Renacimiento
Enviado por felipebaez1 • 30 de Noviembre de 2014 • 1.289 Palabras (6 Páginas) • 151 Visitas
El difícil problema de delimitar los márgenes tanto característicos como históricos del concepto de “Renacimiento” ha traído consigo un proceso de estudio sumamente amplio en los últimos siglos desarrollado por diversos intelectuales. De acuerdo a los distintos autores que consideraremos en el siguiente informe (Ortega, Burke y Huizinga), quienes, por cierto, no concuerdan completamente ni en sus tesis ni en sus líneas argumentales, resulta indispensable para entender este período –o proceso cultural-, considerar las relaciones tanto de cambio como de continuidad que éste mantiene con la Edad Media, a través de las cuales se podrían extraer distintos aspectos para el análisis de la vida en él.
Según Ortega y Gasset, esta época corresponde a una parte de la trayectoria universal del ser humano, presentándonos al Renacimiento, en tanto proceso histórico, como una más de las tantas crisis por las que ha pasado la humanidad -las tres grandes crisis de occidente son el término del mundo antiguo, el Renacimiento y la del Siglo XX. Para Ortega, la crisis histórica vendría a ser un giro en 360 grados de las concepciones de vida que hasta ese entonces normaban el mundo, hacia ideas nuevas, en un comienzo inciertas y desordenadas, pero renovadoras; de aquí se desprende la idea de que la época del Renacimiento supone un cambio total en la forma de vivir. Aunque, no descarte del todo la continuidad en ciertos aspectos de la vida entre Edad Media y Época Moderna, llegando a afirmar incluso que el cambio hacia el hombre moderno no se produce sino hasta avanzada la época, con Galileo y Descartes. Para Ortega, el hombre está siempre dotado de convicciones, y son éstas las que lo llevan a buscar nuevos horizontes, de aquí que la búsqueda de nuevas concepciones de vida sea producto de la disconformidad con la actualidad, del agotamiento del paradigma de vida que impera en la época. Evidentemente, nos dejamos llevar por lo que la “gente” dice y tendemos a no cuestionar lo que nos rodea, pero en el momento en el que nos “ensimismamos” y nos abstraemos de la sociedad, es cuando nos encontramos con el cambio que buscábamos. En otras palabras, cuando las soluciones que damos a nuestros problemas no funcionan, buscamos cambios.
Esta importancia de la figura del hombre como ser capaz de realizar cambios, de abstraerse de su condición social actual para, precisamente, rechazarla y adaptarla a sus nuevas necesidades es la clave en la argumentación de Ortega: el hombre en sí es solitario por esencia, y es sólo en este estado de ensimismamiento, cuando puede concebir cambios, oponiéndose a cuando se “altera”, dejándose llevar por la sociedad. De aquí se desprenden varias cosas, por una parte, considerando que en el período del Renacimiento la individualidad si bien no es “fundamental”, ha tenido gran importancia dentro de las épocas de la historia del hombre, distinguiéndose de la Edad Media, en donde la vida era principalmente colectiva, reflejado esto último en el desarrollo del feudo y posteriormente de los gremios. De este modo, para Ortega, la progresiva caducidad de la cultura social colectiva es causa principal de la búsqueda de cambio plasmada en el Renacimiento. Además, de la misma idea del ensimismamiento, Ortega plantea que el hombre medieval comenzó a cuestionar las ideas generadas por la comunidad cristiana, y comenzó a dirigir sus convicciones hacia un cambio que sólo podía gestarse en la individualidad, desligándose en parte –y sólo en parte- de sus concepciones cristianas. El arte en este sentido al ser el ámbito de la vida que primero se solidifica es por tanto muestra clara de la nueva etapa.
Por otro lado, ubicamos las tesis centrales de los otros autores, puesto que tanto para Huizinga como para Burke, es innegable la continuidad entre la Edad Media
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