RESUMEN DE LA INTRODUCCIÓN TERREN- Educación y Modernidad(La sociedad educada)

RESUMEN DE  LA INTRODUCCIÓN

TERREN- Educación y Modernidad(La sociedad educada)

1. La Ilustración y el discurso pedagógico de la modernidad

Instruir y Construir eran los motivos del “proyecto”de una sociedad racionalmente educada bajo la idea de una conjugación del progreso moral con el progreso material de la humanidad. Se creía haber encontrado en la educación nacional de la masa el instrumento para controlar el presente y conquistar el futuro.

Por su parte, la modernidad era entendida como el proceso de institucionalización de ciertos modos de vida, conocimiento y organización social         configurados en la Europa del siglo XVII y XVIII. A lo cual Weber señaló como el “espíritu del capitalismo”y también sugirió entenderla como una conceptualización histórica, pues su significación puede componerse a partir de distintos elementos de la realidad histórica.

Herbert Marcuse (una de las principales figuras de la primera generación de laEscuela de Frankfurt) habla del “proyecto” como la forma de ordenar la vida social que es resultado tanto de la cultura heredada como del juego de los intereses dominantes. La crítica fundamental que realiza Marcuse a la sociedad moderna, desarrollada en El hombre unidimensional, es que el sujeto unidimensional es víctima de su propia impotencia y de la opresión continua de un método de dominación más complicado de lo que Adorno y Horkheimer imaginaron.

La base discursiva de la que dicha disposición arrancó su fuente de legitimidad radicó en presentarse a sí misma como el triunfo de la razón; sólo así podían hacerse corresponder las nuevas exigencias productivas, los nuevos modelos de organización social, la cultura científica y las ansias de liberación del pasado. El proyecto se presentó entonces como un programa de racionalización y al mismo tiempo de emancipación.Los discursos que entraron en juego fueron la ciencia y la educación.

El proyecto de la modernidad nace de un movimiento intelectual que, si bien hunde sus raíces en el humanismo renacentista, se consolida institucionalmente en la segunda mitad del siglo XVIII con la entrada en escena de la élite cultural ilustrada. La concepción del Humanismo como proceso largo que hereda de los griegos clásicos la exaltación del hombre  y a todos los seres vivientes, inclusive a los inanimados, y el Renacimiento como un movimiento artístico que abandona la religiosidad y se anima a incorporar lo mitológico y lo profano, remite a nuevos dispositivos de regulación social y nuevos espacios de socialización abiertos a la legitimación de la utilidad de la ciencia al servicio de una moral de la productividad. De esta manera, el proyecto ilustrado, encierra la idea de que todo puede ser mejorado si existe el orden y el método con una paulatina burocratización del conocimiento que dio origen a nuevos profesionales de la educación, fundamentalmente personas de la aristocracia, curas y militares en sus comienzos.

Éstos nuevos ilustrados encaminaron una serie de estrategias para racionalizar las prácticas sociales hegemónicas, desechando otras formas de socialización. Funcionaron como una élite orgánica que preparó ideológicamente la hegemonía de clase sobre la que se construyó el poder económico de la burguesía, en la que ellos mismos se percibían como dotados de legitimidad. Para Terrén, los intelectuales ilustrados serían los garantes de una empresa ética secularizada que combinaría utopía con eficiencia en la que unos enseñan el camino y otros solamente aprenden a seguirlo.

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