombi: seres sin voluntad , dados a la violencia y al canibalismo.
Así ven la mayoría de los políticos a los ciudadanos: seres sin voluntad que necesitan ser guiados y protegidos. En 1980 queríamos terminar con el partido que había gobernado México desde 1929. Lo teníamos por un partido autoritario, corporativo, negociador, pero sobre todo paternalista, dado a “acomodar” a la mayor cantidad de ciudadanos en algo de sus sectores.
Amablemente, el PRI y el gobierno nos decían qué pensar y qué políticas seguir. Es difícil creer hoy en día que los pocos noticieros que había, todos iniciaban con la agenda presidencial. Siempre era nota lo que decía o hacia el “Señor Presidente de la República Licenciado (siempre un Licenciado por supuesto).
Aunque a las nuevas generaciones les resulte extraño, muchos creíamos que el PRI había que sacarlo por medio de la violencia”. Cuando en 1997 el tricolor aceptó maduramente su derrota en la capital de la República ante un partido de izquierda casi no lo podíamos creer. Menos aun cuando tres años después dejó el poder presidencial en manos de un miembro del PAN. El PRI había dado un paso importante hacia la democracia y se fue sin balas ni revueltas.
En pocas palabras cuando inició el proceso electoral en el Distrito Federal en 1997 la pluralidad ya era un hecho. Pero la capital de la República era otra cosa: era y es la joya de la corona, la elección más importante luego de la federal para elegir presidente.
El presidente Vicente Fox llegó a la presidencia colgado de un cambio, pero nunca supo definir qué entendía por eso; nunca hubo una propuesta estructurada en los diferentes ámbitos de influencia del gobierno federal. El cambio se redujo a sacar al PRI. No era poca cosa, pero pronto se vería las dificultades de no tener un proyecto de cambio. La noción del “cambio” en México se ha convertido en una idea exclusiva.
En este modelo, la iniciativa privada, sostienen, crearían empleos y propiciaría el desarrollo del país sin un gobierno que lo entorpezca.
Intelectuales y artistas querían mayores presupuestos para sus disciplinas, suponiendo que la educación y la cultura serían una potente palanca para resolver problemas. Tal vez por eso Fox avanzó en el desarrollo de una propuesta de cambio, como sí lo hizo Andrés Manuel López Obrador en 2006. Su oferta de primero los pobres condensaba no sólo una intención, sino también un camino. Como quiera que sea, en el año 2000 llegó la ansiada alternativa a México, pero las cosas cambiaron poco a poco.
La lista era larga para “el siguiente paso” y, de nuevo, no todos teníamos la misma idea. Supimos que un gobierno alterno al PRI debería demostrar muchos de los pilares en los que estaba montado su poder e influencia. Sin pretender hacer un recuentro exhaustivo la agenda podía ser esta: acotar el presidencialismo, proponer medidas para darle fluidez a la relación ejecutivo-legislativo; demostrar el sindicalismo corporativo; mejorar la educación; poner reglas claras a los monopolios para limitarlos y fomentar la competencia; promover la participación ciudadana, etc.
El foxismo copió finalmente las maneras distantes de la sociedad, los ritos del poder de sus predecesores, y cuando no los siguió, fue para empeorar las cosas. Los ciudadanos de nuevo zombis.
Las ideas de cambio, no eran nuevas, venían de izquierda y derecha, pero había una variante denominada reforma del Estado. En México se discutían los contenidos de una reforma del Estado, Salinas de Gortari había hecho grandes redefiniciones (propiedad de la tierra, la relación con Estados Unidos, el Tratado de Libre Comercio, entre otros).
Al presidente Zedillo le tocaron varias de las consecuencias de los cambios y acontecimientos ocurridos durante el periodo presidencial de Salinas. Le tocó lidiar con el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, los efectos de los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu, la oposición tenaz de los perredistas y, por supuesto, la crisis económica.
Con la crisis arrollando la economía mexicana, el 17 de enero de 1995 el presidente Zedillo convocó a los dirigentes de los partidos políticos y a un nutrido grupo de a notables a firmar el compromiso para el Acuerdo Político Nacional. Era el primer intento serio de un gobierno priista de sentarse a discutir con todos los partidos el futuro de la nación.
El presidente Zedillo destacó que la convocatoria se hacía para terminar de construir de una vez por todas, la democracia en México. La democracia no puede ser impuesta por un gobierno, por un partido o por una corriente ideológica, la democracia debe construirse con el concurso de todos, en todo tiempo y en todo lugar. El convenio era muy ambicioso y se terminó solo con una reforma electoral federal. Cierto que ha sido la mejor de los últimos 20 años, pero era insuficiente para los retos del país.
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