Relaciones entre Ginzburg y Thompson
Enviado por Agustina Filipo • 3 de Mayo de 2016 • Trabajo • 2.245 Palabras (9 Páginas) • 295 Visitas
Historia Social de los Medios – Comisión 1
Agustina Filipo 23133/2
Julia Moretti 23118/3
Florencia Acosta 23166/1
Trabajo Práctico
En la selección del texto El Queso y los Gusanos de Carlo Ginzburg la fuente utilizada son los expedientes de los dos procesos que debió pasar Dominico Scandella, conocido como Menocchio, por sus críticas a la religión y a los sacramentos de la Iglesia. Por otro lado, utiliza páginas autógrafas y una lista parcial de sus lecturas (en efecto, sabía leer y escribir).
A partir de estas fuentes, toma los testimonios de los vecinos e información sobre sus actividades económicas y la vida de sus hijos. En ellos, están las voces de quienes lo conocían hace muchos años como también hace pocos; inclusive la de uno de sus hijos y la propia.
El autor tuvo la posibilidad de ver una lista con los libros que formaban parte de la biblioteca del molinero. De esta forma da cuenta que las creencias de Menocchio estaban influenciadas y que eran consecuencia de estas lecturas. Por ejemplo, la Biblia, el Corán, vidas de santos, entre otros. Es decir, las ideas de Menocchio eran resultado de sus lecturas y educación y no, como decían los clérigos, porque estaba loco.
Pero el primer obstáculo con el que se encuentra Ginzburg a la hora de reconstruir la vida de este molinero es la no-neutralidad de las actas a las que acude para tener información. Principalmente porque estas son la transcripción de los “juicios” que Menocchio tuvo que enfrentar y, por eso, las preguntas que se le realizan tienen una intención clara, ya que son realizadas por personas que formaban parte de la Iglesia y del clero. Difícilmente estas preguntas estarían a favor de Menocchio o dejarían la libertad al entrevistado de responder lo que quisiera; estarían direccionadas y condicionando la respuesta. Es decir, Ginzburg no tuvo la posibilidad de ver su vida o hablar directamente con quienes conocían al molinero, sino que sabe sus opiniones a través de un texto con previo sentido y recorte.
Ginzburg se refiere a esto: “los historiadores no pueden entablar diálogo con los campesinos del siglo XVI (además, no sé si les entenderían). Por lo tanto, tienen que echar mano de fuentes escritas (y, eventualmente, de hallazgos arqueológicos) doblemente indirectas: en tanto que escritas y en tanto que escritas por individuos vinculados más o menos abiertamente a la cultura dominante. Esto significa que las ideas, creencias y esperanzas de los campesinos y artesanos del pasado nos llegan (cuando nos llegan) a través de filtros intermedios y deformantes”.
El autor no sólo se refiere a la influencia de la clase dominante en las actas que cuentan el caso de Menocchio, sino en la creación y reproducción de la(s) historia(s) de las clases subalteras en general. Las clases dominantes eran las que tenían la posibilidad, las herramientas y la educación para escribir; por eso, las historias escritas de las clases bajas están mediadas por la visión del mundo de las clases poderosas.
Las clases subalteras se vieron acalladas y silenciadas a partir de la aparición de la imprenta y con ella, la creación de un monopolio del poder de impresión en manos de la Iglesia. Influenciaba tanto la falta de poder económico como también la incapacidad de leer y escribir. A su vez, desde un comienzo la mayor parte de los libros estaban escritos en latín, lo que también limitaban aún más la cantidad de libros y lecturas a las que podían acceder estas clases que, en su mayoría, se manejaban en lenguas vernáculas. Menocchio llegó a la hoguera por denunciar esto: la opresión de los ricos por sobre los pobres con el uso del latín.
Además de la imprenta, el otro acontecimiento histórico de la época fue el de la Reforma. Esta se basó en el declive del poder monopólico de los clérigos sobre los temas religiosos, creando así una situación nueva y un impacto en el mundo de las ideas. El protestantismo estaba al servicio del cambio histórico, haciendo un uso subversivo de la imprenta. Hicieron también campañas de alfabetización entre las clases más bajas. A su vez, las Universidades más liberales hicieron uso de las imprentas, publicando escritos y libros de otras características, tales como astronomía, botánica y medicina, entre otras. El sistema educativo fue separándose de la Iglesia: las universidades y las academias se orientaron cada vez más hacia la transmisión de un conjunto de habilidades y formas de conocimientos donde el de la escritura constituía tan sólo una parte. Los protestantes hicieron también campañas de alfabetización entre las clases más bajas.
Ginzburg dice: “la Reforma le otorga audacia para comunicar sus sentimientos al cura del pueblo, a sus paisanos, a los inquisidores, aunque no pudiese, como hubiera deseado, decírselo a la cara al Papa, a los cardenales, a los príncipes. La gigantesca ruptura que supone el fin del monopolio de la cultura escrita por parte de los doctos y del monopolio de los clérigos sobre los temas religiosos había creado una situación nueva y potencialmente explosiva”.
Igualmente, con la Contrarreforma, el contexto se volvió más tenso para las minorías y subculturas. Fue una época caracterizada por la rigidez jerárquica, el adoctrinamiento paternalista de las masas, la erradicación de la cultura popular, la marginación violenta de las minorías y los grupos disidentes.
En cuanto a la Iglesia, y la visión que se lee de Menocchio en El Queso y los Gusanos, ésta era opresora de los pobres. Dice: “Y me parece que en nuestra ley, el papa, los cardenales, los obispos, son tan grandes y ricos que todo es de la Iglesia y los curas, y oprimen a los pobres, los cuales si tienen dos campos alquilados son de la Iglesia, de tal obispo, de tal cardenal”. De esta forma, Menocchio dejaba entrever que las riquezas de la Iglesia surgían de la cobranza a los pobres, a quienes supuestamente debía proteger. Y éste pedía, a su vez, que la Iglesia dejara de lado estos privilegios y se hiciera pobre con los pobres. Es decir, una Iglesia que, si defiende a los pobres, se ponga a la par de ellos; una Iglesia menos hipócrita y que, efectivamente, ame al prójimo.
Por otro lado, Menocchio rechazaba los pilares de la Iglesia: los sacramentos. Sólo creía en la eucaristía. Los demás sacramentos son invenciones del hombre, mercancías, instrumentos de explotación y opresión por parte del clero.
- Bautismo: Menocchio dice que estamos bautizados desde que nacemos porque Dios ha bendecido todas las cosas;
- Confirmación: todas las personas tienen el Espíritu santo y no se necesita, para “recibirlo”, una confirmación de la creencia;
- Matrimonio: antes del hombre y la mujer se daban fe y eso bastaba;
- Ordenación: el espíritu de Dios estaba en todas las personas y cualquiera que haya estudiado podía ser sacerdote, sin ser consagrado;
- Extremaunción: no sirve para nada porque se unge el cuerpo pero el espíritu no puede ungirse;
- Confesión: ir a confesarse a los curas y a los frailes es como ponerse delante de un árbol.
De esta forma, podemos ver por qué Menocchio decía que eran mercancías de la Iglesia. Los sacramentos que ya estaban dados de por sí o que sólo necesitaban de la fe del creyente, eran utilizados como lucro por los clérigos.
2)
La imprenta es el cambio occidental más importante. Es una tecnología que, además, influyó sobre otras: es el prototipo de la producción en serie. Impacta profundamente, a su vez, en el mundo de las ideas, poniendo en cuestión e l poder monopólico de la Iglesia, que trae aparejado también la creación del protestantismo.
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