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Enviado por   •  3 de Julio de 2013  •  2.206 Palabras (9 Páginas)  •  283 Visitas

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Análisis de la situación actual del hombre y la sociedad

En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su poder, se

formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente del mundo, sobre el puesto y

la misión del hombre en el universo, sobre el sentido de sus esfuerzos individuales y colectivos, sobre

el destino último de las cosas y de la humanidad.

Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus

aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza. He aquí algunos rasgos

característicos del mundo moderno.

El género humano se haya hoy en un período nuevo de su historia, caracterizado por cambios

profundos y acelerados, que progresivamente se extienden al universo entero. Los provoca el hombre

con su inteligencia y su dinamismo creador; pero recaen luego sobre el hombre, sobre sus juicios y

deseos individuales y colectivos, sobre sus modos de pensar y sobre su comportamiento para con las

realidades y los hombres con quienes convive. Tal es así esto, que se puede hablar de una verdadera

metamorfosis social y cultural, que redunda también en la vida religiosa.

Como ocurre en toda crisis de crecimiento, esta transformación trae consigo no leves

dificultades. Así, mientras amplia extraordinariamente su poder, no siempre consigue someterlo a su

servicio. Quiere conocer con profundidad creciente su intimidad espiritual, y con frecuencia se siente

más incierto que nunca de sí mismo. Descubre paulatinamente las leyes de la vida social, y duda sobre

la orientación que a ésta se debe dar.

Jamás el género humano tuvo a su disposición tantas riquezas, tantas posibilidades, tanto poder

económico. Y, sin embargo, una gran parte de la humanidad sufre hambre y miseria y son

muchedumbre los que no saben leer ni escribir. Nunca ha tenido el hombre un sentido tan agudo de su

libertad, y entretanto surgen nuevas formas de esclavitud social y psicológica. Mientras el mundo siente

con viveza su propia unidad interdependencia en ineludible solidaridad, se ve, sin embargo,

gravísimamente dividido por la presencia de fuerzas contrapuestas. Persisten, en efecto, todavía agudas

tensiones políticas, sociales económicas, raciales e ideológicas, y ni siquiera falta el peligro de una

guerra que amenaza con destruirlo todo. Se aumenta la comunicación de las ideas; sin embargo, aun las

palabras definidoras de los conceptos más fundamentales revisten sentidos harto diversos en las

distintas ideologías. Por último, se busca con insistencia un orden temporal más perfecto, sin que

avance paralelamente el mejoramiento de los espíritus.

Afectados por la compleja situación, muchos de nuestros contemporáneos difícilmente llegan a

conocer los valores permanentes y a compaginarlos con exactitud al mismo tiempo con los nuevos

descubrimientos. La inquietud los atormenta, y se preguntan, entre angustias y esperanzas, sobre la

actual evolución del mundo. El curso de la historia presente es un desafío al hombre que le obliga a

responder.

La turbación actual de los espíritus y la trasformación de las condiciones de vida están

vinculadas a una revolución global más amplia, que da creciente importancia, en la formación, en la

formación del pensamiento, a las ciencias matemáticas y naturales y a las que tratan del propio hombre;

y, en el orden práctico, a la técnica y a las ciencias de ella derivadas. El espíritu científico modifica

profundamente el ambiente cultural y las maneras de pensar. La técnica con sus avances está

transformando la faz de la tierra e intenta ya la conquista de los espacios interplanetarios. También sobre el tiempo aumenta su imperio la inteligencia humana, ya, en cuanto al pasado,

por el conocimiento de la historia; ya, en cuanto al futuro, por la técnica prospectiva y la planificación.

Los progresos de las ciencias biológicas, psicológicas y sociales permiten al hombre no sólo conocerse

mejor, sino aún influir directamente sobre la vida de las sociedades por medio de métodos técnicos. Al

mismo tiempo, la humanidad presta cada vez mayor atención a la previsión y ordenación de la

expansión demográfica.

La propia historia está sometida a un proceso tal de aceleración, que apenas es posible al

hombre seguirla. El género humano corre una misma suerte y no se diversifica ya en varias historias

dispersas. La humanidad pasa así de una concepción más bien estática de la realidad a otra más

dinámica y evolutiva, de donde surge un nuevo conjunto de problemas que exige nuevos análisis y

nuevas síntesis.

Por todo ello, son cada día más profundos los cambios que experimentan las comunidades

locales tradicionales, como la familia patriarcal, el clan, la tribu, la aldea, otros diferentes grupos, y las

mismas relaciones de convivencia social.

El tipo de sociedad industrial se extiende paulatinamente, llevando a algunos países a una

economía de opulencia y transformando profundamente concepciones milenarias de la vida social. La

civilización urbana tiende a un predominio análogo por el aumento de las ciudades y de su población y

por la tendencia a la urbanización, que se extiende a las zonas rurales.

Nuevos y mejores medios de comunicación social contribuyen al conocimiento de los hechos y

a difundir con rapidez y expansión máximas los modos de pensar y de sentir, provocando con ello

muchas repercusiones simultáneas.

Y no debe subestimarse el que tantos hombres, obligados a emigrar por varios motivos,

cambien su manera de vida.

De esta manera, las relaciones humanas se multiplican sin cesar y al mismo tiempo la propia

socialización crea nuevas relaciones, sin que ello promueva siempre, sin embargo, el adecuado proceso

de maduración de la persona y las relaciones auténticamente personales.

Esta evolución se manifiesta sobre todo en las naciones que se benefician ya de los progresos

económicos y técnicos; pero también actúa en los pueblos en vías de desarrollo, que aspiran a obtener

para sí las ventajas de la industrialización y de la urbanización. Esto últimos, sobre todo los que poseen

tradiciones más antiguas, sienten también la tendencia a un ejercicio más perfecto y personal de la

libertad.

El cambio

...

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